Asociaciones municipales de México; fusionarse es el único camino

El asociacionismo municipal en México nació a mediados de los 90s cuando surgieron la FENAMM (Federación Nacional de Municipios de México), la hoy difunta AMMAC (Asociación de Municipios de México) y la AALMAC (Asociación de Autoridades Locales de México).

Todas nacieron ligadas a un partido político; FENAMM – PRI, AMMAC – PAN y AALMAC – PRD. La ANAC (Asociación Nacional de Alcaldes), fundada en 2004, vino a sustituir a la AMMAC luego de su “fallecimiento institucional” en 2009. Por cierto, tuve la nada grata experiencia de ser testigo, pero esta es otra historia.  

A los pocos años de haber sido creadas las asociaciones municipales comenzó el debate sobre la necesidad de unirlas para hacerle un mejor frente a los otros órdenes del gobierno e integrantes del Estado mexicano. En el 2001 se dio un paso importante con la firma de la Declaración de Río de Janeiro (Brasil) por parte de las tres asociaciones.

Para concretar parcialmente esa unidad municipal, y luego de muchas reuniones entre los líderes de tales asociaciones, el 23 de mayo de 2005 en la Ciudad de Acapulco, Guerrero, los Presidentes Municipales participantes en la Reunión Nacional de Asociaciones Municipales concretan un Acuerdo Marco para la constitución de la Conferencia Nacional de Municipios de México (CONAMM).

De ahí en adelante se realizaron una infinidad de reuniones para hacer realidad a la CONAMM, fijando sus reglas internas y la distribución de cargos dentro de la misma, según pude observar desde afuera.

Luego vinieron incontables eventos organizados conjuntamente bajo el paraguas de CONAMM. Incluso en 2013 (si mal no recuerdo) elaboraron su “agenda municipalista”, la cual presentaron y cabildearon ante los otros órdenes de gobierno y demás entidades del Estado Mexicano. Era la época dorada de la CONAMM, la cual me parece terminó alrededor de 2016-2017.

Los años dorados de la CONAMM. Era capaz de sentar en la misma mesa a los dirigentes partidistas.


Llegaron los altibajos. La diferencia de posturas y personalidades entre los líderes hicieron que la CONAMM tuviera una época de vacas flacas. Afortunadamente, y forzados debido al centralismo actual del gobierno federal, la CONAMM vuelve de nueva cuenta (o al menos intenta) ser protagonista en el debate público sobre el federalismo en todas sus dimensiones y el desarrollo de las ciudades mexicanas.

Lamentablemente hay un problema de fondo: esa unidad actual (y futura) siempre será débil debido a que no está arraigada de manera institucional, financiera, normativa y organizacional. Hay un acuerdo para dar vida a la CONAMM, pero la CONAMM como entidad organizacional, con patrimonio y recursos propios no existe. En algún momento se intentó hacerlo y se nombró a un Secretario General (creo así se llamó) cuyo titular fue una persona muy respetada por todos, pero luego todo se vino abajo. Además no tenía futuro sin desaparecer a las asociaciones existentes.  

El anterior escenario ha sido la frustración de muchos actores (internos y ajenos a las asociaciones municipales) que estamos involucrados en el municipalismo mexicano. Y es que el problema que veo (y vemos muchos) es precisamente la existencia de tres (o más) asociaciones municipales cuando no hay necesidad de ello. Al final las tres, cuatro o cinco (si añadimos las de Movimiento Ciudadano y de MORENA -otro tema de análisis-) desean exactamente lo mismo; un municipio fuerte en todos los sentidos.

De aquí la necesidad de su fusión. No hay de otra. No creo ser ingenuo al proponerla, por cierto, una idea ya lanzada al ruedo con anterioridad por varios estudiosos y analistas del tema. Me queda claro que las agendas partidistas y personales de quienes en ellas están tienen mucho peso. Todos quieren salir en la foto, controlar la agenda, imponer posturas o mayoritear en los temas, lo cual es hasta cierto punto normal y, francamente, han sabido lidiar con todo ello. De lo contrario la CONAMM ya no existiría.  

Unidas bajo la CONAMM con su estatus actual, y sus protagonistas lo saben, las asociaciones tienen menos oportunidad de cumplir con su objetivo de lograr un municipio mexicano fuerte y unido ante los demás actores pues, guste o no, siempre hay y habrá momentos en que cada una jala para su lado, dando al traste con la unidad mostrada hacia afuera. Miren lo que sucede cada tres años cuando hay cambios de gobiernos; los municipios y sus autoridades brincando de una asociación para otra. Es una incertidumbre total para las asociaciones municipales.   

Que los partidos se encarguen de la agenda partidista e ideológica entre sus municipios. Estos tienen su propia oficina de asuntos municipales.

Que “la gran asociación municipal de México”, es decir, una CONAMM hecha y derecha, se encargue y opere en unidad las agendas política y operativa del municipio; más recursos transferidos, más potestades recaudatorias, transferencia directa de recursos de federación a municipios, reformas normativas, reformas a nivel estatal, capacitaciones a sus integrantes, viajes de aprendizaje, representación en instancias internacionales, etc. 

No hay que tener un doctorado en ciencia nuclear para saber que la fusión de las asociaciones hará más fuerte al municipio, dándole una mayor presencia y voz potentísima ante los otros actores del Estado mexicano, quienes por cierto se complacen en verlos divididos, organizacionalmente hablando. Saben que así son vulnerables. Aunque se presenten juntas ante ellos, estos les ven y verán siempre con tres siglas diferentes. 

Observemos lo que ahora sucede con la CONAGO; del 2001 al 2018 fue un serio contrapeso al gobierno federal. A partir del 2019, y con el nacimiento de la Alianza Federalista la cual apunta a que se quedará sin integrantes o muy pocos, la CONAGO es hoy en día prácticamente inexistente. Y con MORENA ganando gubernaturas cada año es probable que ni en el mediano plazo vuelva a resurgir. Quizá luego del 2024 y siempre y cuando MORENA pierda el gobierno federal. Será entonces cuando los gobernadores morenistas la quieran volver echar a funcionar para juntos lidiar con el nuevo gobierno federal. Una CONAMM unidad hasta la médula difícilmente enfrentaría un escenario así por tratarse de un tema de escala; no es lo mismo una asociación con 32 integrantes, que con más de 1,500.

Presidentas y Presidentes Municipales, Ayuntamientos, Secretarios Ejecutivos y personal de staff de las asociaciones de municipios; hagan a un lado sus agendas partidistas y personales, sus temores y egos, sus recelos y malentendidos. ¡Fusiónense¡. Han logrado mucho hasta el momento a favor del municipio estando divididas organizacionalmente, pero ya es hora de dar el siguiente paso ¿se imaginan todo lo que pudieran hacer unidas?.

Aterricen el discurso de la importancia de la unidad municipal fusionándose. Sería un gran legado no sólo para los municipios (y sus currículos), sino también para el país.

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