Aires concesionadores

Por Jaime Villasana Dávila

Periódico PALABRA

(23 Noviembre 2000).-

Múltiples reacciones ha generado el anuncio del Ayuntamiento para concesionar algunos servicios como el abasto de agua y la recolección de basura, sin embargo, éstas distan mucho de estar a la altura de lo que significan tales acciones

Los recientes anuncios del Gobierno municipal (de extracción priísta) en cuanto a la posible concesión del servicio de recolección de basura y de la explotación y distribución del agua han generado ciertas reacciones que distan mucho de estar a la altura de la importancia que significa el llevar a cabo estas acciones.

Ni la iniciativa privada saltillense, que por años ha sido de cierta manera el contrapeso del Gobierno local, ni los partidos políticos y grupos sociales, que cada día que pasa juegan un rol cada vez más importante, han sido capaces de poner al Gobierno municipal en una situación que le exija ser lo más claro posible.

No quisiera ni pensar las reacciones que dichos anuncios generarían si éstos hubieran sido hechos por un Gobierno de extracción panista. De vende patrias y Salinistas no los hubieran bajado. Manifestaciones en la Presidencia Municipal y cierre de calles cuando menos, hubieran ocurrido.

Sin embargo, es de preocuparse el hecho de que no sucede lo mismo hoy que dichos anuncios fueron hechos por un Gobierno priísta.

Si algo hay que reconocerle al PRI cuando no es Gobierno, es que su capacidad de generar reacciones y opiniones, y hasta manifestaciones, a favor o en contra de tal o cual disposición, es muy grande. Yo diría impresionante. Esto es envidia de muchos partidos, créanmelo.

Dicha capacidad de ninguna manera es motivo de descalificación, al contrario, hay que resaltarla porque se sabe que cuanto más claridad se le exige a un Gobierno municipal, menos probabilidad hay de que se atreva a hacer algo oscuro o al "ahí se va". Lo que sí debiera de preocuparnos, en todo caso, es que no se tomaran las acciones necesarias para mejorar el desarrollo de la ciudad por causa de grupos intransigentes y cerrados.

Muchas de las decisiones importantes que una autoridad municipal toma o tiene pensado tomar (como las que se cuestionan) tienen que ver con la posible reacción o reacciones de la ciudadanía y de sus grupos no gubernamentales.

Es decir, si se tiene pensado llevar a cabo tal acción, primero se lanza a la opinión pública para ver cómo es tomada por la ciudadanía, para ser más claro primero se le tantea el agua a los camotes.

Si ésta genera muchas reacciones, entonces la estrategia cambia y se modifica, inclusive se puede llegar a desechar (léase la intentona de implementar el DAP, Derecho de Alumbrado Público, en 1997 y 1998). Si no hay las suficientes reacciones, es un síntoma de que todo "marcha bien" y que se pueden hacer las cosas como el Gobierno municipal cree que se deben de hacer, dando inclusive oportunidad de hacerlas de una forma no muy transparente, simplemente por que la ciudadanía no vigila, no reclama, no exige.

El hecho de que un Gobierno desee llevar a cabo la concesión de dos obligaciones constitucionales (Artículo 115 de la Constitución) y que le conciernen a una autoridad municipal no debe de asustarnos y mucho menos de quitarnos el sueño. Muchos gobiernos municipales en México y el Mundo lo han hecho, y ha funcionado. Lo que sí debiese de preocuparnos es que se tomen esas medidas sin el profesionalismo y la seriedad que esto reclama.

Así pues, estas preguntas y muchas más, habría que hacernos antes de que el cabildo autorice y de luz verde a estas propuestas: ¿Por qué si en las administraciones de Rosendo, Miguel y Manuel no fue un problema la recolección de basura, hoy si lo es?

¿Por qué hoy se pagan $500 mil pesos por concepto de renta de cierto número de camiones recolectores, cuando por esa cantidad se puede comprar uno nuevo cada mes y así mejorar el servicio? ¿Por que el sindicato de la Presidencia Municipal no ha hecho sentir su voz ante el eminente reajuste de personal si se da la concesión?

¿Porque el SIMAS volvió a retomar ese camino de pérdidas cuando en los últimos años había logrado (como usted quiera) cierto saneamiento financiero?

Ahí están las intenciones concesionadoras municipales. El futuro de la ciudad, y más que eso, el de sus habitantes, esta en juego. Bien merecen estas decisiones, que habrán de tomarse en los próximos días, de toda nuestra atención para que resulten lo mejor posible.

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