Localeando, El Diario de Coahuila, 5 de septiembre 2004
Los informes de gobierno (sean del Presidente de la República, Gobernador o
Alcalde) son ceremonias que por su historia, naturaleza y significado suelen
causar indiferencia y valemadrismo a la mayoría de los ciudadanos. La fama no
solo de los Ejecutivos, sino de los políticos en general, hace que el principal
mensaje político del año no sea valorado precisamente porque dudamos del valor
del contenido del mensaje.
Sin embargo, lo que rodea a esta ceremonia es un excelente indicador de lo
que acontece en el ambiente político, sus actores y, de alguna manera, en la
sociedad. A la primera interpretamos que si alrededor del informe hay cierto
ajetreo político es porque la relación del Ejecutivo con los demás protagonistas
no es del todo bueno.
De igual manera tendemos a concluir que si hay, el día del informe, marchas
y bloqueos se debe a un desentendimiento del Ejecutivo con ciertos sectores
sociales. Como sea, la ceremonia de cualquier informe de gobierno es un
termómetro tanto del ambiente socio-político prevaleciente en ese momento como
del estado que guarda el desempeño del gobierno.
El pasado informe del Presidente Fox fue por mucho diferente al de los años
anteriores. El contenido, el expositor (Fox), actores políticos (principalmente
Senadores y Diputados) y el ambiente externo, todos, dejaron mensajes que ahora
trato de descifrar.
El contenido de un informe básicamente se compone de tres partes: mensaje
inicial, informe, mensaje final. La primera parte del mensaje foxista tuvo,
desde mi punto de vista, un sentido responsable; haciendo un llamado a la clase
política para consolidar la democracia que tanto esfuerzo a costado. El informe
en sí estuvo como siempre cargado de cifras, que ante el ambiente actual del
país cuesta creerlas.
Me hubiera gustado más que el mensaje inicial se prolongara pero haciendo
mayor énfasis en las aspectos sociales, es decir tratando de interpretar el
sentimiento de la sociedad ante una clase política que presenta un gran déficit
frente a sus gobernados.
Dentro del informe hizo, como siempre, un reconocimiento a varios actores,
principalmente al ejercito, pero olvido hacer otro igual a todos aquellos
buenos hombres y buenas mujeres que día con día se esfuerzan por darnos seguridad
en la vía pública: los policías. Ante la marcha del 27 de junio pasado, si
alguien esta escaso de suficientes estímulos es precisamente la policía. Desde
mi punto de vista esta fue una grave omisión.
El mensaje final fue mejor que el inicial y lo fue mucho más que los
mensajes de sus informes anteriores. El énfasis de “cada actor debe ser
responsable de sus actos” me pareció directo y al grano, aunque
desafortunadamente muchos políticos tiene oídos sordos o padecen de amnesia.
Por su parte el expositor (Fox) a momentos arañaba el personaje político
que tanto requiere este país: Estadista y conciliador, pero su peor enemigo fue
el contenido mismo del informe. Por lo pronto creo que en los dos años que
restan difícilmente veremos el presidente que necesitamos.
La dinámica de la lectura fue demasiado rápida, parecía que Fox traía prisa
por terminar su informe y en no pocas ocasiones re-iniciaba su lectura aun
cuando el ex –gobernador de Sonora no terminaba de expresar sus frases. Fox se
contuvo forzosamente ante los embates de los diputados perredistas y en un par
de ocasiones dibujo una tenue sonrisa en su rostro; se notaba que quería
responder a su manera, pero eso hubiera crispado el frágil equilibrio de
comportamiento.
Sin duda alguna a Fox le conviene que el formato del informe se modifique
para que pueda responder (ya no digamos debatir), pero su partido padece la
enfermedad de quienes ostentan el poder. Fox es un tipo que si algo le gusta es
hablar y no es precisamente el formato actual su mejor aliado para responder,
frente a todos los mexicanos, los embates de sus contrincantes políticos. Ojalá
pronto podamos ser testigos de un cambio que es urgente.
Los actores políticos presentes en el informe jugaron su papel, pero
algunos de ellos nos siguen recordando la precaria calidad de personas que se
encargan de ¡hacer las leyes!. Los diputados perredistas que interpelaron al
Presidente se ganaron la animadversión hasta de sus propios compañeros de
partido. No denigro los motivos que tenían para reclamarle a Fox, pero no era
el momento de hacerlo.
En este sentido vislumbro un cambio de actitud de los políticos para con el
informe presidencial. Hoy los últimos comentarios de muchos de ellos iban en el
sentido de que “interpelar al Presidente ya no es lo correcto y el hacerlo
denota una escasa educación política”, por lo que quizás en el futuro, y si es
que no cambia el formato, los informes serán más aburridos que de costumbre.
El espectáculo de alguna manera estaba alimentado por esas cuestionables actitudes,
pero ahora ¿Cómo vamos a sustituir eso? Lo ideal sería que con acalorados
debates entre el Presidente y la bancada de su partido versus el resto de los
partidos, tal y como sucede en muchas democracias.
El discurso del presidente del Congreso fue acertado y algunos de sus
argumentos se sumaba a los vertidos por Fox: nadie por encima de la ley
¿Escuchaste Andrés Manuel?. Por lo demás, Manlio profundizaba en el sentido de
que la clase política tiene un déficit que remontar ante la sociedad y que por
el bien de todos, más vale enfrentarlo.
Mientras todo esto acontecía en el interior del Congreso, afuera reinaba el
caos y el enfrentamiento entre sindicatos y grupos campesinos contra las
fuerzas del orden. El motivo de todo ello: principalmente la inconformidad ante
las reformas al IMSS.
Los momentos de definición para los partidos están a la vuelta de la
esquina. Del PRD y del PAN sabemos sus posturas, pero no aun la del PRI;
partido que dada su fuerza política y el numero de diputados y senadores tiene
la última palabra. Es curioso notar que recientemente este partido ha mostrado
una actitud ecuánime, y mediadora, pero por el otro espanta que algunos de sus
cuadros más oscuros se reposicionan dentro de él.
Esta en construcción ya el 5º. Informe del gobierno del Presidente Fox. El
siguiente año será intenso y esperemos que los protagonistas políticos estén a
la altura de la circunstancias, al final de todo, la democracia nos deja
siempre en sus manos.
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