Dando el siguiente paso

Jaime Villasana Dávila, 6 de marzo 2005

En días pasados se presentó en el Cabildo de Saltillo una iniciativa que contempla dos reformas substanciales para la vida municipal no solo de Coahuila sino del país: a) disminución del número de Regidores y b) elección de Regidores por distrito.

Algunos señalan que el momento de su presentación no fue el adecuado, pero depende de la perspectiva en que se vea; el que se discuta hoy esta iniciativa abre una gran oportunidad para construir una plataforma por la que pueda transitarse una vez que las nuevas autoridades entren en funciones, de hecho se puede utilizar para que en las ya próximas campañas se definan posturas sobre ésta iniciativa.

Respecto a la primer reforma, disminución de Regidores, se puede mencionar que un par de Estados ya han hecho dicho ajuste. El último intento formal se dio en Nuevo León durante el 2002, lamentablemente no tuvo éxito. Hoy los nuevoleonenses tienen una nueva oportunidad de legislar al respecto con la propuesta lanzada hace unos días por el dirigente estatal del PRI.

Contrario a lo que señaló el Regidor Sergio Reséndiz Boone a un medio de comunicación “...si reducimos la cantidad de munícipes haríamos mella en la pluralidad que debe existir en Cabildo...” la disminución (del número de integrantes) no hace perder la representatividad en los Ayuntamientos por que ahí están representados partidos, no sectores sociales. Además “cantidad” no es fondo y sí mucha forma.

Es natural que un político, así como sindicatos, grupos sectoriales, etc., se resistan a la disminución de puestos de elección popular y la razón es muy simple (aunque no lo acepten en público); habrá menos espacios donde puedan colocarse miembros de los partidos. Mantener esta postura significa anteponer intereses partidistas a los intereses de la comunidad. Hoy el sistema de planillas hace esconderlo todo.

La disminución de Regidores presenta múltiples beneficios que van más allá del ahorro de recursos económicos: Hay una mayor eficiencia en la toma de decisiones; mejor entendimiento entre las fuerzas políticas municipales; identificación precisa de los integrantes del Ayuntamiento (son tantos que la sociedad prefiere no pensar en ellos) y por consiguiente una mayor exigencia social; hace obvia la evasión de responsabilidades de los Regidores.

Realizar una reforma de este tipo implica poner en marcha otros mecanismos para reforzar los flancos débiles que naturalmente se generan (todo tiene desventajas). Dichos mecanismos ayudarían a la consolidación de la institucionalidad  ante los cambios de personas en el cuerpo de Cabildo; uno de ellos es el reforzamiento jurídico y operativo de los Consejos Municipales. La única constante es la sociedad.

Pero quizás una de las mayores aportaciones de la disminución de Regidores es que hace viable la implementación de la elección de Regidores por distrito, o sea, el otro componente de la iniciativa. De llevarse a cabo esta reforma, Coahuila sería pionero y aportaría para el descubrimiento de nuevas formas de estructurar y operar el gobierno municipal en México, hecho que produce pavor entre la clase política e incluso entre algunos estudiosos de la materia, quienes argumentan que para llevar a cabo una reforma novedosa habrían que hacerse un sinnúmero de estudios que prácticamente bloquean cualquier innovación. La democracia implica también aprender  en el camino y hay errores, pero también recompensas.

El número actual de Regidores en los Ayuntamientos coahuilenses imposibilita llevar a cabo una reforma que apunte a su elección por distritos. Ejemplo: Hoy en día existen en Saltillo diez Regidores de mayoría y seis de minoría y ante esto, se pudieran tener dos puntos de partida; tener 10 distritos municipales (basado en los Regidores de mayoría) o 16 distritos (basado en el tamaño del Cabildo). Tener cualquiera de las dos cantidades hace imposible logísticamente una elección, además de las consideraciones de representatividad, políticas, sociales y de relación gobernante-gobernado. De aquí la importancia del primer componente de la iniciativa (disminuir el número).

Ahora bien, la representación proporcional cabe perfectamente en un sistema de elección municipal por distritos, de hecho, esta metodología se utiliza para elegir diputados locales y federales. En todo caso el reto sería identificar el número adecuado de distritos y definir el número de Regidores de representación, tarea que no debe obstaculizar una reforma de estas dimensiones.

Existen diversos estudios, análisis y metodologías especializadas para implementar un sistema electoral municipal de esta naturaleza, por lo que el punto de partido no es cero. Algunos de los beneficios de implementarla son: mejor reflejo de la voluntad ciudadana en el Cabildo y decisiones basadas más en los intereses comunitarios y no en los intereses políticos de los partidos.

También favorece la legalidad y el sustento moral de los Regidores al reconocerlos como auténticos representantes; el proceso de acceso al poder genera mayor cohesión política del cuerpo de gobierno creando un redimensionamiento entre las relaciones del ejecutivo municipal y el resto de los integrantes del Cabildo; mejor relación entre el Regidor y el ciudadano; surgimiento y desarrollo de nuevos liderazgos con capacidad probada debido al escrutinio efectuado durante las campañas electorales, entre otros.

El último intento realizado para elegir Regidores por distrito fue en Baja California en 2001 pero fracasó. Es cierto, han habido cambios al marco jurídico municipal en los últimos años, pero ninguno ha atinado directamente a redimensionar el vínculo elector-elegido. Chihuahua (con la elección del Síndico de manera directa), y quizás Tlaxcala, son los casos más aproximados, pero nada más.

Percibo miedo, egoísmo y/o un sobre-estudio de las implicaciones que reformas innovadoras generarían. Hay investigaciones y muchos análisis; falta decisión. No hay diseños perfectos y monótonos para los municipios, menos cuando en México hay una heterogeneidad impresionante. Mi reflexión final me lleva a preguntarme si Coahuila (y Saltillo) desea padecer de lo mismo o damos el siguiente paso.

Glosa: bien por el PRI, quita candado y hay chance de abrir energía. Bartlett, vete a tu casa.

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