Las simulaciones al 107

El artículo 107 de la Ley Electoral de Coahuila es muy claro en lo relativo a todos aquellos coahuilenses que deseen obtener una postulación a un cargo de elección popular: No pueden hacer propaganda y publicidad hasta las fechas señaladas por la misma ley.

Como cualquier otra ley, su redacción requiere ser interpretada por las autoridades correspondientes y su sentencia respetada, pero ¿Las autoridades del Instituto Electoral se atreverán a interpretar la ley y a aplicarla, independientemente de que una autoridad superior (Como el “TRIFE”) potencialmente pudiera echar para abajo dicha interpretación?

Para recordar lo señalado por el artículo 107 leamos el texto principal que hace alusión a la prohibición de hacer propaganda y publicidad personal: ”…Los ciudadanos que por sí, o a través de partidos políticos o terceros, realicen actividades propagandísticas y publicitarias, con objeto de promover su imagen personal, de manera pública y con el inequívoco propósito de obtener la postulación a un cargo de elección popular, se ajustarán a los plazos y disposiciones establecidos en esta ley…”.  

Las palabras claves en el texto son “inequívoco propósito” y dada la guerra de mercadotecnia que sostienen los precandidatos del PRI a gobernador, aunada a las declaraciones realizadas en la materia por todos ellos, pues nos resulta inequívoco pensar que todos pretenden obtener la candidatura de ese partido. Pero ¿Está mal la ley o la actuación de los precandidatos?

A nadie en lo particular puede achacársele la redacción del 107 dado que todos los partidos políticos participaron en su diseño. Habiendo el tiempo suficiente para reformarlo, decidieron ignorarlo pensando ingenuamente que sería respetado.

Pero los legisladores coahuilenses olvidaron que el nuevo método para obtener una candidatura ha evolucionado y ya no es como antes: en la actualidad cualquier aspirante a un cargo de elección popular no puede quedarse parado, esperando el dedazo del Presidente o Gobernador. Hoy los tiempos son otros y las campañas de posicionamiento personal deben iniciar desde años atrás, incluso la trayectoria misma del político, empresario o funcionario público, se va convirtiendo en una campaña.

La ley electoral coahuilense sin duda fue innovadora cuando fue expedida por los elementos que aportaba, entre ellos la reducción de tiempos de campaña (un clamor que los coahuilenses ya vimos atendidos, nos falta únicamente lo referente a las elecciones federales) y la regulación de precampañas.

Pero como cualquier invento del hombre también tenía sus fallas, siendo quizás las dos mas graves la disposición de no permitir las transferencias de recursos económicos de las sedes nacionales partidistas y la disposición que impide a los ciudadanos hacer publico su deseo de aspirar a un cargo de elección popular (artículo 107).

La primer falla fue atendida y enmendada en su momento, incluso el Tribunal Federal Electoral hubo de intervenir. La segunda la estamos viviendo en estos momentos, y así seguirá por lo menos hasta que no sea eliminado o modificado el artículo correspondiente, posiblemente en el primer periodo ordinario de sesiones de la nueva legislatura (2006).

Las sociedades tienden a evolucionar y por lo tanto las leyes deben sufrir de ajustes, y nuevamente de más ajustes, para adecuarse a las nuevas realidades. Con la redacción del 107 el Congreso fue severamente radical y generó lo por todos temido: que sea el dinero, más que la trayectoria personal, la responsable de crear una “imagen y trayectoria simulada” en tan solo un breve periodo de precampaña. El 107 fue un grave error y debe reconocerse.

La experiencia ahora nos señala que no se debe (y  no se puede) detener la ambición de aspirar a un cargo de elección popular, pero si puede regularse (esa ambición) bajo reglas claras, concisas y con sanciones fuertes para quien no respete dichas disposiciones.

Y ahora ¿Qué debe hacer el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC)? Por lo pronto se encuentra en una encrucijada que debe resolver. Retado por los precandidatos y exigido por algunos sectores, tendrá que decidir por alguna de las dos opciones existentes: aplicar la ley o dejar pasar las hechos como si nada hubiera pasado (de hecho ya lo esta haciendo).

El 107 le indica claramente al IEPC que “…El incumplimiento a esta norma dará motivo a que el Instituto, a través de sus órganos competentes y en la oportunidad correspondiente, les niegue el registro como candidato”.  

Si el IEPC aplica la ley entonces sus bonos subirían a niveles de un órgano institucionalmente consolidado y maduro (IFE, Banxico, CNDH), dejando un precedente positivo para las futuras contiendas electorales. Si decide hacerse de la vista gorda entonces será como todos los demás institutos electorales estatales: organismos limitados y mediocres cuyas actuaciones siempre son revisadas por el “TRIFE”.

El IEPC no debe preocuparse del todo. Finalmente si aplica el 107 no dejaría al PRI sin candidatos a gobernador. El ex –alcalde de Saltillo, Miguel Arizpe Jiménez, quizás pudiera salir exonerado si el IEPC realiza una investigación sobre las violaciones a la ley electoral. Contrario a sus contrincantes de partido, el ex –alcalde ha jugado un rol secundario, sabiendo que su trabajo como dirigente estatal del PRI le ayudó a posicionar su nombre lo suficiente como para ser identificado entre las bases priístas.

Como sea que se concluya este capítulo de simulaciones, y en medio de una guerra de propaganda electoral, los coahuilenses seguimos sin percatarnos de que el camino de la simulación no es necesariamente la que nos conducirá hacia una democracia estatal consolidada. Hasta ahora seguimos siendo un Estado más; con vicios políticos añejos y dañinos.

Glosa: Los temas escogidos por el ex –Secretario de Gobierno (Eliminar la discriminación, proteger la intimidad familiar y transparencia de los políticos) me parecen añejos y de poco sentido para los Coahuilenses. Si bien es cierto que hay mejoras pendientes por hacerse en esos rubros, no se está partiendo de cero como lo pretende hacer creer el presidente de Decisión Coahuilense. Me pregunto porque no eligió temas como el desempleo, la migración a Coahuila y la mejora de la educación.  Estos sí son problemas preocupantes.

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