EMM y HMV; estrategias identitarias diferenciadas

Artículo Localeando, 30 de Abril de 2009 
Jaime Villasana Dávila 

Porque la vida no se detiene aún y con crisis sanitaria debido a la influenza porcina (ya en el futuro se hará el corte de caja correspondiente), el tema de hoy me conlleva a realizar un comparativo entre la actual administración estatal y la anterior sobre las estrategias seguidas para reforzar la cultura e identidad coahuilense.

Insisto con el tema porque lo expresado por el gobernador en la celebración del Plan de Guadalupe (Coahuila es el “único estado independiente”) refleja mucho más que unas simples palabras; se trata de un conjunto de creencias y comportamientos manifestados a través del discurso y las acciones que buscan ensalzar, diferenciar o reforzar una identidad para lograr algo. En otras palabras es regionalismo.

Para Mario Caciagli (2006), un respetado estudioso del fenómeno, el regionalismo es una ideología específica que traslada territorialidad y cultura a un programa de acción y que, como cualquier otra ideología política, tiene una serie de fines políticos a perseguir. Hay muchas formas de aplicarlo y tanto el ex –gobernador Enrique Martínez y Martínez (EMM) como el actual gobernador Humberto Moreira Valdés (HMV) lo han hecho a su manera.

El primero siguió un camino más institucional y de respeto con el gobierno federal pero no por ello inefectivo. Fue el principal promotor inicial del nuevo regionalismo norestense (generado a partir del 2000) cuyo punto de partida fue la Cabalgata “Unidos por Nuestras Tradiciones”. Fue el líder regional cuando gobernaban en los estados vecinos Fernando Canales y Tomas Yarrington. Cabildeó para dar origen al Acuerdo de un Progreso Regional Asociado (APRA) donde participan también Texas, Chihuahua y Durango.

En lo local motivó varias iniciativas pero destaca por mucho, para el tema del regionalismo, el impulso para la composición del himno coahuilense, un símbolo crucial para la formación de cultura e identidad.

Por su parte HMV ha defendido con energía discursiva y actitudinal los intereses coahuilenses, entrando en conflicto con el gobierno federal. El rechazo a la reforma de la ley electoral federal es una prueba de ello. Ha promovido fuertemente la cultura coahuilense con la creación o remodelación de museos locales pero se ha descuidado la relación con nuestros vecinos nuevoleoneses y tamaulipecos. No se ven visos (por ahora) de apuntalar la ecuación identitaria (iniciada con el himno) con la promoción para el diseño de una bandera para Coahuila.

Dos estilos, dos caminos, objetivo semejante pero ¿mismos resultados?

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