Artículo Localeando, 13 de Mayo de 2010
Jaime Villasana Dávila
México padece en la actualidad muchas crisis, pero una muy grave es la crisis de responsabilidad. Rescato este tema por un par de conversaciones electrónicas que tuve con queridos amigos días atrás respecto a la situación actual de nuestro país.
Uno de ellos (priísta) se medio molestó cuando en un momento de nuestra plática virtual le comenté que los gobiernos estatales (muchos priístas) son también responsables del ambiente de zozobra de inseguridad que vive México, pues más del 90% de los delitos son responsabilidad de ellos atenderlos, siendo hasta ahora los resultados muy malos.
Otro amigo panista me tacha de “parecer perredista” por comentar en Facebook que mis queridos Pittsburgh Steelers cancelaron su visita a Monterrey en Junio debido a la inseguridad y que, ante noticias como estas, pues ni modo que le diga a mis conocidos en gringolandia que las cosas en México van de maravilla, tal como lo quiere el presidente Calderón.
Para los priístas todo el problema comienza y termina con los gobiernos panistas incompetentes de Fox y Calderón. Para los panistas todo el problema comienza con los anteriores gobiernos priístas y termina con la todavía existente estructura gubernamental priísta. En otras palabras; se echan la bolita unos y otros. En realidad nos echamos, todos, la bolita. A esto le llaman los gringos “The Blame Game” (El juego de la culpa).
He escuchado en MUY contadas ocasiones un mea culpa de la clase política y de los funcionarios públicos ante la rampante inseguridad y los múltiples otros problemas que padecemos. El descaro, cinismo, excusa y desfachatez son el deporte nacional. Ahí está el caso de los priístas de Quintana Roo defendiendo al ex –gobernador Villanueva ya extraditado a EUA por narcotráfico o los panistas de Jalisco poniendo cuantas trabas les es posible para impedir el acceso a la información pública.
La crisis de responsabilidad en México no solo es legal sino también moral, lo que es todavía más grave y alarmante pues es en los valores donde descansan nuestras actitudes. Ni priístas ni panistas, ni tampoco nosotros como ciudadanos, estamos dispuestos a aceptar nuestros errores (a ser responsables). Y este es el primer paso para que nada cambie.
Parece que debe llegar un cataclismo para que medio actuemos todos como equipo, tal como aconteció en el terremoto del 85 o en la crisis del 95, aunque para luego caer en lo mismo; la irresponsabilidad.
Para un buen ejemplo de irresponsabilidad crónica ahí está el caso griego, cuya sociedad y gobierno fueron los campeones de este vicio por largos años y hoy son el hazme reír del mundo. Recuérdelo: The Blame Game.
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