El salario mínimo

Artículo Localeando, 21 de Agosto de 2014
Jaime Villasana Dávila

Vaya show que se ha hecho con el tema del salario mínimo derivado de la propuesta que hizo el Jefe del Gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera, el pasado 5 de agosto durante la inauguración de un foro internacional relativo al tema. Ese día simplemente comento, entre otras cosas, que “el salario mínimo se tiene que hacer al margen de ideologías, posturas políticas y no es permisible que nadie pretenda capitalizar electoralmente un tema tan importante”.

Un vestigio que debe desaparecer.
Sólo dos comunicados de prensa en
2013. Ninguno en 2014. De ese
tamaño es su importancia.
Y como por arte de magia, y seguro sin pensar en que sus palabras tendrían resonancia nacional, su propuesta se hizo protagonista en el debate político y en medio de las muy importantes leyes secundarias relacionadas a la reforma energética.

El tema le robó escenario a la promulgación de dichas leyes y tan sólo un día después (12 de agosto) el Secretarío del Trabajo (ST) convoca a la IP y a sindicatos a una reunión especial cuyo resultado fue un comunicado indicando que el aumento al salario mínimo debe considerar la productividad.  

En otras palabras, el gobierno federal hizo más grande el show. El martes pasado, y viendo que el tema no bajaba de primeras planas, el titular de la ST declara que el gobierno federal propuso primero la discusión del salario mínimo hace más de año atrás. Es decir, lo hace más grande y de una manera a todas luces favorecedora al Jefe de Gobierno del DF.

Razones no faltan para que medio México esté hablando del tema pues es entendible que luego de la reformas estructurales, el siguiente beneficiario en la lista y de manera tangible deba ser la clase trabajadora. Pero nadie había visualizado este proceso, hasta que de pura casalidad lo hizo el gobernante del DF, llenando un hueco temático que a todas luces le impacta a todos los mexicanos.

Es muy positivo que el tema esté en los medios, pero más positivo será cuando se debata en serio y en los lugares apropiados (Congreso de la Unión), pues es en éste donde se definen las políticas públicas.

¿Qué debe hacer el gobierno federal? Atender de una manera más inteligente el debate y no de manera reactiva y con argumentos pobres. Opciones no tiene muchas; a) darle largas al asunto hasta que se desgaste y muera o b) poner sobre la mesa su propuesta a debatir por el Congreso.

¿Sadrá algo bueno de todo esto? Quien sabe. El 2015 electoral prácticamente arrancó y difícil que el gobierno federal le ceda algún beneficio al jefe del DF en un tema muy sensible, aún y cuando ambos gobiernos llevan una muy buena relación.


Lo cierto es que la estructura y monto actual del salario mínimo es ridícula pero tampoco puede aumentarse nomás porque sí. Veremos si en este tema también hay “reforma estructural”, la cual no estaba contemplada en el Pacto por México.

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