Reforma al campo va ¿y la municipal?

Artículo Localeando, 14 de Agosto de 2014
Jaime Villasana Dávila

Luego de concluida la “primera ronda” de reformas estructurales (así lo quiero ver yo) con la promulgación el pasado lunes de las leyes secundarias en materia energética, la siguiente reforma (y única) que por ahora asoma la cabeza es la reforma al Campo.

La reforma municipal es tan importante
como la reforma al campo o la
energética. Sin ciudades fuertes no
hay países fuertes.
La Comisión de Reforma Agraria de la Cámara de Diputados elaboró una iniciativa de reforma consensuada y se espera se analice junto con la iniciativa presidencial, aunque no hay fecha de su presentación. El que dicha Comisión haya presentado tal documento indica, entre otras cosas, que no quieren dejar pasar la oportunidad histórica que vivimos. Bien por sus integrantes y por demás actores del sector, incluido el titular de la SAGARPA, mi paisano Enrique Martínez y Martínez.

Pasemos a la reforma municipal, local, metropolitana, urbana o como quiera llamarle.  La última reforma de este ámbito ocurrió hace 15 años pero, si somos serios, la verdadera ocurrió en 1983 cuando al municipio se le dotó de diversas facultades.

¿Hay en la actualidad algún movimiento fuerte y coordinado de diversos actores para sacar la reforma municipal? Tristemente no. Por un lado jala el IMCO con algunas ONG. Por otro las tres principales asociaciones municipales agrupadas en la CONAMM quienes hasta ahora no han sido capaces de redactar una iniciativa conjunta de reforma al 115 constitucional, mucho menos reformas a leyes secundarias.

De las Comisiones sobre el tema en el Senado y la Cámara de sus Diputados no hay ninguna luz salvo foros y más foros que llevan a nada. La Secretaría de Gobernación, a través del INAFED, está en el mismo canal, es decir, apagado.

La única esperanza que queda es que desde la Presidencia se muestre el liderazgo faltante para avanzar en esta reforma. Algunos colegas me dicen que eso no sucederá por dos razones; a) no está contemplada en el plan origial de reformas y b) hay un cierto agotamiento político por el enorme esfuerzo realizado al momento con las otras reformas.

Así pues, el escenario para una potencial reforma local (una de verdad) es casi inexistente y no es por falta de propuestas (las hay a montones), sino por falta de voluntad coordinada de todos los involucrados.

¿Hay tiempo para generar una propuesta consensuada y luego procesarla/votarla en el Congreso de la Unión antes del 2015, año electoral? Sí, siempre y cuando nos movamos ya.

En Francia en tan solo dos meses han reformado su histórico mapa político-territorial interno y por lo tanto las facultades que a gobiernos regionales y municipales les corresponde. Las demagogias e identidades locales se hicieron a un lado.


En México también podemos lograrlo. De muestra están las pasadas reformas aprobadas.

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