Argentina, Venezuela, Brasil y el 2018

Artículo Localeando, 12 de diciembre de 2015
Jaime Villasana Dávila

Vaya cambios que se están dando en el hemisferio sur de nuestro continente. Hasta hace no muchos meses la situación en Argentina y Venezuela parecía como si su espasmo político y económico se mantendría por muchos años más.

Tres Presidentes, los tres con retos enormes. 
El férreo control de Christina Fernández y Nicolás Maduro de la situación política, social y económica en sus respectivos países hacia recordar a aquellos regímenes sudamericanos de los 70s, aunque sin la brutalidad desmedida de los militares. Los efectos de su mal gobierno fueron y todavía son múltiples, comenzando por la precaria situación económica, la opacidad, el corporativismo y la corrupción rampante. Además no se limitaban a sus territorios pues también le afectaban a México y otros países cuyas empresas habían invertido en tales países.

Sin saber como evolucionar, y desgastando el genuino sentir de millones de ciudadanos que en su momento vieron en ellos un cambio, ambos personajes poco a poco fueron escribiendo una historia que seguramente no los premiará.

De hecho Maduro sigue escribiendo todavía su historia pero tiene ante sí una oportunidad enorme para rescatar algo en los cuatro largos años que todavía le quedan a su gobierno. Valdría la pena que mirase a sus colegas de Ecuador o Bolivia, quienes luego de iniciar sus mandatos de manera beligerante y apoyados por Hugo Chávez, poco a poco han ido moderando su actuar.

Argentina con su nuevo Presidente Mauricio Macri y Venezuela con un Congreso nacional nominado en 2/3 partes por la oposición, no la tienen fácil a pesar de sus profundos cambios políticos. Sus economías están devastadas y sus clases políticas polarizadas. Añádase que sus ciudadanos esperan grandes cambios en el corto plazo. Poco margen de error tienen.

Por su parte Brasil sigue atascado económica y políticamente a pesar de tener la democracia más sólida de América Latina. El trago amargo que hoy pasan y que se ha alargado por más de un año evidencia la grieta estructural económica que nunca atendieron; su alta dependencia económica de materias primas y su cerrazón comercial. Añadase el proceso de destitución en contra de la Presidenta.

Dentro de lo malo hay algo bueno; es espectacular el proceso judicial que han emprendido para meter a la cárcel a políticos, empresarios y funcionarios de muy alto nivel. En este tema son la envidia de todos los ciudadanos latinoamericanos.

Sudamérica ha comenzado a dibujar un nuevo rostro con los cambios dados en estos tres importantes países y nos recuerdan una vez más sobre los errores que no se deben cometer para arribar a la tan anhelada prosperidad e igualdad.


Ojalá que en México le saquemos provecho a tales experiencias. El 2018 está a la vuelta de la esquina.

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