Localeando, El Diario de Coahuila, 19 de junio 2004
Mientras
que la tendencia en los municipios mexicanos es a eliminar las altas
prerrogativas y prestaciones que tienen las autoridades y funcionarios, y que
contribuyen a disminuir la confianza ciudadana en los gobernantes, en Saltillo
las cosas van en sentido contrario.
Durante
2001 y 2002 hubo en el país una serie de escándalos locales, más en municipios
panistas, precisamente porque los integrantes de los ayuntamientos se
propinaban unos sueldos realmente ofensivos, aprovechándose de que en esta
materia el Ayuntamiento es autónomo. El
argumento: Ejercer el gobierno es difícil y complicado. La primera pregunta es
¿Para que se postulan?
En
Jalisco y el Estado de México los acontecimientos alcanzaron enormes
proporciones. En diciembre del 2001 el Congreso jalisciense aprobó la creación
del Comité Técnico de Valoración Salarial del Estado de Jalisco y sus
Municipios (CTVS), con el fin de realizar un diagnóstico sobre la situación
salarial de los gobernantes y elaborar una serie de recomendaciones para ser
tomadas en cuenta por los representantes de los tres poderes públicos en la
entidad.
A pesar
de estos esfuerzos en Jalisco el daño ya estaba hecho. En las elecciones del
2003 el PAN perdió importantes municipios como Zapopan y estuvo a punto de
perder Guadalajara. En el Estado de México perdió Ecatepec y otros más.
Pero
regresemos a Saltillo. Antes de emitir un juicio es preciso analizar las partes
del bono. Con la información que generan los medios entiendo que una parte
corresponde al ahorro que cada uno de los regidores realizó en cierto periodo
de tiempo; por lo tanto es justo que reciban la cantidad ahorrada más los
intereses generados por ello.
Existe
otra parte del bono que aun no me queda muy claro a pesar de la gran cobertura
que ha tenido y esta es que al parecer por cada peso ahorrado el municipio les
otorgo otro ¿Bajo qué criterios se da?. Si mi anterior sospecha es real
entonces tendríamos una tercera parte: lo correspondiente al bono por
productividad ¿En qué estaban pensando los regidores, síndicos y alcalde al
momento de aprobar dicho concepto? ¿Es acaso el municipio una empresa, o peor
aun, un botín que se pueden distribuir?
Según
los regidores este mecanismo que conforma el bono ya estaba previsto dentro del
presupuesto pero ¿Por qué los saltillenses no se enteraron desde el momento
mismo en que se presupuestó dicho bono, es decir en noviembre-diciembre del
2003? La respuesta es muy sencilla: La forma en como se integra el presupuesto
es demasiado opaco, lo que permite disfrazar y ocultar cualquier tipo de
anomalía.
Otra
pregunta ¿Por qué en ese momento los regidores, que hoy argumentan que nunca
estuvieron de acuerdo con el bono, no hicieron su negativa publica en el momento
mismo de su presupuestación? Y si lo hicieron ¿Cómo es que una nota tan
importante no la tomaron los medios locales?
Las
reacciones sociales al bono han generado contra-reacciones en los integrantes
del ayuntamiento y con ellas podemos descifrar la calidad moral de las
autoridades locales que tiene Saltillo, quedando devaluada de entrada al
aceptar el bono. Así pues, la mayoria de
los regidores al ver el airado reclamo de los sectores sociales han señalado
que el monto del bono no es justo, mientras que los menos han señalado lo
contrario.
Por
otra parte algunos integrantes del Ayuntamiento (se incluye al alcalde) han
regresado o donado la parte del bono que consideran ellos es injusta (¿Lo
hubieran hecho sino hubiese existido la presión social?) y otros ya hasta lo
gastaron. Sin embargo hay una declaración de un regidor que prácticamente raya
en el cinismo; la del regidor Cortés Ojeda y cito textual de acuerdo a un
periódico local: "Yo creo que es
difícil dar marcha atrás porque la Constitución y la Ley Federal del Trabajo
dice que los logros y los beneficios del trabajador son irrenunciables, y de
acuerdo con la Ley está difícil (regresarlo)".
Lo
anterior me genera más preguntas; ¿Procede aplicar las normas que señala el
regidor ante un acto donde el mismo “trabajador” se auto-impone dichos
beneficios? ¿El fantástico “logro” de los regidores –asignarse un bono de
manera poco ética- cabe dentro de lo irrenunciable? ¿Por qué no renuncian al
bono que ellos crearon y que por lo tanto ellos mismos pueden eliminar?
Por
donde se le vea, este hecho penoso para Saltillo (ya se conoce en muchas partes
del país) no tiene sustento ni justificación alguna. Su origen esta en la
rancia cultura política y el costumbrismo maléfico que aún existe en muchos
actores políticos, haciendo incluso que algunos regidores señalen que los bonos
no son ilícitos sino que el error estuvo en el momento en que se los dieron.
Dicho en otras palabras; la forma y no el fondo es lo que hay que mejorar. ¡Que
descaro!
Algunos
imploran que el Gobernador o el Congreso emitan normas que lo eviten en el
futuro, pero hacerlo implicaría seguir sustentando el precepto de que los
municipios son como “menores de edad” que tienen que seguir siendo guiados por
sus “padres” el gobierno estatal y el federal o ¿Acaso el actual ayuntamiento
es menor de edad?
Es
fundamental que los ayuntamientos sepan comportarse a la altura y tomar las
decisiones adecuadas bajo la autonomía que les otorga la Constitución.
Lamentablemente en muchos, como el de Saltillo, esa autonomía se transforma en
un libertinaje ocasionado por la falta de responsabilidad y poca ética política
de quienes ostentan los cargos correspondientes.
El reto
no esta en quitarle autonomía a los municipios sino fortalecer a su cuerpo de
gobierno (ayuntamiento) mediante algunas reformas, siendo una de ellas el
mejoramiento al sistema de competencia electoral para el acceso al poder
municipal. Es decir urge que los regidores sean elegidos por distritos y no por
el reparto de cuotas al interior de los partidos políticos, hecho que hace que
lleguen personas poco preparadas al gobierno.
También
es fundamental que se establezcan normas municipales que regulen los salarios y
los bonos. Esto para que se inhiba y bloquee a aquellos que pretenden llegar al
gobierno a cobrar altos salarios y jugosos bonos que ellos mismos pueden darse.
Cero y
van dos bonos ¿Cuántos más aguantaran los saltillenses?
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