Por Jaime Villasana Dávila
Periódico PALABRA
(13-10-1999).-
Análisis. Los electores no olvidadizos (es decir los que razonan su voto) son los que desgraciadamente crecen a un ritmo mucho menor que los otros dos tipos de electores. Es decir, de todos aquellos que año con año se incorporan al padrón electoral, los que menos se incorporan son los no olvidadizos.
En Saltillo, y quizás en México, estamos empezando a ver que existen tres tipos de electores y de votos. Sólo uno podrá ayudarnos a transformar el País. De cada uno de nosotros depende cuál queremos que permanezca.
Platicando con personas de todo tipo y de todas las clases sociales me di cuenta que en la ciudad poco impactó o, mejor dicho, poco le interesó el hecho de que hace dos semanas tuviéramos elecciones. Si no fueran por tantos y tantos espectaculares, gallardetes, pasacalles y mamparas distribuidas por las calles, la gente no se hubiera dado cuenta de lo que sucedía en Saltillo en materia política y electoral.
¿Qué nos faltó para hacer interesante la contienda política?, ¿qué nos faltó para vencer a ese monstruo llamado abstencionismo?, ¿o es que a los saltillenses no nos interesa la política, ni nuestros gobernantes, ni como actúan?
No cabe duda que en México, pero pienso que principalmente en Saltillo, no nos interesa la política, la participación en los asuntos de la ciudad, ni la integración en las tareas gubernamentales, entre otros temas. Todo este alejamiento de los ciudadanos a las actividades político-electorales -que en otros países del mundo son tan importantes- han tenido dos consecuencias: la primera que existan malos gobiernos y, la segunda, que los buenos gobiernos no continúen, ya sean panistas, priístas o de cualquier otro partido.
A muchos ciudadanos se nos olvida muy pronto lo que tal o cual gobierno hace o deja de hacer, y eso impacta directamente en las elecciones. Los otros los que no se olvidan de nada, son, desde mi punto de vista, los que realmente ejercen un voto razonado, pero desgraciadamente son la minoría. Y tenemos un tercer grupo: los prostituidos.
Así pues, tenemos tres tipos de votantes; los que olvidan muy pronto, los que recuerdan todo y los que están sujetos, desgraciadamente, a lo que dice el de a lado (ya sea comentarios o $), es decir, los prostituidos.
Pero vayamos por partes. Hace unos días leí un artículo acerca de Günter Grass, el recién galardonado Nóbel de Literatura, quien en cierto parte decía "la sociedad en general olvida muy pronto, y más los alemanes", afirmación muy cierta hasta la coma, pero no concuerdo con él en el sentido de que son los alemanes los que más pronto olvidan; creo que menciona eso porque no conoce Saltillo.
Para ilustrar mejor lo anterior, comentaré que yo no entiendo por qué aquellos electores que olvidan muy pronto siguen votando por aquella forma de gobierno (¿conveniencia a olvidar o realmente olvidan?) y aceptan la oferta política del mismo tipo de gobierno, cuando es por todos sabido, con ejemplos claros y precisos, que ese gobierno en cuestión no realizó obras ni programas en beneficio de la comunidad, que fue un Gobierno mediocre y superficial, incapaz siquiera de mejorar aunque sea un mínimo el nivel de vida de sus gobernados. En fin.
Por otra parte, tenemos a los electores prostituidos -los más dañinos para la joven democracia en México- que, en pocas palabras, se venden por dinero o compran tal o cual oferta de Gobierno porque la influencia de alguien cercano a él haya pesado mucho. Pero vayamos a los hechos.
La semana pasada una articulista que escribe para éste periódico, mencionaba que no cree que haya gente que sea capaz de vender su dignidad o su derecho de ejercer su voto de una manera razonada y libre. Me parece, con todo respeto, que quizás la señora o señorita, sólo apreció una parte de lo que acontecía en la ciudad el día de las elecciones.
Yo no me explico cómo en un sector o colonia donde se ha invertido en la actual administración municipal recursos sin precedentes, mejorando notablemente el nivel de vida de esas personas, éstas hayan decidido votar por el PRI, ¿por qué ya estaban cansados de tantas obras?, ¿por qué ya no querían seguir mejorando su entorno?. Son preguntas a las que aún no encuentro respuestas, por más que hago el intento.
Un colega panista me comentaba que el otro día, un priísta le decía: "El PAN y la alianza perdieron la elección porque en las colonias populares no se ha hecho casi nada de obra". Un poco molesto yo le dije al compañero que actual administración municipal panista ha realizado un 40.5 por ciento más obra con recursos propios que el anterior gobierno priísta, por mencionar un solo dato.
Desgraciadamente eso a los electores olvidadizos y a los prostituidos parece no interesarles, aunque haya mejorado su nivel de vida de una manera muy evidente.
Dado lo anterior, estoy llegando a la conclusión que en Saltillo y en México la elección se gana solo en época de elecciones. O mejor dicho, ganan aquellos candidatos que pueden comprar o "atraer" a los electores que yo clasificó como olvidadizos y los prostituidos, y no los que hayan ejercido un buen gobierno o tengan las mejores propuestas. Qué tristeza.
Finalmente están aquellos electores no olvidadizos, que están vacunados o protegidos contra todo aquello que quiera influenciar su razonado voto. ¿Pero contra qué pueden estar vacunados o protegidos estos electores? Están vacunados contra la publicidad de los candidatos que no sean de su elección, contra los comentarios que se realizan en los medios de comunicación oficialistas, vendidos y los imparciales -léase comentaristas de televisión, radio o editorialistas de periódicos- contra los comentarios de personas cercanas a su entorno, entre otras cosas.
Los electores no olvidadizos (es decir los que razonan su voto) son los que desgraciadamente crecen a un ritmo mucho menor que los otros dos tipos de electores. Es decir, de todos aquellos que año con año se incorporan al padrón electoral, los que menos se incorporan son los no olvidadizos.
Así pues, con estos dos tipos de electores que debemos de erradicar, estamos construyendo esa "democracia olvidadiza y prostituida", pero al fin democracia, dicen unos, que por todos lados presumen las autoridades electorales y gubernamentales.
Desde mi punto de vista todavía falta mucho por hacer en México. Dicen que la mejor publicidad es la de boca en boca, así que si queremos realmente continuar con el cambio en nuestro País, comentemos y platiquemos por todas partes y con todo mundo aquello que está bien y no lo que está mal.
Tratemos de convertir a los electores olvidadizos y prostituidos en electores no olvidadizos, para que México sea un mejor País, quizás no para ti ni para mí, pero sí para tus hijos. ¿No crees que vale la pena?
Gracias a los pocos lectores por ocuparse de este artículo. Gracias por el espacio. Hasta la próxima.
*El autor es ex secretario Técnico del Alcalde Manuel López y fue Coordinador de la Campaña a Presidente Municipal por la Coalición en Saltillo
Periódico PALABRA
(13-10-1999).-
Análisis. Los electores no olvidadizos (es decir los que razonan su voto) son los que desgraciadamente crecen a un ritmo mucho menor que los otros dos tipos de electores. Es decir, de todos aquellos que año con año se incorporan al padrón electoral, los que menos se incorporan son los no olvidadizos.
En Saltillo, y quizás en México, estamos empezando a ver que existen tres tipos de electores y de votos. Sólo uno podrá ayudarnos a transformar el País. De cada uno de nosotros depende cuál queremos que permanezca.
Platicando con personas de todo tipo y de todas las clases sociales me di cuenta que en la ciudad poco impactó o, mejor dicho, poco le interesó el hecho de que hace dos semanas tuviéramos elecciones. Si no fueran por tantos y tantos espectaculares, gallardetes, pasacalles y mamparas distribuidas por las calles, la gente no se hubiera dado cuenta de lo que sucedía en Saltillo en materia política y electoral.
¿Qué nos faltó para hacer interesante la contienda política?, ¿qué nos faltó para vencer a ese monstruo llamado abstencionismo?, ¿o es que a los saltillenses no nos interesa la política, ni nuestros gobernantes, ni como actúan?
No cabe duda que en México, pero pienso que principalmente en Saltillo, no nos interesa la política, la participación en los asuntos de la ciudad, ni la integración en las tareas gubernamentales, entre otros temas. Todo este alejamiento de los ciudadanos a las actividades político-electorales -que en otros países del mundo son tan importantes- han tenido dos consecuencias: la primera que existan malos gobiernos y, la segunda, que los buenos gobiernos no continúen, ya sean panistas, priístas o de cualquier otro partido.
A muchos ciudadanos se nos olvida muy pronto lo que tal o cual gobierno hace o deja de hacer, y eso impacta directamente en las elecciones. Los otros los que no se olvidan de nada, son, desde mi punto de vista, los que realmente ejercen un voto razonado, pero desgraciadamente son la minoría. Y tenemos un tercer grupo: los prostituidos.
Así pues, tenemos tres tipos de votantes; los que olvidan muy pronto, los que recuerdan todo y los que están sujetos, desgraciadamente, a lo que dice el de a lado (ya sea comentarios o $), es decir, los prostituidos.
Pero vayamos por partes. Hace unos días leí un artículo acerca de Günter Grass, el recién galardonado Nóbel de Literatura, quien en cierto parte decía "la sociedad en general olvida muy pronto, y más los alemanes", afirmación muy cierta hasta la coma, pero no concuerdo con él en el sentido de que son los alemanes los que más pronto olvidan; creo que menciona eso porque no conoce Saltillo.
Para ilustrar mejor lo anterior, comentaré que yo no entiendo por qué aquellos electores que olvidan muy pronto siguen votando por aquella forma de gobierno (¿conveniencia a olvidar o realmente olvidan?) y aceptan la oferta política del mismo tipo de gobierno, cuando es por todos sabido, con ejemplos claros y precisos, que ese gobierno en cuestión no realizó obras ni programas en beneficio de la comunidad, que fue un Gobierno mediocre y superficial, incapaz siquiera de mejorar aunque sea un mínimo el nivel de vida de sus gobernados. En fin.
Por otra parte, tenemos a los electores prostituidos -los más dañinos para la joven democracia en México- que, en pocas palabras, se venden por dinero o compran tal o cual oferta de Gobierno porque la influencia de alguien cercano a él haya pesado mucho. Pero vayamos a los hechos.
La semana pasada una articulista que escribe para éste periódico, mencionaba que no cree que haya gente que sea capaz de vender su dignidad o su derecho de ejercer su voto de una manera razonada y libre. Me parece, con todo respeto, que quizás la señora o señorita, sólo apreció una parte de lo que acontecía en la ciudad el día de las elecciones.
Yo no me explico cómo en un sector o colonia donde se ha invertido en la actual administración municipal recursos sin precedentes, mejorando notablemente el nivel de vida de esas personas, éstas hayan decidido votar por el PRI, ¿por qué ya estaban cansados de tantas obras?, ¿por qué ya no querían seguir mejorando su entorno?. Son preguntas a las que aún no encuentro respuestas, por más que hago el intento.
Un colega panista me comentaba que el otro día, un priísta le decía: "El PAN y la alianza perdieron la elección porque en las colonias populares no se ha hecho casi nada de obra". Un poco molesto yo le dije al compañero que actual administración municipal panista ha realizado un 40.5 por ciento más obra con recursos propios que el anterior gobierno priísta, por mencionar un solo dato.
Desgraciadamente eso a los electores olvidadizos y a los prostituidos parece no interesarles, aunque haya mejorado su nivel de vida de una manera muy evidente.
Dado lo anterior, estoy llegando a la conclusión que en Saltillo y en México la elección se gana solo en época de elecciones. O mejor dicho, ganan aquellos candidatos que pueden comprar o "atraer" a los electores que yo clasificó como olvidadizos y los prostituidos, y no los que hayan ejercido un buen gobierno o tengan las mejores propuestas. Qué tristeza.
Finalmente están aquellos electores no olvidadizos, que están vacunados o protegidos contra todo aquello que quiera influenciar su razonado voto. ¿Pero contra qué pueden estar vacunados o protegidos estos electores? Están vacunados contra la publicidad de los candidatos que no sean de su elección, contra los comentarios que se realizan en los medios de comunicación oficialistas, vendidos y los imparciales -léase comentaristas de televisión, radio o editorialistas de periódicos- contra los comentarios de personas cercanas a su entorno, entre otras cosas.
Los electores no olvidadizos (es decir los que razonan su voto) son los que desgraciadamente crecen a un ritmo mucho menor que los otros dos tipos de electores. Es decir, de todos aquellos que año con año se incorporan al padrón electoral, los que menos se incorporan son los no olvidadizos.
Así pues, con estos dos tipos de electores que debemos de erradicar, estamos construyendo esa "democracia olvidadiza y prostituida", pero al fin democracia, dicen unos, que por todos lados presumen las autoridades electorales y gubernamentales.
Desde mi punto de vista todavía falta mucho por hacer en México. Dicen que la mejor publicidad es la de boca en boca, así que si queremos realmente continuar con el cambio en nuestro País, comentemos y platiquemos por todas partes y con todo mundo aquello que está bien y no lo que está mal.
Tratemos de convertir a los electores olvidadizos y prostituidos en electores no olvidadizos, para que México sea un mejor País, quizás no para ti ni para mí, pero sí para tus hijos. ¿No crees que vale la pena?
Gracias a los pocos lectores por ocuparse de este artículo. Gracias por el espacio. Hasta la próxima.
*El autor es ex secretario Técnico del Alcalde Manuel López y fue Coordinador de la Campaña a Presidente Municipal por la Coalición en Saltillo
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