El Diario de Coahuila, 1 de mayo 2003
Selección de candidatos a
Regidores al interior de los partidos políticos. Quizás
el origen de todos las deficiencias y males al interior de los Ayuntamientos en
nuestro país está en la forma de selección o de los requisitos que imponen los
partidos políticos a sus militantes para aspirar a la candidatura a Regidor, ya
que estos solo contemplan que cumplan con los principios de doctrina y el
reglamento del partido y olvidan las habilidades y conocimientos que la persona
interesada debe tener para contribuir en el diseño de políticas públicas
adecuadas y la elaboración de estrategias de solución sobre la problemática
social.
La
solución a lo anterior pudiera ser la celebración de elecciones primarias,
mismas que son un filtro para que los “malos” candidatos queden en el camino.
Sin embargo encontramos que en algunos países, a pesar de no contar con
elecciones primarias, poseen en sus municipios Ayuntamientos fuertes,
independientes y con capacidad de iniciativa, pero es cierto que en esto
influye mucho el sistema electoral que han adoptado, amén de los requisitos que
ponen los partidos de esos países para aspirar a la candidatura a Regidor.
Pero
vayamos a los hechos sobre el método de elección y selección de los aspirantes
a las candidaturas a Regidores y Síndico(s) al interior de los tres principales
partidos políticos en el país (PRI, PAN, PRD).
Como
se sabe, a cada municipio, según su población, le corresponde un número
determinado de Regidores y Síndico(s). En este punto, cada estado define dentro
de sus Leyes Electorales o Constituciones Estatales, los rangos de población
para asignar cierto número de Regidores. Sobre el cargo de Síndico, también se
define el número de ellos, en algunos Estados se asigna sólo un Síndico sin
importar la población o bien dos Síndicos cuando la población rebasa cierto
número de habitantes.
Conforme se acercan
la época electoral, al interior de los partidos comienza la lucha por los
espacios de poder entre los distintos grupos o corrientes prevalecientes. Hoy
en día, al interior de cada uno de los partidos, se acentúa más la tendencia de
que son dos, y no más, los grupos que se disputan los espacios de poder en cada
uno de los órdenes de gobierno, tratando de colocar a los miembros de sus
grupos.
Iniciando con la obtención de la
candidatura a Presidente Municipal es preciso mencionar que existen dos
requisitos claves a cubrir: el aspirante deberá tener gran popularidad dentro
del municipio, es decir posibilidades reales de triunfo, y por otra parte contar con preferencias
suficientes entre los militantes del partido que apoyen su pre-candidatura.
En algunos Estados del país, dado el
gran arraigo del caciquismo y el centralismo-imperialismo que ejercen todavía
algunos gobernadores, es necesario que cumplan con el visto bueno del mismo,
pero se insiste en que no es un
requisito indispensable a cubrir en todos los Estados.
Así pues, atrás quedaron añejos
requisitos de años de militancia, ser miembro distinguido del partido y/o visto
bueno de las dirigencias nacionales, que prevalecieron principalmente en el PRI
hasta la década de los 80´s cuando empezaron a perder alcaldías frente a la
oposición.
Una vez definido el candidato a
Presidente Municipal en el partido, inicia la segunda etapa para la
construcción de la planilla, esto es definir a los candidatos a Regidores y
Síndico(s). Como ya se mencionó, existe un número de candidaturas a Regidor
según el tamaño de la población del municipio, que deben ser cubiertos. Ahora bien,
dichas candidaturas son cubiertas por militantes provenientes de dos grupos: la
mitad de dichas candidaturas son asignadas a militantes propuestos por el
candidato a Presidente Municipal y el resto o la otra mitad son asignados a
militantes que el partido designa, ya sea mediante el método de elección o por
antigüedad en el partido o merecimiento por trabajo partidista.
Como se puede observar, las
habilidades para desempeñar un buen trabajo como posible Regidor y los
conocimientos necesarios que permitan aportar ideas a la solución de la
problemática social, son prácticamente desechadas y menos tomados en cuenta
como características indispensables para aspirar a una candidatura a Regidor.
Las características antes mencionadas
se hacen presentes, por obligación, cuando un candidato a Regidor tiene que
convencer al electorado a través de un programa de trabajo para poder obtener
la mayoría de votos. Según Sartori, los supuestos respectivos son que cuando
votamos por personas, si importa quién es quién (cuáles son su antecedentes) y
puede convertirse en un factor decisivo, en tanto que donde se vota por listas se esta votando básicamente
por un partido, y en gran medida, éste controla a su vez a los ganadores
individuales. La elección directa de cada uno de los integrantes del
Ayuntamiento, eliminaría de tajo los vicios prevalecientes en los municipios:
Ayuntamientos ineficientes y solapadores de malas prácticas de gobierno. De
aquí la urgente necesidad de que los Congresos estatales modifiquen los actuales
sistemas electorales municipales.
Por otra parte, en México, la
agrupación partidista en los cuerpos colegiados de Gobierno ha tenido también
como fastidioso producto, en muchos casos, la segregación de las minorías; esto
tiene mucho que ver con lo que el experto municipalista Tonatiuh Guillén señala
sobre el sistema de elección de los regidores, que debe ser más por
circunscripción territorial que por el esquema de planillas. En nuestro caso,
casi siempre las minorías, son relegadas de los procesos de toma de decisiones.
Se ve a estos regidores más como oposición que como composición del Gobierno
comunal, según lo señala la Fundación para el Desarrollo de la Iniciativa
Local.
Sin duda alguna los
partidos políticos en nuestro país tienen una gran responsabilidad sobre la
calidad del ejercicio de gobierno de un Ayuntamiento, al ser la única fuente de
futuros gobernantes, ya que nuestro sistema electoral nacional no permite las
candidaturas independientes. Sus métodos de selección y elección deben ser
filtros que contribuyan a que las personas que contiendan por cargos públicos
municipales sean personas preparadas, interesadas verdaderamente en su
municipio, comprometidas en la solución de los problemas y sobre todo que
balancee la lealtad probada a su partido con respecto a la lealtad de la
sociedad, que bien se la merece.
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