La
semana pasada mencioné sobre como la nueva participación ciudadana, desde mi
punto de vista, tiende a especializarse en rubros antes no explorados y a
organizarse de una mejor manera de tal suerte que llega ya con propuestas ante
el gobierno (federal, estatal o municipal).
Terminé
señalando que en Sinaloa, a pesar de sus graves problemas de inseguridad,
comienza a desarrollar una activa participación ciudadana enfocada en los asuntos
colectivos o públicos. Este es un tema importantísimo y fundamental porque en
la medida que lo público (donde entra el gobierno) funciona de una forma más
eficiente, las necesidades y carencias tienden a disminuir. De esta manera
muchos asuntos que hoy son atendidos por organismos civiles de filantropía
quedarían atendidos por el Estado.
Lo
anterior se confirma porque los organismos no gubernamentales se enfocan
mayormente en cubrir huecos y vacíos dejados por el gobierno al no poder o no
querer llegar a cubrirlos. En este sentido Diego Valadés señala en su libro “Constitución y
Democracia” (UNAM, 2002) que de alguna manera el surgimiento y proliferación de
estos organismos corresponde a una etapa en que los titulares de los órganos
del Estado presentaron un doble déficit: de legitimidad y de efectividad.
La semana
pasada también hice la siguiente pregunta: ¿Se puede lograr una mancuerna
gobierno-sociedad, en aras de atender los retos colectivos, bajo una nueva
relación y bajo nuevas reglas donde ambos actores se conducen a la par y no de
manera supeditada? Mi respuesta fue un sí y la muestra es Sinaloa.
En aquel
Estado el Consejo para el Desarrollo de Sinaloa (CODESIN www.codesin.org.mx),
que comienza a jugar un rol importante, es un caso a analizar. Hoy también es
generador de otros movimientos netamente civiles como el Movimiento Ciudadano
por una Mejor Administración Municipal (MOCIAM).
Pero iniciemos
por el CODESIN. Este espacio plural surge en momentos de coyuntura: la crisis
de 1995. La creación de este consejo fue una respuesta de la comunidad
empresarial y del gobierno estatal para promover al Estado como un lugar apto
para realizar inversiones y generar empleos.
En aquel
tiempo y después de diferentes esfuerzos, la comunidad empresarial se convenció
de que era necesario trabajar de la mano con el gobierno y éste, del mismo modo, asimiló que requería
de sinergias para ofrecer a la sociedad alternativas de solución a los diversos
problemas.
Después de un
intenso trabajo y cabildeo para conformar la estructura adecuada, en noviembre
de 1996 se publica la Ley que le da vida institucional al CODESIN Estatal, así
como a los cuatro consejos regionales, mismos que tendrían entre sus funciones el dar apoyo a los consejos de
desarrollo económico de cada uno de los municipios sinaloenses.
Hoy en día el
CODESIN Estatal está conformado por un cuerpo directivo de 12 integrantes (4
del gobierno estatal y 8 provenientes de la iniciativa privada). Además existen
cuatro consejos regionales que están conformados con una mayoría de
representantes de la sociedad civil. Todos mantienen un paso sólido no
solamente para perseguir sus objetivos originales, sino que sus actividades
involucran temas relacionados desde la competitividad hasta el fortalecimiento
de los gobiernos locales como protagonistas del desarrollo económico.
Este mecanismo
de participación (CODESIN) contribuye también a la generación de una red
organizada donde participan los órdenes de gobierno estatal y municipal junto
con los representantes de la sociedad civil. Esta estructura permite armonizar
en un mismo espacio las diferentes visiones de los actores participantes,
siendo la constante la sociedad civil.
La
credibilidad y el reconocimiento que ha logrado el CODESIN ha atraído la
atención de otros sectores que tradicionalmente no participan en él debido a
sus disposiciones jurídicas. Sin embargo hoy el CODESIN no solo funge como un
jugador activo en el proceso de desarrollo de Sinaloa, sino que invita a
involucrarse en el desarrollo y mejoramiento de los gobiernos municipales.
Como parte de
sus esfuerzos y de esa capacidad de convocatoria, días atrás en la ciudad de
Guasave, Sinaloa, me toco presenciar la conformación del Movimiento Ciudadano
por una Mejor Administración Municipal (MOCIAM). Inspirados en la experiencia
de Ciudadanos por una Mejor Administración Pública (CIMAP) de Ciudad Juárez y
bajo la orientación de CODESIN Zona Norte, este grupo decidió poner manos a la obra para proponer a los candidatos
a presidente municipal de ese municipio, que aquel elegido por el voto popular
nombre a funcionarios que cumplan con un perfil determinado. En otras palabras;
se busca la profesionalización en los mandos superiores de la administración
municipal.
Hace once días
el MOCIAM celebró su reunión con los candidatos para explicarles sus propuestas
y aunque los resultados están por verse no cabe duda que este ejercicio marcó
un nuevo punto de partida. Pero lo que más me llamo la atención es que dentro
del MOCIAM hay uno de los principales transportistas urbanos de la ciudad.
¿Imagina Usted a un líder transportista de Saltillo participando en este tipo
de iniciativas ciudadanas? Sinceramente yo no.
Quizás el caso
coahuilense que pudiera ser semejante al
CODESIN es el Consejo Estatal de Impuestos sobre Nómina, donde gobierno y
algunos sectores toman decisiones consensuadas. Si bien ha dado buenos
resultados, su campo de acción esta muy limitado: la aplicación democrática de
recursos públicos en obra de infraestructura estratégica.
Coahuila se jacta
de tener más de 400 organizaciones civiles, hecho que es benéfico, pero
desafortunadamente pocas se orientan hacia la procuración y promoción de
iniciativas que conlleven a tener mejores gobiernos municipales y estatal. ¿Es
necesario en Saltillo y en Coahuila mecanismos como el CODESIN, MOCIAM y el
CIMAP?
La
nueva participación ciudadana implica el surgimiento de grupos plurales de
ciudadanos que deciden participar en nichos que no han venido siendo abordados
por las autoridades ni tampoco por los organismos civiles tradicionales. Con la
evolución de nuestra sociedad, vamos descubriendo nuevas áreas de oportunidad
que necesariamente requieren ser atendidas.
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