Los bonos y la siguiente etapa


Artículo Localeando, El Diario de Coahuila, 21 de noviembre 2004

Es casi un hecho que el tema de los bonos a los regidores vuelva a convertirse en tema de discusión en los próximos días. Y en realidad el hecho de que se dé es un claro indicio de que las cosas van caminando. Años atrás, el sigilo y el disfrazamiento de pagos era una constante.

Pero si bien se ha dado un paso adelante para transparentar todo ello, el camino aún es largo; para llegar a su eliminación se requerirá mucho más que meras declaraciones y recriminaciones de las cámaras empresariales y de los grupos civiles enfocados al ámbito municipal como Alianza Cívica. Se requieren de nuevos actos de coordinación y de presión para hacerle ver al Cabildo que, de ahora en adelante, la tolerancia hacia los bonos ha terminado.

La clase política local ha desarrollado una especie de inmunidad cargada con justificación que permite resbalar toda clase de critica sobre los bonos. La ya trillada frase de que “el regidor trabaja duro y además cuando deja su cargo se le complica encontrar un nuevo trabajo” debe ser desechada y ser causante de vergüenza por quien la dice. Pero, ¿cómo hacer para que ello suceda?

Saltillo es una ciudad que siempre ha carecido de la movilización de la masa pública. La construcción de opinión crítica ante hechos del gobierno municipal sigue quedando rezagada en comparación con otras ciudades. Las declaraciones de los mismos de siempre da a pensar a los políticos que sólo son unos cuantos quienes se quejan y que por lo tanto no es representativo del total de la sociedad. He aquí la principal arma para seguir haciendo de las suyas. Los mismos de siempre requieren de más apoyo o bien de nuevas estrategias.

Cuando la sociedad presenta un índice mínimo de desarrollo (como Saltillo) con el cual se pueda hacer frente a las necesidades básicas (seguridad, servicios públicos, entretenimiento, educación, entre otros) se torna complicada la generación de opinión crítica para con los gobernantes.

La mayoría parece conformarse con su situación actual cuando es evidente que hay más etapas por alcanzar dentro de la evolución de la sociedad saltillense. El cuestionamiento para la clase gobernante, aún cuando ésta lleve a cabo actos que pasan la frontera de la ética e incluso de lo legal, se torna débil y sin constancia. Ya no se trata de exigir a las autoridades correspondientes que se deben tener elecciones confiables, ahora el enfoque debe estar en la exigencia de un comportamiento adecuado de los gobernantes y de un desempeño eficiente.

El perfeccionamiento del gobierno, en este caso el municipal, debe ser el siguiente reto que debemos atender como sociedad pero tal parece que la energía por el momento no nos alcanza para ello. Lo electoral nos cansó y una ley estatal de transparencia nos tiene satisfechos. El caso de los bonos embona perfectamente en lo antes señalado. Su presencia parece no causar ninguna reacción en muchos sectores aún cuando todo mundo lo condena.

El gobierno municipal en México, y Saltillo no es la excepción, tiene muchos retos por atender y la sociedad civil puede ser un gran impulsor para que se vayan atendiendo. La todavía añeja cultura de “apropiación” del gobierno por quien gana las elecciones hace que hoy en día un gran numero de los retos estén “secuestrados” por las mismas autoridades y en el mejor de los casos son sólo atendidos por otros sectores como el académico.

Es necesario que la sociedad tenga una participación activa en temas como la transparencia (la ley no es suficiente), la revisión y rendición de cuentas, perfiles de funcionarios, profesionalización de niveles medios e inferiores y presupuestación, entre otros.

Para darse una idea de los muchos huecos que la sociedad debe todavía cubrir con relación a su gobierno  señalo a manera de pregunta algunas de ellas; ¿Cuántos resultados de auditorias internas a los gobiernos locales se hacen públicos en primera instancia por diseño de sistema? ¿Cuántas Comisiones de Hacienda de los Cabildos mexicanos deliberan de cara a la sociedad?

Más preguntas: ¿Qué rol  juega la ciudadanía en la definición de perfiles (no de personas) para los funcionarios de primer nivel del gobierno municipal? ¿Cómo es el desempeño del gobierno por ejemplo en la recolección de basura comparado con el municipio vecino y cuánto nos cuesta?

En otras palabras, la sociedad requiere enfocar mayores esfuerzos que incidan en lo interno del gobierno; habilidades, capacidades, manejos, actitudes, reordenamiento institucional, etcétera; y no exclusivamente en lo externo (políticas, programas, mecanismos, espacios), ya que si es de ésta manera lo último presentará siempre déficit si lo primero (el gobierno) no está debidamente amalgamado y estructurado.

Bajo las condiciones y la estructura gubernamental actuales, los bonos seguirán apareciendo en la historia de Saltillo sin importar que partido gobierne, al menos que se aglutine voluntad de los regidores junto con la presión social. La permanente eliminación de los bonos requiere de su reglamentación; si no es de esta forma entonces nada garantiza que ya no existirán.

No se trata de criticar a los actuales regidores, se trata de fortalecer al Cabildo cuya responsabilidad es guiar a la sociedad. Los hoy regidores hace poco eran ciudadanos y en ciudadanos se han de convertir en aproximadamente 400 días ¿Porqué no seguir colocando piedras que contribuyen a fortalecer al gobierno y a generar confianza entre la sociedad?

Si la entrega de bonos no causa remordimiento entre los que lo reciben, sí causará un severo daño cultural a la sociedad. El mensaje de “el que acceda al gobierno municipal podrá cobrar jugosos bonos” será el principal pasaporte para que cualquier clase de político gobierne en la ciudad.


Glosa: La agrupación Colimenses por una Mejor Administración Pública (COLIMAP) recién acaba de ser formada. Esta iniciativa ubicada en el Estado de Colima busca precisamente coadyuvar en el fortalecimiento del gobierno para que pueda atender de una mejor manera a la sociedad junto con sus retos. Los integrantes de COLIMAP provienen de diversas organizaciones empresariales y civiles con programas e intereses propios, pero que convergen en espacios comunes llenos de retos colectivos por enfrentar y con nichos por atender.

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