Artículo Localeando, El Diario de Coahuila, 19 de febrero 2007
Resulta
interesante dar seguimiento a los discursos de los dirigentes de los partidos
políticos en eventos formales y/o académicos porque de alguna manera dan voz a
los conceptos e ideas que al interior de los mismos se están abordando y
discutiendo. Dichos eventos les sirven para lanzar propuestas digamos serias y
al mismo tiempo medir la recepción que estas tienen entre la audiencia,
usualmente líderes de opinión, periodistas, empresarios.
Pues
bien, el pasado 12 de febrero se llevó a cabo en el Instituto de Investigaciones
Jurídicas de la UNAM el seminario “Constitución, democracia y elecciones: la
reforma que viene”. A él asistieron, entre otros, los secretarios generales del
PRI y el PAN, Rosario Green y Carlos Abascal. El PRD estaba invitado pero no
envió a nadie.
De
acuerdo a notas periodísticas, ambos políticos hicieron varias proposiciones.
El primero planteó una reforma legal para impedir que una persona pueda contender
en una elección por un partido político diferente del que originalmente formaba
parte durante el mismo proceso electoral. El periódico La Jornada transcribió las
palabras del ex secretario de Gobernación como “una propuesta para que exista
mayor control de las participaciones políticas en aras de mayor congruencia,
porque con frecuencia hay ciudadanos que son postulados por un partido con el
cual ni siquiera tienen la más mínima afinidad”. ¿A cuántos realmente los mueve
una afinidad ideológica y a cuantos un interés económico?.
Por su
parte Rosario Green, reportó Reforma, se pronunció por castigar a los
tránsfugas partidistas al imponerles un plazo mínimo de dos años para poder
volver a participar en un proceso electoral. Igualmente sugirió la existencia
de una legislación que regule más allá de las actividades electorales de los
partidos, pues ello garantizaría que la vida interna de todos los partidos
fuera más democrática. En otras palabras Green proponía una Ley de Partidos, a
lo que Abascal se opuso.
Las propuestas
de Abascal y Green dan para mucha discusión y análisis. Respecto a la del
primero, los periodistas rápidamente la comprendieron y le cuestionaron si iba
dirigida contra la ex -panista Ana Rosa Payán. Como era de esperarse, Abascal
lo negó (ni siquiera tiene la osadía de afirmar algo tan evidente). Ahora bien,
la propuesta de Green es más rigorista que la del panista porque propone dos
años de castigo para el “desertor”, pero se comprende (más no se acepta) dado
que el PRI ha sufrido desde hace tiempo un profundo desangrado de importantes
militantes, fenómeno que inicia en el PAN debido a su penetración en el poder.
Ambos
actores tratan de convertir un fenómeno (transfuguismo), repetido desde hace
años, en oportunidad para sus instituciones, aprovechándose de que los
ciudadanos cuestionan, y hasta miran con no muy buenos ojos, esos movimientos, pero
ello no significa que deseen impedir legalmente dichas acciones. Al contrario,
en ocasiones ha recompensado al tránsfuga otorgándole los votos necesarios para
hacerse del poder. El mejor caso fue Ricardo Monreal en 1998, cuando ganó la
gubernatura de Zacatecas con el PRD y no con el PRI, quien postuló a otro
candidato.
El
transfuguismo, y ante la imposibilidad de las candidaturas independientes a lo
que Abascal también condenó, se convierte en un momento determinado en la única
salida para políticos que se consideran con los suficientes elementos para ganar
una contienda electoral y para los ciudadanos en oportunidad para enmendar los
errores, la opacidad y las trampas de los partidos en sus elecciones internas.
Los
partidos tienen chueca la mira respecto a las reformas que requiere nuestro
sistema de partidos. Sugieren una mayor rigidez legal para promover el buen
desempeño de los partidos pero bajo sus parámetros y esto es intolerante porque
solo buscan monopolizar aun más el acceso al poder. Las escisiones que vemos se
deben a sus propios errores y no a la
actual legislación.
Son
muchos los flancos débiles de nuestro país y uno de ellos son la calidad de
nuestros partidos, únicos actores sociales que poseen completamente la “sartén
por el mango” porque de ellos dependemos absolutamente todos, incluidas
nuestras instituciones. Preocupa que gentes pensantes como Abascal y Green
presenten propuestas con características totalmente antidemocráticas. Pero más
de Abascal, quien hasta el 2000 fue uno de los lideres empresariales que
pugnaban por una mayor libertad política. Con su iniciativa, apunta para el
otro lado. En todo caso ambos deben conminar a sus correligionarios a cumplir
con los principios básicos de un sistema democrático consolidado;
transparencia, apertura, austeridad, etc.
Hoy más
que nunca necesitamos partidos fuertes para contrarrestar muchos retos, de modo
que podamos vivir una democracia plena y evitar eso que Colin Crouch, el
prestigioso sociólogo británico, denomina la “Posdemocracia” (Taurus, 2004), donde
las élites poseen un control casi absoluto del gobierno y las instituciones,
excluyendo a la sociedad con una multiplicidad de sofisticados mecanismos, pero
sin caer en la antidemocracia, porque respeta ciertas formalidades de la
democracia representativa. Aunque al parecer ya lo estamos.
Glosa:
Dos temas. a) El gobierno de Coahuila esta promoviendo la conformación de
policías metropolitanas en la zona de Saltillo-sureste y La Laguna. En ellas se
sumarían las policías de los municipios conurbados, se formaría un comité, un
fideicomiso para administrar sus fondos, habría representación de los Cabildos
y de los Alcaldes y estaría dirigida por un Comisionado o coordinador general. La
propuesta me parece excelente y por supuesto que la apoyo. Sería la primera
ocasión que algo así sucediera en nuestro país. Es mediante este tipo de
mecanismos, como en las grandes zonas urbanas de EUA, Canadá y Europa han
podido paliar el problema de la inseguridad. Ojalá que en este proceso se
privilegie el beneficio de la ciudadanía y no termine en un intento frustrado
por egoísmos políticos o partidistas. Sería muy despreciable que así fuera.
Suerte con estos esfuerzos.
b) Es muy
lamentable observar la situación del ICAI; atrapado en pleitos internos
ocasionados por externos, donde el cumplimiento de sus objetivos quedan en
último lugar. Urge una definición pronta del Tribunal de Coahuila para aclarar
el entramado jurídico en el que se encuentra.
Comentarios