Pierde el ICAI, pierde Coahuila

Artículo Localeando, 13 de Diciembre de 2007 
Jaime Villasana Dávila 

A raíz de la restitución de Eloy Dewey como presidente del ICAI, debido a la sentencia de un tribunal federal, pensé que ese instituto saldría más fortalecido que nunca porque se mandaba un claro mensaje al Congreso local en el sentido de que éste no puede modificar leyes o alterar instituciones a su antojo.

Sin embargo, el peor de los escenarios para el ICAI se está dando. La división existente entre sus consejeros es la prueba; por un lado Manuel Gil y Alfonso Villarreal señalando que Eloy podrá ser un presidente legal pero ilegitimo porque al parecer no cumplió el acuerdo no escrito de estar cada concejero dos años como presidente del ICAI. Por su parte Eloy haciendo valer su derecho de restitución ante una arbitrariedad jurídica del Congreso local y reservándose la posibilidad de cumplir o no el susodicho acuerdo debido al cambio de escenarios.

Lo que sucede en el ICAI es un reflejo de lo que pasa en muchos institutos similares; a) débiles institucionalmente porque no soportan una andanada del gobernador, alcaldes, diputados, etc., b) con algunos concejeros que atienden a intereses particulares, y/o c) con un enfoque equivocado de lo que significa procurar la transparencia y rendición de cuentas.

Pero regresemos a nuestra novela llamada ICAI. A Manuel Gil lo conozco muy poco pero con esta base puedo decir que me sorprende mucho su actitud porque litigar una acción ilegal por parte del Congreso (cosa que hizo Eloy) es una decisión que muy pocos tienen el valor para hacerlo (menos en un sistema tan duro como el coahuilense) y por ello debe no sólo reconocerse sino apoyarse.

Manuel venía haciendo una buena labor (que seguramente podrá continuar más adelante) pero se aceleró con su comunicado porque Eloy no podía renunciar a un cargo que oficialmente no tenía en ese momento (sino hasta ayer miércoles). Si una vez que Eloy haya sido restituido, éste no cumple con el supuesto acuerdo entonces otra cosa procedería.

Muchos institutos (como el ICAI) están cayendo en el fango en que se encuentran muchas de nuestras instituciones. Se suponía que estas nuevas instituciones iban a sentar las bases para un nuevo México, pero tristemente vemos que no es así.

Muy lamentable lo que acontece en el ICAI. Una vez más Coahuila está perdiendo el bosque por un mendigo pino (o cargo). Mientras tanto quienes apuestan por su debilidad están ganando. Ojalá cambie el panorama.

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