Logos y frases de gobierno

Artículo Localeando, 31 de Julio de 2008 
Jaime Villasana Dávila 

Una de las primeras acciones del recién nombrado Alcalde de Saltillo, Jorge Torres López, había sido la de eliminar el logo y la frase de la administración del ahora ex –alcalde (“Te quiero Saltillo”) colocando únicamente en su lugar el escudo de Saltillo. El hecho para muchos quizás fue irrelevante pero tenía implicaciones serias e interesantes.

Nuestra tradición mexicana del personalismo y de asociar a nuestras instituciones públicas con un personaje nos ha conllevado a debilitar estas últimas. El mensaje de nuestros gobernantes ha sido claro hasta ahora; “sin mí la institución no es nada” o “yo hago la institución”, ideología alineada con la famosa frase “El estado soy yo” atribuible al rey francés Luis XIV.

En los países de democracia consolidada las instituciones poseen un logo o frase institucional (si la hay) los cuales se mantienen por largo tiempo, no cambiando conforme lo hace el gobierno. En otras palabras, el capricho creativo del gobernante del momento con fines particulares no es permitido.

El ejemplo más cercano está en EUA. El escudo del Presidente es el mismo de siempre (ningún presidente lo ha mochado o algo por el estilo) y la administración en turno no tiene una frase propagandística que la identifique. Lo mismo acontece en Estados y ciudades. Usted puede entrar ahora mismo a la página de Yuma, Arizona (http://www.ci.yuma.az.us/5549.htm) y luego hacerlo en dos o cinco años y vera siempre el escudo oficial (no logotipos). En otras ciudades como en Dallas, Texas (http://www.dallascityhall.com/) sí incluyen una frase (“Serving you”), pero la misma es institucional aprobada por el Cabildo y/o con participación de la población.

En México los gobernantes gastan miles de millones de pesos en imagen oficial personalizada que luego plasman en páginas de Internet, vehículos oficiales, papelería, panorámicos etc. Todo ello para favorecer su persona en detrimento a la institucionalidad de las instituciones, valga la redundancia, siendo esto una señal de nuestra todavía débil cultural política.

¿Por qué el Congreso federal/coahuilense y Ayuntamiento no convocan a un concurso nacional/estatal/municipal para definir el diseño de los logos (y frases si procede) de organismos públicos correspondientes y que estos ya sean los institucionales?

Lo que había hecho el Alcalde fue de reconocerse. Lamentablemente dio marcha atrás el pasado lunes, siguiendo el mismo camino de los demás. Qué lástima.

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