Artículo Localeando, 8 de Enero de 2009
Jaime Villasana Dávila
El 2009 muestra un escenario cargado de retos en todos los frentes (internacional, nacional y local) y temas (económico, político y social). Iniciando con el tema de Israel-Palestina, pasando por la crisis financiera-económica mundial, la elección federal de julio y terminando con asuntos locales.
No olvidemos la toma de posesión de Obama, todo un fervor mediático aquí en Washington DC, y la expectativa por conocer sus primeras decisiones como presidente de USA ante, por ejemplo, el caso de Irán.
Pero me concentro en un tema local; la reforma electoral propuesta por el PRI.
Los priístas coahuilenses proponen disminuir (otra vez) el número de diputados locales de 31 a 25, de los cuales 16 serían de mayoría relativa y 9 de representación proporcional.
Otros temas en la propuesta es reducir a 45 días la campaña para Gobernador y de 30 para municipios de más de 120 mil electores; permitir a los aspirantes expresar su intención de ser candidato con la limitación de que no puedan publicitarse; aumentar de 5 a 7 los consejeros del Instituto Electoral; constituir una “Comisión de Legalidad” encargada de dar seguimiento a la oferta política que los partidos políticos realicen durante los tiempos de precampaña y campaña electoral.
Además se incluye la iniciativa de que los Cabildos queden integrados por igual número de mujeres y hombres y colocados en forma intercalada.
Las propuestas son interesantes, merecen discutirse y atienden un clamor social, principalmente la reducción de diputados para disminuir costos. Pero cuidado, porque centrar este último punto únicamente con el tema de costos es dejar de lado el tema de la representatividad.
Igualmente es cuestionable “forzar” la igualdad genérica en los Cabildos (en ninguna democracia desarrollada esto acontece) y aumentar el número de consejeros electorales.
La propuesta priísta no incluye, lamentablemente, modificar la elección de regidores. La metodología actual de planilla no permite que en los Cabildos se generen líderes que enriquecerían el debate local y que serían un auténtico contrapeso al centralismo del Alcalde.
Los priístas coahuilenses deberían mirar a sus colegas nayaritas, quienes hicieron historia al aprobar la elección de regidores por distritos, ya puesta en práctica en su elección local de julio de 2008. Esto sí es romper paradigmas y darle el “poder a la gente”, como también lo sería autorizar a los partidos municipales. ¿Se animarán los tricolores?
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