Mediciones mexicanas y argentinas

Artículo Localeando, 3 de Septiembre de 2009 
Jaime Villasana Dávila 

Me encuentro toda esta semana en Argentina por motivos de trabajo, uno de ellos para dialogar con un equipo multidisciplinario de la Universidad Nacional de La Plata, la segunda universidad más grande del país, sobre el tema de la medición del desempeño en los gobiernos mexicanos y argentinos.

La acción de medir es una actividad que realizamos casi desde el origen del ser humano. Por mucho tiempo tales mediciones eran simples y básicas. Tomó fuerza con las guerras, dado que medir los tiempos o suministros, por ejemplo, era crucial para la victoria.

La revolución industrial aceleró e hizo que se le diera mayor sustento científico a la medición, principalmente en el sector privado. Con el tiempo surgió la medición del desempeño (MD), usada inicialmente por las empresas, la cual sirve para proveer datos de una manera sistemática y controlada sobre la eficiencia y la eficacia de una gestión.

En la administración pública la MD comenzó a utilizarse de manera seria desde la década de los 30s, principalmente en los gobiernos estadounidenses y europeos, pero no es sino hasta los 80s que su adopción comienza a masificarse.

En México el gobierno de Zedillo hizo un esfuerzo fugaz por adoptar esta herramienta. A partir del 2001 fueron los gobiernos municipales quienes iniciaron su aplicación formal a través del Programa SINDES de la Asociación de Municipios de México.

En el 2007 se aprueba la reforma al artículo 6º Constitucional que obliga a toda entidad pública a divulgar sus indicadores y sus resultados dando dos años de gracia para ello. A partir de entonces gobiernos federal y estatales y organismos públicos, comenzaron a trabajar en el tema. Al día de hoy hay un debate amplio al respecto pero falta mucho para arribar a un uso adecuado y masivo de esta importantísima herramienta y de gran utilidad en tiempos de crisis.

Según me dicen colegas argentinos aquí en su país el tema ni siquiera está en la mesa de la discusión pública o política. Ni imaginar para el corto plazo una reforma legal que incluya el tema en una ley suprema como aconteció en México. Se ubican ocho años atrás en el tema.

Viéndolo en perspectiva puedo concluir como la administración pública en México avanza gradualmente pero es opacada por otros temas como el narcotráfico, los pleitos e ineficacia de los partidos, etc.

Sin embargo pudiéramos avanzar más rápido si nos quitáramos algunos obstáculos como el de la prohibición de la reelección de Alcaldes, porque siendo realistas todavía la inmensa mayoría mide al estilo de “todo lo que entró, salió”.

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