Elecciones, continuidad y largo plazo

Artículo Localeando, 15 de Octubre de 2009 
Jaime Villasana Dávila 

El domingo celebraremos elecciones municipales luego de cuatro años de gestión gubernamental, siendo todavía el único estado del país bajo esta situación debido a las reformas municipales de 2001.

Al paso de este cuatrienio, y aun sin terminar las actuales administraciones, deseo reflexionar sobre dos temas trascendentales en el escenario municipal mexicano; continuidad y largo plazo. Inicio con el primero.

Cuando se planteó y aprobó la reforma a cuatro años de gestión municipal, dos de los principales razonamientos fueron la necesidad de brindarle más tiempo a las administraciones para desarrollar sus proyectos y de algún modo abonar a la continuidad.

La realidad ante este hecho es que 11 de los 39 alcaldes coahuilenses (o 29%) solicitaron licencia para atender otros proyectos políticos o personales (Vanguardia, 030809). El asunto no sería mayúsculo si nuestros gobiernos se sustentasen más en instituciones y no tanto en personas y además tuviesen planes de largo plazo y mecanismos efectivos para llevarlos a cabo.

En otras palabras, con instituciones fuertes y con rumbo claro, la persona no es un actor definitorio aunque obviamente contribuyente.

Ahora bien, la salida de tales alcaldes tampoco significó la debacle en sus municipios (hay niveles mínimos de institucionalidad), pero sí contribuyó a mantenernos por el mismo camino andado cuando se suponía que al menos tendríamos una ventaja sobre el resto de municipios mexicanos. Pues bien, la tercera parte de municipios coahuilenses no la tuvieron, entre ellos Saltillo.

Insisto, la institucionalidad abona a la continuidad de aquí que su fortalecimiento se convierte en una tarea ineludible de cualquier alcalde o de quien quiera serlo, no importando tanto si terminará o no su periodo de gobierno.

El otro tema es el “largo plazo”. En numerosas ocasiones he señalado como todavía ningún municipio coahuilense cuenta con un Instituto Municipal de Planeación (IMPLAN), como si lo tienen decenas de municipios mexicanos, capaz de darnos algo de certidumbre futura.

En su lugar tenemos en Coahuila Consejos para la Planeación Estratégica, en el caso de la Región Sureste llamado COPERES. El problema es su debilidad institucional. Tan es así que no tiene oficina física y sus “reuniones” pasan desapercibidas cuando por su importancia pudiera compararse con una reunión de Cabildo ¿A dónde va Saltillo?.

Continuidad (con institucionalidad) y Largo Plazo, dos temas transversales y envolventes de cualquier propuesta hecha por los candidatos a alcaldes.

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