Rutas recreativas y ciclovías

Artículo Localeando, 17 de Junio de 2010 
Jaime Villasana Dávila 

Lentamente comienzan a abrirse paso en México varias acciones gubernamentales tendientes a lograr un equilibrio sustentable entre el hombre y la naturaleza. Una de las primeras acciones fue la implementación del “hoy no circula” en el DF en los 90s.

Posteriormente arribaron acciones alternas como verificaciones vehiculares como las revisiones de talleres mecánicos, disposición de pilas alcalinas, reciclaje, certificación de empresas ambientalmente responsables, etc.

Un par de tales acciones son las rutas recreativas y las ciclovías. Ambas cumplen con cometidos algo distintos pero son perfectamente complementarios. La primera consiste en un espacio multiusos el cual puede ser transitado de cualquier forma posible; desde un triciclo, hasta en una clásica “avalancha”, pasando por los patines y “a pié”. Las rutas recreativas, cuyo otro propósito es la convivencia familiar y social, pueden ser temporales o fijas, predominando las primeras.

La ciclovía (o ciclorruta o bicicarril) “es el nombre genérico dado a parte de la infraestructura pública u otras áreas destinadas de forma exclusiva o compartida para la circulación de bicicletas” (Wikipedia) y tiene fines determinados.

Son varios municipios mexicanos los que han organizado rutas recreativas temporales y el domingo pasado Saltillo se sumó a esta corta lista, siendo una muy buena noticia. A decir de notas periodísticas el evento resultó un éxito pues fueron miles los saltillenses que aprovecharon esta iniciativa y además se fomentó la economía de los negocios ubicados en la ruta (demostrando que el cierre organizado de calles no necesariamente es perjudicial sino al contrario).

Anotémosle entonces al alcalde saltillense un merecido acierto, cuyo gobierno busca la certificación de la Organización Panamericana de la Salud por haber puesto en marcha este programa. Pero nuestra ciudad merece más y debe subirse de lleno a este tipo de acciones promotoras de la sustentabilidad.

Una de esas acciones es la multicitada (en esta columna) ciclovía, cuyos beneficios (bajo una estrategia bien definida) no son solo ambientales y de tráfico sino también de salud. En este rubro son todavía menos los municipios mexicanos con ciclovías formales, destacando el DF. San Pedro y Culiacán poseen una pero tienden a ser ciclovías recreativas. Chihuahua tiene algunos tramos que requieren potencializarse y en Guadalajara el gobierno de Jalisco acaba de hacer una realmente mala (y a las carreras), según especialistas.

En suma, Saltillo puede dar un ejemplo contundente en la materia y se requiere solo un ingrediente; voluntad de las autoridades municipales.

Comentarios