España: campeona por fuera, tensa por dentro

Artículo Localeando, 15 de Julio de 2010 
Jaime Villasana Dávila 

Hasta antes de conocer y vivir en España mi sentimiento hacia ese país era de cierto reproche y enojo. La enseñanza de primaria / secundaria (cargada de nacionalismo), más lo escuchado en la familia, amigos y conocidos por la conquista española sobre México me generó esos sentimientos.

Pero viviendo en España el enfoque cambia, más si se radica en una zona de alta tensión política como el País Vasco, donde hablar de identidades puede ser a veces peligroso. Los sentimientos son contrastantes: unidad, federalismo o independencia.

Y precisamente tales sentimientos, los cuales son comunes en Cataluña y en menor medida en Galicia, Comunidad Valenciana, Andalucía e incluso en las dos Castillas, hacen a uno quererse adentrar a esas entrañas y ubicar causas, a sabiendas de ser un esfuerzo para muchos inútil.

Pero así es España y aún con ello (más su actual crisis económica) sigue cosechando triunfos deportivos; tenis, Fórmula 1, MotoGP, balón mano, basquetbol y otros deportes más, destacando el campeonato mundial de futbol ganado emotivamente el pasado domingo. Este último éxito tendrá sin duda efectos. Es y será un gran revulsivo y alimentador de la identidad española y de la apropiación de la bandera mayormente entre la juventud, pues para muchos adultos todavía es el mejor emblema del franquismo.

Pero un sinnúmero de “españoles” están vacunados. Dos ejemplos. El primero lo ilustro con la respuesta vía email de un muy buen amigo vasco sobre al triunfo de La Roja; “Qué pena no sentirse español para celebrar por todo lo alto el mundial”.

El otro ejemplo se notó claramente cuando en un video de la celebración del triunfo de España sobre Alemania; la reina Sofía saluda de mano a Víctor Valdés (catalán y portero del Barça) pero éste voltea su rostro. Carles Puyol (también catalán y capitán del Barça) la recibe !en toalla!. Al final ambos no se unen al aplauso sincronizado de sus compañeros y la reina.

Este tipo de sentimientos y actitudes se refrescan ante decisiones como la del Tribunal Constitucional al Estatuto de Cataluña, al negarle su autodefinición como “nación”, un momento ya superado por Canadá y el tema Quebec. Así pues, miles de vascos y catalanes claman a gritos la libertad suficiente para manifestar por sí mismas (y no forzadas) que también son españoles pero porque quieren y no porque se les impuso luego del pacto de la Moncloa.

Es todavía muy complicado darle un significado político-identitario al triunfo de España. El tiempo lo dirá. Pero por ahora me causó mucha alegría ver por TV como cientos de miles de españoles celebraban el triunfo de su selección, tan plural como su país mismo.

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