Artículo Localeando, 11 de Noviembre de 2010
Jaime Villasana Dávila
El último líder del PRI-Nacional de origen coahuilense fue el lagunero Humberto Roque Villanueva (HRV) allá por 1996-1997, famoso por haber realizado la “roqueseñal” cuando el PRI aprobó en el Congreso el aumento del IVA del 10 al 15% como medida de emergencia por la crisis de 1995.
Hoy en día es muy probable que trece años después arribe otro coahuilense (el gobernador), y lo hace con mayor peso político que HRV en su momento por tres razones que a continuación cito, las cuales también son muy aplicables contra su principal competidor, Emilio Gamboa Patrón (EGP).
La primera tiene que ver con el cargo que actualmente ostenta; gobernador. Esto le brinda simpatías de sus colegas los gobernadores, los grandes ganones de poder político luego de la alternancia. Ahora bien, no hay que desdeñar el poder de la vieja nomenclatura priísta, la cual parece estar con EGP debido a su larga trayectoria.
La según razón tiene que ver con imagen pública. HRV llegó a la presidencia del PRI con una terrible imagen pública debido a la “roqueseñal”, pero esos eran otros tiempos. Si hoy HRV quisiera postularse al cargo con toda seguridad nunca llegaría. Por su parte EGP tiene una imagen pública gris y opaca, debido en parte a que no ha sido elegido popularmente y a su vinculación con la vieja clase política priísta, un concepto del que Peña Nieto quiere alejarse públicamente pero del que no puede pues de ahí viene.
En cambio el gobernador coahuilense posee una sólida imagen pública en su estado, la cual trata de exportar en los últimos días para consolidar su posición. Además su juventud y el desarrollo de su vida política alejada del centro del país son reactivos ante la sociedad mexicana.
La tercera razón es el apoyo de Elba Esther Gordillo. Ni HRV ni EGP son tan cercanos a la maestra como lo es HMV. Es tan valiosa en lo electoral que ni siquiera el PRI se ha atrevido a divorciarse políticamente de ella.
Tanto EGP como HMV saben generar votos pues ambos son extraordinarios operadores políticos. A esto súmese la maquinaria electoral priísta. Un binomio de miedo para la oposición en 2012. De aquí que la capacidad personal no sea crucial en estos momentos en que los priístas construyen su panorama de unidad. Las claves están en otros puntos.
Como coahuilense que soy, me gustaría que un paisano sea presidente del PRI-Nacional. Diría lo mismo si fuese el caso del PAN o PRD. Algunos coahuilenses dirán que HMV tiene tantos defectos que es imposible cegarse por el factor “paisano”. No sé si tengan razón. Pero lo que sí sé es que mi corte de caja me indica manifestarle mi apoyo, aun y cuando los ciudadanos no tengamos vela en el entierro. Así que suerte gobernador.
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