Artículo Localeando, 15 de septiembre de 2011
Jaime Villasana Dávila
Primero fueron los seis estados de la frontera norte, quienes a principios de los 80s formaron la Conferencia de Gobernadores Fronterizos (CGF). En 2001 los tres estados del noreste (Coah., NL y Tamps.) profundizaron su relación al firmar el APRA (Acuerdo para un Progreso Regional Asociado). En 2007 los estados del sureste hicieron un intento al conformar el colectivo Integración de Gobernadores de la Región Sur-Sureste (IGRSS).
De entonces a la fecha el activismo de tales asociaciones ha sido muy limitado debido principalmente al tema de la inseguridad, el cual ha atraído toda la atención de los gobernadores. Incluso el IGRSS puede darse por desaparecido.
En 2011 le toca el turno a una parte del centro con el fortalecimiento de la asociación de Aguascalientes, San Luis Potosí, Querétaro, Zacatecas y Guanajuato. En efecto, el pasado 30 de agosto los gobernadores de estos estados celebraron la Tercera Reunión Regional de Gobernadores de la Zona Centro.
Las características de esta sociedad son diferentes a las tres primeramente citadas y destacan dos. Primero, actualmente no tiene un nombre formal lo que complica referenciarla y además le quita institucionalidad. Segundo, nace o se deriva de la CONAGO. La CGF y APRA fueron iniciativas locales y el IGRSS fue un impulso del gobierno federal (quizás por eso su fracaso).
La reunión de los gobernadores fue estilo “cumbre”, es decir, incluyó formalidades y protocolos típicos de un deseo auténtico por mantener y fortalecer este asociacionismo. El gobernador de Aguascalientes lo dijo muy claro; “Tengo muy presente desde hace más de 40 años de servicio público en esta región, que nunca habíamos logrado tener una secuencia como la que estamos teniendo”.
Como suele suceder en este tipo de reuniones, la agenda de trabajo fue muy ambiciosa al abordar múltiples temas aunque ninguno promueve, al menos directamente, actividades para crear o reforzar una identidad regional. Esto se vio reflejado en el discurso mismo de los gobernadores y su actitud política, enfocada en el desarrollo y sin ensalzar la geografía o la cultura propia.
Lo anterior contrasta claramente con lo ocurrido en los estados del norte y principalmente del noreste. Como olvidar expresiones recurrentes de gobernadores y funcionarios norteños diciendo en sus cumbres algo como “nosotros somos la locomotora del país”.
Con la puesta en marcha de este asociacionismo en el centro se refuerza la configuración de la geopolítica mexicana. Los estados del sur y los satélites a la Ciudad de México siguen tan desunidos como siempre. Pero todo puede cambiar.
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