Ya nada será igual, si medimos al gobierno

Artículo Localeando, 3 de Diciembre de 2002 
Jaime Villasana Dávila

Los que caminamos por el sendero de los municipios podemos observar que en el último año se esta dando un impulso a la medición del desempeño de los gobiernos tanto municipales, como estatales y federales. Los movimientos de descentralización, la apertura económica y el desarrollo de la sociedad, son factores que están obligando a los gobiernos a mejorar los servicios, a ahorrar costos a los contribuyentes y a comprobar que la administración gubernamental si puede ser verdaderamente eficiente.

Así pues, hoy en día podemos ver que frecuentemente surgen modelos externos al gobierno que miden tanto el impacto de programas gubernamentales como el desempeño de alguna área del gobierno. Tenemos pues varios ejemplos al respecto: transparencia y rendición de cuentas (Transparencia Mexicana), índice de secuestros (COPARMEX), calidad de vida en las ciudades (Grupo Reforma), índice de medición del desempeño de los gobiernos estatales y municipales (ITESM), entre varios otros.

Pero también están surgiendo modelos de medición del desempeño impulsados desde los gobiernos mismos o desde sus agrupaciones o asociaciones. Algunos podrán pensar que dichos modelos reflejarán sólo los resultados que ellos quieren que se generen. Y motivos no les falta. Pero cuando el gobierno, o sus asociaciones o agrupaciones, hacen públicas dichas intenciones y abren a agentes externos y expertos en el tema el proceso para el diseño del modelo de medición, entonces las cosas cambian.

Según el Manual “Medidas del Desempeño”, elaborado por la ONU en coordinación con la Asociación de Oficiales Financieros de los Gobiernos Locales de Eslovaquia e ICMA,

un sistema de medición del desempeño mide lo que la organización considera importante y cuán bien se está desempeñando, pero hay que tener presente que así como esta herramienta puede guiar a una organización en una dirección positiva, un sistema inadecuado puede alejarlo de su rumbo correcto.

Uno de los beneficios de la medición del desempeño es que cuando un gobierno va midiendo su trabajo operativo y administrativo, puede ir realizando los ajustes necesarios que le permitan corregir el rumbo y alcanzar las expectativas planteadas en el momento preciso y no cuando ya se es demasiado tarde. En otras palabras se puede visualizar lo que en un futuro puede pasar si dejamos de hacer tal o cuál acción y en consecuencia actuar.

Desde hace un par de años la Asociación de Municipios de México (AMMAC) se propuso diseñar una herramienta que le permitiera a la sociedad mexicana contar con información confiable, clara y relevante para comparar el desempeño entre los gobiernos municipales. Hoy los primeros frutos comienzan a cosecharse.

Durante su IX Asamblea, la AMMAC dio a conocer los primeros resultados del Sistema de Indicadores del Desempeño (SINDES), su herramienta de medición del desempeño. Durante su presentación se pudo observar datos interesantes como algunos costos de los servicios que ofrece el gobierno municipal, porcentajes de cobertura de servicios y algunos datos sobre eficiencia en el desempeño de algunas funciones administrativas y operativas.

Así pues hoy sabemos que el costo promedio anual del servicio de recolección de basura por vivienda atendida durante el 2001 fue de $254.00 y que en el 2000 fue de $292.00 También podemos saber que el costo de operación de la Dirección de Seguridad Pública Municipal por habitante fue de $236.00 durante el 2001 y de $188.00 durante el 2000 o que en el 2001 un 36.5% de las vialidades en los municipios no contiene ningún tipo de tratamiento básico para rodamiento en zona urbana.

Esta herramienta SINDES diseñada por la AMMAC, en coordinación con un organismo externo especializado en el tema y que cubre un total de 46 indicadores de nueve áreas del gobierno, nos permitirá sin duda, primero conocer información confiable que nunca antes podía conocerse (transparencia) y segundo, ir midiendo la eficiencia y eficacia que un gobierno tiene en un municipio determinado (rendición de cuentas). Y más aún, permitirá que el ciudadano común pueda comparar el desempeño de su gobierno con otros y exigirle entonces mejores resultados (participación ciudadana).

La medición del desempeño gubernamental no es una tarea fácil ni mucho menos es un esfuerzo que logrará concretarse en el corto plazo en nuestro país, es un proceso objetivo y sistemático que requiere de dedicación y de voluntad política por parte de los gobiernos.

A nadie gusta que lo midan, pero los gobiernos actuales y los futuros, deberán saber que ya nada será igual y que su obligación es ser cada vez mejores en su desempeño y que ahora más que nunca estarán expuestos ante los ojos de la ciudadanía y que aquel que no cumpla adecuadamente con su función deberá soportar el escrutinio público y en algunos casos el castigo electoral.

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