Artículo
Localeando, 31 de Mayo de 2012,
Jaime Villasana Dávila.
Si la elección
del 2006 fue muy polarizante entre dos visiones opuestas de país representadas
por dos actores políticos, en 2012 la polarización la protagonizan políticos (y
algunos poderes fácticos) versus ciudadanía (liderada a última hora por
estudiantes).
En 2006 ni
Televisa, ni sindicatos, ni Elba Esther, ni Deschamps, entre otros, estuvieron
al centro del debate. Tampoco lo estuvo la clase política con todo lo que le rodea;
salarios ofensivos, corruptelas, cacicazgos, compadrazgos. El sistema político
inoperante que poseemos igualmente no ocupó grandes espacios.
Seis años atrás
ni siquiera pintó el PRI. Sus famosas camisas rojas fueron más un color decorativo
que una actitud. O eras azul o eras amarillo. Los gobernadores priístas estaban
confundidos, desorientados. Al final unos apoyaron a FCH a cambio de algo y
otros simplemente se resignaron a la derrota de su partido.
Los
intelectuales estuvieron marcadamente
divididos apoyando a sus candidatos de manera abierta o sutil. Y que decir de la
IP y su campaña contra AMLO y el “peligro para México”. Como olvidar a Fox.
La polarización se
acentúo aún más durante el conflicto postelectoral. Blogs y grupos virtuales
(Facebook y Twitter aún no se asomaban) ardían con posturas tan radicales como
dividir al país tal cual había quedado pintado un norte azul y un sur amarillo.
Resultado electoral por estado en 2006. Una división difícil de repetirse en 2012 |
Pero el 2012
afortunadamente es distinto; políticos versus ciudadanos. Ahora se votará por
el menos peor, no tanto porque representen una visión diferente. Se votará por
quien abandere más causas ciudadanas que ideológicas.
AMLO ya no
polariza tanto pues ya se sabe como es, además su postura es menos radical. Los
ciudadanos dirigen su malestar contra Televisa y sus aliados, contra
sindicatos, monopolios, contra esos poderes fácticos tan fuertes como nunca.
Hoy el ciudadano
se dirige contra el Estado mexicano como un todo y aquí caben desde el Poder
Judicial hasta gobiernos municipales. La guerra contra el narco de Calderón, no
contra su personalidad (caso Fox).
Hoy los
intelectuales están unidos, hacen preguntas conjuntas y los candidatos las
responden. El Movimiento por la Paz de Javier Sicilia es un agradable actor en
esta elección que es capaz de reunir a los cuatro candidatos para tundirles duro.
La mejor
sorpresa en 2012 es sin duda el nuevo movimiento estudiantil. Ellos forzaron cambios
en las campañas y posturas de candidatos que nadie había podido sacarles.
Es pues el 2012
diferente y mejor al 2006. Ojalá el próximo sexenio lo sea también.
Glosa: En
Coahuila Javier Villarreal ni siquiera ha sido sancionado administrativamente
por el gobierno de Rubén Moreira y ya pasaron seis meses desde su toma de protesta. Que descaro.
Comentarios