Brindar buenos
servicios públicos en una ciudad requiere de la sincronización de muchos
factores, lo cual en ocasiones es imposible de lograr por causas propias o
ajenas (o una mezcla) al gobierno.
Cuando los
problemas se juntan y se tienen como resultado malos servicios públicos una
salida es concesionarlos, lo cual no es fácil pues la teoría, la historia y la
creencia popular nos dice que al ser público un servicio forzosamente lo debe
brindar el gobierno.
En países -
regiones - ciudades donde el estatismo, populismo, socialismo y/o comunismo ha
dejado cierta huella el concesionar un servicio público es casi como un delito.
El gobernante que decide hacerlo por razones genuinas sabe que su prestigio
político está en juego. (Al gobernante corrupto simplemente le importa un
comino).
Quizás el país
campeón por concesionar servicios públicos a nivel ciudad es USA. Cuando en una
ciudad gringa se pone a debate la concesión de un servicio público a una
empresa privada, por lo general el centro de la discusión son los resultados
que se obtendrán de ello (¿mejorará el servicio si o no, que tanto y qué costo?)
y no si el gobierno se está privatizando, algo imposibe de acontecer. La
retórica suele brillar por su ausencia, algo común en muchos países como México
aunque ciertamente en ocasiones hay buenos argumentos en contra, por lo usual
indicios de corrupción y/u opacidad.
Fuente: The New York Times |
Para coraje de
los anti-concesionadores existe una ciudad gringa llamada Sandy Springs en
Geogia (suburbio de Atlanta), donde no se concesionó el cargo de Alcalde y Regidores
(servicio por gobernar), así como los servicios de policía y bomberos porque
constitucionalmente no se puede. El resto de servicios están "concesionados".
En esta ciudad
de alrededor de 100 mil habitantes hay únicamente siete empleados públicos de
tiempo completo, incluyendo el Gerente de la Ciudad (City Manager). El New YorkTimes lo reportó primero (Junio 23, 2012) y la semana pasada hizo lo propio The Economist. Ampliamente recomendables ambos artículos.
Por supuesto no
pienso que un esquema así debe aplicarse a raja tabla en cualquier ciudad. Eso
lo deciden sus ciudadanos, pero si pienso que concesionar no es el demonio que
muchos dicen suele ser.
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