Ciudades mexicanas verticales


Artículo Localeando, 21de Marzo de 2013
Jaime Villasana Dávila

En mayo de 2011 acudimos mi esposa y yo a una reunión con Jorge G. Castañeda organizada por una asociación de profesionistas mexicanos basada en Washington D.C. El motivo de dicha reunión fue la presentación que el ex –canciller y politólogo mexicano hizo de su libro titulado “Mañana o pasado; El misterio de los mexicanos” (Editorial Aguilar, 2011).

En el primer capítulo Castañeda aborda el tema de porque los mexicanos son perdedores en el fútbol soccer y no les gustan los rascacielos o edificios habitacionales altos. Me concentro en este último tema.

Fracc. Real de Palmas, Zuazua, N.L.
No más desarrollos habitacionales
aislados e inconvenientes.
Fuente: zonaprop.com.mx
Castañeda menciona que el gusto del mexicano por una casa “en el suelo” es por muchas razones y dos muy marcadas son; a) tenencia de una propiedad que se sienta como tal y b) no le gusta compartir lugares comunes. Para Castañeda esto último es una característica de pobres y ricos. El individualismo mexicano en una de sus máximas expresiones.

Rescato este capítulo del libro de Castañeda porque a principios de febrero el Pdte. EPN anunció una nueva política nacional de vivienda que incluye diferentes estrategias y una de ellas es reforzar la vivienda vertical. Esto con el fin de tener densidades de población más altas en las ciudades mexicanas.

Este impulso a la vivienda vertical, iniciado por el ex –Pdte. Calderón pero ahora más vigoroso, es una excelente noticia para el país. Son toneladas los estudios y reportes elaborados alrededor del mundo resaltando los beneficios de ciudades “compactas” respecto a ciudades con una mancha urbana inacabable.

En los últimos 20 años se privilegió en México el crecimiento desordenado de manchas urbanas y el desarrollo de gigantescas y aisladas zonas habitacionales. Para mí una de las más ejemplares es el Fracc. Real Palmas localizado en el municipio de Gral. Zuazua, Nuevo León. Cuando uno aterriza o despega en el aeropuerto de Monterrey se observa con claridad del lado norte muy cerca de la autopista a Nuevo Laredo.

Con tales desarrollos sólo ganaron los desarrolladores y quizás uno que otro burócrata del INFONAVIT y de alguna oficina municipal, mientras los habitantes de tales lugares gastan días de sus vidas en transportarse. Súmele la alta presión a las finanzas municipales para brindar servicios públicos a largas distancias.

Pasar de vivir de una casa “normal” a un departamento no será fácil. Interpretando a Castañeda diría que el gusto por la primera el mexicano la tiene hasta el tuétano. No obstante es un cambio cultural positivo que ya comenzó a darse lentamente.

Ciudades mexicanas más verticales no las veremos en seis o doce años, sino en 20 o 30 años tal como reconoce el mismo gobierno federal. Tocará a los siguientes Presidentes no dar marcha atrás en esto. 

Comentarios