Artículo Localeando,
7 de Marzo de 2013
Jaime Villasana Dávila
Pocos son los personajes que a nivel mundial logran
posicionarse entre la humanidad. Uno de ellos fue Hugo Chávez. No creo que esté
a la altura de las grandes figuras socialistas contemporáneas como el Che
Guevara, Fidel Castro, Krushev, Salvador Allende o Den Xiaoping pero sí se
ubica muy cerca de ellas.
¿Quién ocupará el liderazgo mundial contra el "imperialismo"? |
Chávez se hace de un nombre mundial no por llegar a la
presidencia de Venezuela en 1999 como el primer candidato socialista en lograrlo,
sino por el contrabalance ejercido ante la enorme dominación y marcada
agresividad de EE.UU en la primera década del siglo XXI. Esto a consecuencia de
los ataques terroristas de septiembre 11 de 2001.
Recuérdese cómo diez-doce años atrás Fidel Castro se
encontraba en el inicio del ocaso de su carrera, Rusia estrenaba a Vladimir
Putin que buscaba afianzarse en el poder, Sadam Hussein sólo influenciaba en su
país, Bin Laden era un terrorista y no un político, Irán no inspiraba y China no
mostraba interés en contrabalancear a EE.UU como sí lo hace hoy.
Estaba pues un cargo que debía ocuparse a nivel global
y latinoamericano y éste era la de “líder mundial anti-imperialista”. Chávez lo
ocupó.
Su clímax en éste cargo sucedió en septiembre de 2006
cuando en la Asamblea de la ONU arengó contra el entonces Presidente Bush; “ayerestuvo el diablo aquí…huele a azufre todavía”. Todos los presentes (por
supuesto no estaban los de EE.UU y muchos de sus aliados) rieron y de alguna
manera sintieron regocijo pues encontraron en sus palabras un cierto tipo de
venganza contra el “imperio”.
Su figura controversial y su “socialismo del siglo XXI”
unieron a todos los detractores de EE.UU y en nuestro continente se la puso
nada fácil a quienes no pensaban como él. Recordables son sus disputas con los
derechistas Vicente Fox y Álvaro Uribe en las cumbres latinoamericanas.
Inolvidable también cuando intercambió palabras con el Rey de España quien le
espetó la famosa frase “por qué no te callas”, ante el espasmo de todos los
mandatarios presentes.
Guste o no la presencia de Chávez fue en cierto sentido
benéfica para el concierto internacional y latinoamericano aunque no tanto para
su país. Despilfarró la enorme riqueza petrolera venezolana y generó el mismo descontento ciudadano en su
país tal como lo hizo Carlos Andrés Pérez, a quién Chávez quiso derrocar con un
Golpe de Estado en 1992.
Su legado es indiscutible. Líderes de todo el mundo
lamentan su muerte y las principales cadenas de TV del mundo le dedican programas
especiales. Descanse en paz el señor Chávez. El cargo que usted ocupó ha
quedado vacante ¿quién lo ocupará? Por ahora no hay ninguno viable.
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