Artículo
Localeando, 2 de Mayo de 2013
Jaime Villasana Dávila
Cada vez que uso el carro y transito por el periférico del DF me
pregunto una y otra vez que hubiera sucedido si en lugar de segundo piso se
hubiese construido un metro elevado. De entrada se tendrían aprox. 50 kms adicionales
a la extensión actual del metro del DF (180 kms), con todos los beneficios que
ello implica de movilidad y ambientales.
El DF y su zona metropolitana es la décima metrópoli más poblada del
mundo; 19 millones (worldatlas.com).
La extensión de su metro ocupa el lugar 12 (metrobits.org). Londres (8.5
millones) y Madrid (5.4 millones), que con su población metropolitana ocupan
los lugares 34 y 62 respectivamente, tienen
un metro de mayor extensión (402kms
y 286kms).
El DF y su zona metropolitana, todos lo sabemos, requiere de mucho más
metro del que actualmente tiene.
¿Cuál es una de las soluciones para atender este déficit, mismo que
requiere atención urgente ante la inminente saturación del segundo piso y otras
vialidades similares? Liberar el mercado de transporte masivo del metro. En
otras palabras permitir que participe la iniciativa privada (IP) en la
construcción y operación del metro. ¿Si ya se hizo para el metrobús y autobuses,
porqué no para el metro?.
Para lograr lo anterior hay dos opciones. La primera es privatizar el
metro por líneas o grupo de líneas, con la obligación de los inversionistas de
incrementar la extensión de las mismas y construir otras nuevas. Esta opción fue
aplicada en Tokio y hoy es uno de los mejores metros del mundo.
La segunda es mantener la actual red de metro en manos de la ciudad pero
permitir la inversión/operación privada en las nuevas líneas o extensión de las
existentes. Algo similar acontece en
Singapore.
Cualquiera de las dos opciones antes mencionadas, bien supervisado y con
subsidios debidamente focalizados al usuario, es mejor que la opción actual
pues es imposible que el gobierno de la ciudad pueda construir por sí sólo el
déficit que se tiene más el que se va acumulando.
Debe reconocerse que aplicar alguna de las dos modalidades de
participación en el metro es complicado. La ciudad es de izquierda y su clase
política se opondría a ello, pero quienes deben decidir al final son los
usuarios (los políticos no lo son) a través de una consulta seria y no al
estilo AMLO.
A pesar de los enormes esfuerzos del gobierno de la ciudad por renovar
el parque vehicular del transporte, construir la última línea
del metro, construir ciclovías y metrobús, el DF merece mucho más.
Otras megaciudades aumentan
velozmente su metro, ganando competitividad. El caso de
Beijing es impresionante. El actual Jefe de Gobierno tiene ante sí una gran
oportunidad de sentar las bases para un mejor metro y de mayor extensión ¿lo
querrá hacer?.
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