Reforma energética y pragmatismo nacional

Artículo Localeando, 15 de Agosto de 2013
Jaime Villasana Dávila

Finalmente se presentó la iniciativa de reforma energética. Mucho oiremos y leeremos al respecto en los próximos días y agrego algunas reflexiones a un tema crucial.

De entrada creo se quedó corta. No habla de concesiones (habla de “utilidades compartidas”) y sin ello la certeza jurídica para la IP es limitada. Tampoco modifica relación Pemex-Sindicato, un lastre. La rendición de cuentas y transparencia ni se mencionan. A CFE parece irle mejor. Como sea es una reforma modificadora del estatus quo y eso ya es un avance.
Lázaro Cárdenas: ¿qué pensará
del México actual y de la
reforma energética de EPN?

El aspecto político y social de la iniciativa tiene varias aristas. En el político una es que el PRI sabía muy bien desde Zedillo que el sector energético debía modificarse pues no daba para más. Pero durante 12 años de gobiernos panistas su actitud fue la menos patriota.

Y precisamente exigirán una actitud patriota a panistas y perredistas para que aprueben la reforma. Pedirán al PRD (no de manera directa) alejarse de una malinterpretada ideología Cardenistas que en su momento tuvo fines más amplios que la mera expropiación petrolera; la consolidación de un sentimiento de nación que inició a construirse apenas al final de la Revolución Mexicana.

Por ello el PRD está ideológicamente contra las cuerdas pues la iniciativa de Lázaro Cárdenas es la del PRI-EPN. Su salida es presentar una mejor y moderna. AMLO por su parte no tiene remedio.

El aspecto social es de mayor alcance. Desde su fundación a México le ha faltado el sentimiento de pragmatismo nacional, el cual es muy arraigado y bien trabajado por los países desarrollados. Un sentimiento cuyo principio básico es el aprovechamiento de todos los recursos existentes, sin importar donde se encuentren y de quien sean, para hacer a la nación una mejor.

La ausencia del sentimiento citado fue potencializada por un régimen priísta que se imaginó eternamente en el poder. Hoy esta ideología político-social es uno de los principales obstáculos para tener un sector energético de vanguardia. La buena noticia es que el PRI ya se dio cuenta de este error, pero es sólo el primer paso.

En las siguientes semanas los mexicanos escucharemos la reforma energética hasta en la sopa. La discutiremos con la familia en la comida o cena. Con los amigos tomando café o cerveza. Quizás con la pareja nos enojemos si no coincidimos en nuestras posturas.


Lo cierto es que al final hay que tomar una decisión en tal o cual dirección, pues dejar las cosas como están no es opción. Espero que los políticos estén a la altura de la importancia del tema, aun y cuando existan muchas razones para pensar lo contrario. No podemos dejar pasar otros 15 años. Sería imperdonable.

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