Artículo
Localeando, 27 de Marzo de 2014
Jaime Villasana Dávila
En los últimos meses, los actores
políticos en México han estado llevando a cabo reformas estructurales que la
sociedad reclamaba de tiempo atrás. Gracias a este voluntarismo político hoy
tenemos mejores perspectivas en los temas energético, educativo,
político-electoral, telecomunicaciones, laboral, etc. aunque ciertamente faltan
las leyes secundarias.
Muerto en papel, pero no en la práctica...aunque pronto. Urge reforma municipal. |
Pero no obstante estas reformas constitucionales,
México no podrá cerrar el círculo reformista si no lleva a cabo una reforma
municipal de gran calado que permita actualizar a sus ciudades y municipios en
múltiples aspectos; desde el gubernamental, hasta el operativo pasando por el
político-electoral y sin olvidar el de desarrollo económico.
No digo que la reforma municipal sea
la madre de todas las reformas pero si está al menos al mismo nivel de
importancia ¿porqué? Hay muchos argumentos pero describo el siguiente; se torna
muy complicado que las reformas educativa, energética y de telecomunicaciones,
por citar algunas, alcancen su mayor esplendor con las ciudades y municipios
que actualmente poseemos, pues es dentro del espacio geo-urbano donde se
materializan.
En una ciudad todos los temas están
interconectados de alguna manera con mayor o menor intensidad. Siempre, lo que
acontezca en uno, se reflejará en otro.
De aquí que al no haber reforma
municipal ¿cómo garantizar a inversionistas nacionales y extranjeros sus
inversiones en energía con gobiernos municipales que no brindan certeza
jurídica? ¿cómo hacer posible se concrete la reforma educativa si la ciudad no brinda
espacios públicos que complementen la educación de escuela? ¿cómo tener
empresas competitivas si el gobierno local no es competitivo? ¿cómo andar por
la calle con tu smartphone de última generación si existe alta probabilidad de
que te lo roben? .
Para decirlo de otra manera, la
ciudad/municipio alberga todas las temáticas que brindan bienestar y desarrollo
a las personas y hará su función adecuadamente si sus gobiernos poseen las
facultades y capacidades necesarias. Por ello debemos entender que la reforma
municipal es y debe ser considerada como estructural por todos los actores
interesados e involucrados. Además, como dicen por ahí, es “la reforma que
falta”.
La mala noticia es que el ánimo
reformista entre gobierno federal y los tres grandes partidos políticos
comienza a agotarse. Le queda poco de vida.
La buena noticia es que la CONAMM está
unida y con agenda definida, pero no es suficiente. Por eso urge que todos los demás
“municipalistas” (ciudadanos, académicos, especialistas, senadores, diputados, alcaldes,
regidores, etc.) acordemos y aceleremos el paso para que se lleve a cabo en
2014 esta gran reforma. Todavía estamos a tiempo.
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