Artículo
Localeando, 3 de julio de 2014
Jaime Villasana Dávila
Nací y crecí en Saltillo, Coahuila,
una ciudad que a partir de 1981 fue marcada en su desarrollo por el
establecimiento de plantas de Chrysler y General Motors. En aquel entonces el sector industrial de la ciudad se limitaba a las
empresas del Grupo Industrial Saltillo (GIS). La llegada de Chrysler y GM cambió
a la ciudad por siempre en muchos sentidos.
Además de plantas, centros de investigación. De nosotros depende. |
De niño y luego universitario tuve compañeros de escuela
cuyos padres trabajaron en alguna de esas empresas. Unos tuvieron como
beneficio la asignación de autos que inclusive no se vendían en México. La
envidia de todos. Ya de joven me tocó subirme a algunos de esos carros. El que
más recuerdos me trae es un Shadow GTS con turbo modelo 1992. Su dueño era mi
querido amigo “Gonzo”. Muchas aventuras.
Influenciados por la industria de la ciudad, varios de
mis amigos estudiaron carreras para ingresar al mundo automotriz. Algunos están
en él y les va muy bien. Hoy Saltillo tiene más plantas automotrices: Chrysler
tiene cinco (dos de motores, dos de ensamble y una de estampado), Daimler tiene
una de ensamble (camiones) y GM tiene cuatro (ensamble, transmisiones,
estampado y motores). Cientos de proveedores se han instalado en la ciudad.
Al igual que Saltillo las ciudades de Toluca,
Chihuahua, Cuautitlán, Hermosillo, Aguascalientes, Puebla, Cuernavaca, Guadalajara,
San Luis Potosí, Tijuana, Celaya, Salamanca y Silao, han visto mejorar su
futuro gracias a la industria automotriz (más Monterrey, Mexicali y otras más
si agregamos las plantas de camiones pesados). En ellas hay millones de
ciudadanos relacionados y beneficiados de manera directa o indirecta por el
vehículo automotor.
La buena noticia es que la pujanza de México en esta
industria parece imparable. Si en los últimos dos años Mazda y Honda
la han revitalizado, el reciente anuncio
de Nissan y Daimler para construir en Aguascalientes una planta de autos de
lujo por US $1,360 millones viene a convertir a nuestro país en México Motors
S.A.
Y esto no es todo. BMW está
por anunciar oficialmente (quizás hoy mismo) la muy probable construcción
de su primera planta en México. La coreana Hyundai es otro fabricante que
analiza la posibilidad
de instalarse en el país y quizás sea la zona metropolitana de Monterrey la
agraciada.
Con este aluvión de inversiones México apunta a
convertirse en el mediano plazo en el segundo exportador global de automóviles,
dicen los expertos.
Ante este contexto el reto como país ya no es atraer sólo
más plantas sino más centros de investigación y desarrollo en el tema. Y estos
llegarán si como país generamos las condiciones para ello, tal como lo hicimos
para atraer las numerosas plantas instaladas y por instalarse.
Comentarios