Artículo Localeando,
12 de septiembre de 2015
Jaime Villasana Dávila
Todo comenzó hace
dos años cuando compré una bicicleta para llevar a mi hijo al kínder. Con
el paso del tiempo mi afición por la bici creció. A finales de marzo de este
año decidí comprar una de montaña.
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Salida; todos ansiosos. |
De inmediato la usé y me sedujo. A medida que mejoraba
mi condición física le dije a mi esposa que deseaba participar en la Ruta Durango-Mazatlán 2015 (320kms) que
sería el 4 y 5 de septiembre. Me respondió “estas loco”. El 2 de julio me
inscribí…con temor.
No había marcha atrás y comencé a prepararme. Me uní a
Bici Raptors y pedalié con
ellos los cuatro domingos de agosto. Ahí aprendí técnicas y habilidades valiosas.
Llegó el viernes 4 de septiembre, primer día de la
ruta. Eran las 5:45am. Ahí estaba yo, nervioso y junto a otros 750 ciclistas
esperando la indicación de salida. La mayoría iba en equipo y unos cuantos íbamos
sólos.
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Una de tantas subidas |
Arrancamos. Con la pedaleada poco a poco los nervios
se fueron disipado. A los pocos kilómetros comienza la primera subida de
1,900m a 2,300m sobre nivel del mar. En el Km 28 inicia otra subida y así es
hasta el Km 50 aprox. Me sentí bien y ello me dio seguridad. Vamos pasando puntos
de provisión de sólidos y líquidos. En el trayecto entablo plática ocasional
con otros colegas. De dónde eres y cómo te sientes, son preguntas comunes.
A 30kms de Mexiquillo, lugar de dormir, muchos tomamos
una ruta de terracería. Y ahí voy con mi colega Xhady; disfrutando el hermoso
paisaje, cruzando largos charcos y sacando fuerzas quien sabe de donde. Llegamos
a Mexiquillo
cansados pero satisfechos. Mi trasero y rodilla izquierda me dolían. 12hrs de
pedaleo y 140kms habían ya quedado atrás.
Al día siguiente comienzo a pedalear a las 7am. El
amanecer montañoso es hermoso. Inspira. Al poco tiempo entramos a la mitad de
la ruta, llena de curvas y unos paisajes espectaculares. Era el “Espinazo
del Diablo”.
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Bajadas; nadie quería que terminaran. |
Los kilómetros van quedando atrás e iniciaban los descensos.
La adrenalina está al máximo y retas al peligro en cada curva. Llegamos a Concordia
ubicada a 48kms de Mazatlán. El calor y humedad ya arreciaban (35 grados). Nos
advierten que el siguiente tramo de 24kms a Villa
Unión (VU) era el más retador. Y así fue. En este tramo fue la única vez
que me cuestioné todo. Llegué agotado a VU.
De VU a Mazatlán rodamos todos juntos en pelotón. Las
caras de muchos era de agotamiento. Otros como si nada.
Llegamos a la meta
luego de 320kms y la satisfacción en todos era enorme. Hago una selfie con Liz
y Vero. Mis manos temblaban de cansancio pero también de alegría. Había
terminado mi locura. Si quieres, puedes.
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A donde todos querían llegar. |
Glosa: Gracias a mi esposa e hijo por regalarme muchas
horas para entrenar. A mi cuñado Felipe por acompañarme. A Liz, Vero, Jaime y
Maciel por su hospitalidad.
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