Artículo Localeando,
5 de diciembre de 2015
Jaime Villasana Dávila
Días atrás la nueva embajadora de Noruega en México, Merethe
Negaard, informó a empresas energéticas de su país con intención de invertir por estas tierras que en México “hay mucha
corrupción en todos los niveles, en todo”. Agregó que “Es totalmente posible
tener éxito en México y al mismo tiempo operar de manera transparente, con cero
tolerancia hacia la corrupción”.
Sólo cinco ex-gobernadores en la cárcel en 25 años. Y ello por presión social. Faltan muchos políticos más. Foto: CNN México. |
La embajadora Negaard tiene toda la razón en ambas
declaraciones que son totalmente encontradas o contrapuestas. Inicio con la
primera.
Los avances en México contra la corrupción son muy-muy
limitados. Muy pocos políticos, funcionarios públicos y ciudadanos van a la
cárcel por corromper pues en impunidad seguimos reprobados.
Se espera que el nuevo Sistema Nacional Anticorrupción cambie el contexto pero en lo personal tengo muchas dudas y ahora lo
ilustro con el siguiente caso.
Hace unos días un muy amigo dedicado al negocio del
transporte me comentó la siguiente historia. Semanas atrás dos de sus
camiones-trailer arribaron a un fabrica del Estado de México para entregar su
carga. Los choferes se reportan en una de las entradas y le dicen al guardia de
seguridad que los reciba para poder entrar y descargar.
El guardia les responde que si querían entrar rápido
debían pagar $1,000 cada uno. Sorprendidos los choferes le responden que eso no
es posible y que nunca les habían pedido algo así. En seguida el guardia les
pide que se estacionen enfrente en un lugar específico y que esperen.
A los pocos minutos llegó una patrulla para decirle a
los choferes que estaban estacionados en un lugar prohibido y que se iban a
llevar a los dos tráiler al corralón. Los choferes le reclamaron al policía
pues el guardia de seguridad de la planta les había dicho que ahí podían
estacionarse sin problema.
El policía no entendió razones. Los dos traileros no
tuvieron de otra más que darle “pa sus chescos” pues les urgía entregar su
carga.
En esta historia de corrupción hay dos cosas muy
claras; a) la existencia de colusión entre el guardia de seguridad y el policía
para corromper y b) la cultura de quien “no atranza no avanza”, sigue estando
tan viva como siempre.
La corrupción no comienza a curarse de abajo (ciudadano)
hacia arriba (clase política), tal como los gobernantes quieren hacerlo en
México, sino de arriba para abajo. Por ello urgen más políticos y autoridades
corruptas en la cárcel. Y Brasil nos está poniendo el ejemplo.
Sobre la segunda declaración de la embajadora de que
en México es posible tener éxito sin caer en la corrupción, seguramente hay
cientos o miles de casos de empresas así. Pero debo admitir que al momento no
he sabido de alguno de manera puntual.
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