1 de septiembre de 2016
Jaime Villasana Dávila
Vaya desastre. Así es como califico la visita del
candidato Donald Trump a México y su reunión con EPN. En seguida enlisto los
errores, que desde mi punto de vista, fueron cometidos por EPN y sus asesores.
Adelante, el escenario es todo suyo. |
1. En primer lugar EPN no debió haber lanzado la
invitación a ambos candidatos. Una iniciativa de visita a México debe provenir siempre
de un candidato, quien es el interesado en verse ante las cámaras como un
hombre o mujer capaz de manejar tales escenarios. Anoche en el noticiero de
Televisa EPN señaló “no estoy dispuesto a quedarme cruzado de brazos. Por eso
la decisión que tomé” de invitar a ambos. Quizá sea justificable el hecho de
que un Presidente debe entablar diálogo con quien sea, pero hay momentos y formas
de promoverlo y luego hacerlo.
2. Una vez lanzada la invitación, EPN no debió precipitar
su encuentro con Trump. Debió maniobrar para que Hillary viniese primero quien
es la de mayores posibilidades de salir triunfadora en noviembre. Debió
retrasar su encuentro con Trump con excusas como prepararse para su informe de
gobierno o de su viaje China y, esperando como señalé, a que Hillay diera señales
de visitar primero al país ¿acaso EPN no tenía nada que hacer ayer previo a que
Trump le confirmase su visita?
3. El discurso de EPN fue firme pero no lo suficiente.
Le faltó más fuerza y contundencia. Debio insinuar, al menos, que una disculpa
a los mexicanos por los agravios de Trump le haría mucho bien a su relación con
los mexicanos de aquí y de allá. A toro pasado, en el noticiero nocturno de Televisa, declaró “le
hice saber al candidato que el pueblo de México se había sentido indignado y
agraviado” y por la tarde por Twitter dijo que México no pagará por el muro ¿porqué no dijo eso tal cual en su discurso junto a Trump?.
4. La rueda de prensa fue una catástrofe. EPN nunca
tuvo el control de la misma. Siempre la tuvo Trump ¡que ni siquiera es Jefe de
Estado y no está en su casa!. Fue Trump quien concedió la palabra o preguntas
de reporteros. La prensa mexicana no tuvo ni siquiera oportunidad de hacer una
pregunta, además de que los sentaron en segundas y terceras filas.
5. Sobre la misma rueda de prensa; error hacerla donde
se hizo, lugar demasiado formal para un candidato que ha denostado a México.
Debió hacerse en las escalinatas de Los Pinos o estilo banquetera. Trump no
merecía más.
6. Si EPN
quería convertir la visita de Trump en oportunidad para mejorar su imagen, el
resultado ha sido opuesto. La inmensa mayoría de analistas y especialistas
definen la visita como un grave error. Ya ni menciono las redes sociales. Fue
un movimiento innecesario que ratificó el pésimo momento de EPN y que, peor
aún, hizo quedar mal a México.
7. Ahora la
relación con Hillary (y los demócratas) se encuentra tensa. Será difícil que
quiera venir a México para reunirse con un Presidente con graves problemas en
su imagen y que, a estas alturas, le generaría más negativos que positivos.
Presidente, no es así como va a mejorar el rumbo de su
mandato. Su arriesgada y precipitada apuesta no le resultó. Usted sabe cuál es el camino, iniciando por combatir realmente la
impunidad y corrupción.
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