Xataka –
México, 12 de mayo de 2017
Jaime Villasana Dávila
Si
antes le tocó a la radio y luego a los periódicos, ahora le tocó a la
televisión. En efecto, desde hace unos cinco años aproximadamente, la
televisión tradicional y de cable vive momentos retadores, incluso de crisis. Este
medio ya no goza del cuasi monopolio del entretenimiento que alguna vez tuvo. Su
influencia ha mermado para bien en muchos sentidos; desde el democrático (ya no
imponen condiciones –o tantas- en costos de publicidad) y hasta el creativo.
En México la industria televisiva no se salva. Conocidos
son los recientes y profundos ajustes de personal y contenidos realizados en las dos principales cadenas
de televisión (Televisa y TV Azteca) y aun está por verse que tanto efecto
tienen. La licitación de la cuarta cadena nacional de TV está en veremos por
falta de interés. Y las perspectivas no son alentadoras. Hay jóvenes (y niños) que
ni siquiera conocen los canales existentes de TV pues no les atrae. Sólo
YouTube, Netflix y cosas por el estilo.
Los tiempos gloriosos de la TV son ya historia. Atrás
quedó la pomposidad, grandilocuencia y magnanimidad de ser parte o estar
vinculado a esta industria. A todos esos protagonistas de la TV (dueños,
directivos, artistas, productores) se les veía como diosas y dioses. Una
profesión aspiracional para millones de personas.
Pero hoy son terrenales. Son unos profesionistas más
que luchan a muerte contra blogeros, editores, youtubers, influencers,
“radiofoneros”, entre otros, por atraer la
atención de los consumidores, pues sin estos no hay publicidad y sin ésta no
hay ingresos para que el show se mantenga en función.
Ante este nuevo escenario las empresas televisoras en
el mundo ajustan sus estrategias. La BBC ya no transmite en Latinoamérica sus
programas a través de las cableras sino por streaming. DirectTV fue adquirida
por AT&T y ésta es muy probable que adquiera a TimeWarner, dueña de CNN,
HBO y otros canales de cable. Comcast (empresa cablera) adquirió NBC y así
varios casos similares de fusiones y adquisiciones. Hasta la TV pública sufre
de las consecuencias.
En México la situación es similar. TVAzteca nombrandoa un nuevo CEO. Televisa emprendiendo muy diversas acciones que ya mencionaré
más adelante. Imagen Televisión tratándose de abrir un hueco, Milenio TV sin
planes de expansión, el canal El Financiero-Bloomberg tratando de afianzar la
TV de contenido económico y UnoTV sin poder ser una realidad. Por su parte, las
televisoras públicas viviendo de milagros.
Un protagonista de todo estos cambios, y sin quererlo
y quizá sin saberlo, son los jóvenes. El otro son los dispositivos móviles
(smartphones y tabletas, principalmente). Una combinación que está siendo letal
para la TV. En México quien parece estar sufriendo más es Televisa. Su modelo
de negocio basado mayormente en las telenovelas ha llegado a su fin.
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