Encuestas electorales: tradicionales y modernas, ninguna es certera y aún así influyen en México


Xataka – México, 18 de mayo de 2018
Jaime Villasana Dávila


Estamos a la mitad de otra elección presidencial, pero a diferencia de anteriores, ahora un mar de encuestas de todo tipo y de cualquier origen empapa el debate diario entre ciudadanos. Lo anterior acontece aun cuando las encuestas hoy en día están en un bache de credibilidad. De hecho llevan ya varios años en ese lugar. En la elección presidencial de 2012 muchas fallaron. Luego vinieron los triunfos del Brexit y de Trump no previstos por las encuestas y se volvieron a devaluar como fuente de información confiable.  

Aun en ese estado frágil y dada la enorme cantidad de información que recibimos como electores, queda la impresión de que en este proceso electoral ansiamos el resultado de las encuestas (aunque sean “patitos”) porque nos ayuda a resumir el entorno político-electoral o, en su caso, nos alientan, frustran o enojan, según el candidato presidencial que se apoye. ¿Cuáles son los tipos de encuestas que vemos y procesamos casi diario? ¿a cuál hacerle caso?  

En cuestión de encuestas, la elección presidencial del 2012 dejó muchos sinsabores al grado que luego de ella algunos de sus promotores mejor tiraron la toalla. El mejor ejemplo es el conocido periodista Ciro Gómez Leyva cuando trabajaba en canal Milenio y daba a conocer los resultados de su encuesta diaria, mismos que estuvieron muy alejados del resultado oficial. Por su parte, los encuestadores mexicanos entraron en un largo periodo de reflexión y ajuste de sus metodologías.

Para este 2018 parece que las cosas han cambiado e incluso hay reglas emitidas por el Instituto Nacional Electoral (INE) para realizar encuestas. Aun así, las hay “patito” o para ser usadas como propaganda electoral. Al fin y al cabo, sería absurdo prohibir que cualquier persona o empresa realice una encuesta electoral. Pero mejor ya no doy ideas a los políticos.

Las encuestas con sustento científico arrojan diferentes resultados entre sí por diversos factores, como la forma en que se seleccionó la muestra, la forma de preguntar, la fecha o día en que se levanta, cambio súbito de opinión de población por un hecho de alto impacto o la gente no sale a votar el día de elección por considerar que está definida (casos Brexit y Trump).

Ahora bien, tratando de hacer una clasificación muy subjetiva, superficial y discrecional sobre los tipos de encuestas prevalecientes en este proceso electoral, visualizo dos a grandes rasgos; a) tradicionales y b) "modernas".

Encuestas tradicionales; recargadas y buscando redimirse

En este tipo no hay casi nada nuevo a lo conocido, salvo una mayor rigurosidad técnica para definir los elementos que les sustentan, con el fin de apegarlas lo más posible a la realidad preferencial de los electores, que de por sí es complicado.

Sus principales características es que son entrevistas que se hacen cara a cara (encuestador – encuestado) y pueden o no utilizar ciertos artefactos para simular una votación, como ejemplo, usar una boleta muy similar a la oficial y pedirle al encuestado la deposite en una urna para la ocasión.


En lo general la metodología consta de lo siguiente: un tamaño de muestra de mil a 1,300 ciudadanos con credencial para votar distribuidos en todo el país; margen de error que no sobrepasa el ±5%; encuesta aplicada cara a cara; encuestadores capacitados, procesamiento de datos en sistema informático (generalmente SPSS); un diseño muestral definido. 

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