Publicado en TodoGravel.com,
20 de marzo de 2019
Jaime Villasana Dávila
Luego
de pedalear por tres años una bicicleta de montaña (MTB) marca Trek Marlin 7 modelo 2015, en la
cual hice rutas largas por carretera y recorridos por senderos de montaña, a
principios de 2018 me nació el interés de que era momento de comprar una
bicicleta adicional, pero de ruta.
La
razón de ello fue que en los recorridos por carretera que hacía a diferentes
poblaciones de la Ciudad de México y organizados por un grupo ciclista, eran
desgastantes y algo tardados, amén de que un 90% de los participantes hacían
tales recorridos en bicicletas de ruta. Los veía pasarme con facilidad y a una
velocidad que deseaba disfrutar. No es lo mismo pedalear una bicicleta de 14kg
contra una de 9kg o 10kg. En ese aspecto, les tenía envidia.
Por un par de meses estuve viendo y analizando opciones de bicicletas de ruta. El límite de mi presupuesto eran 1,200 dólares americanos. Al montarlas y probarlas su ligereza me asombraba, pero me sentía inseguro al enfrentar un bache o una rejilla de drenaje. Obviamente con esa inseguridad podía vivir, tal como lo hacen millones de ciclistas de ruta, pero no me dejaba satisfecho.
Seguí
indagando por Internet hasta que descubrí las bicicletas
para grava o gravel bike (de ahora en adelante así las llamaré),
las cuales comparadas con las de ruta tienen cuadros más robustos, una
geometría un poco diferente (aunque depende la marca) y llantas más anchas. De
inmediato me dije a mi mismo “este tipo de bicicleta es la que quiero”, pues
además me permitirá seguir disfrutando de terracerías y senderos, tal como lo
hacía con mi MTB.
El
problema fue que en México a inicios de 2018 la variedad de gravel bikes se
limitaba a las Crossrip de Trek (hoy descontinuada en USA, todavía disponible en
México
y en España ya sólo
venden el cuadro), Diverge de
Specialized y Anyroad de Giant. De
hecho, a estas fechas, la variedad en México sigue siendo limitada, no habiendo
comparación con la diversidad que hay en USA (principal impulsor de la
categoría), Europa o acá en Japón, donde ahora radico.
De
las tres opciones, la que me brindaba una mejor relación calidad-precio fue la
Anyroad 1 y por ella me decidí el 8 de febrero de 2018.
Pues
bien, luego de poco más de un año con ella y cerca de tres mil kilómetros recorridos
en Ciudad de México y Tokio, aquí te cuento mi experiencia con esta bicicleta
que Giant la cataloga como de aventura y cuya diferencia con las gravel es muy
poca, si es que existe.
Pero
primero un breve repaso a sus características técnicas.
Equipamiento de la
Anyroad 1
La Anyroad fue introducida por Giant allá por finales de 2013 junto con la Revolt para atender precisamente el naciente
mercado de las gravel, hoy tan popular en USA que hasta la afamada empresa de
información financiera Bloomberg le dedica artículos.
Y es que esta categoría de bicicletas es quizá la
de mayor crecimiento debido a su versatilidad para andar en caminos de
cualquier tipo; desde calles hasta senderos, pasando obviamente por carretera y
terracerías. Asimismo, son útiles para la aventura, significando que cuenta con
aditamentos para que puedas incorporar racks y cargar los insumos que
requieres, por ejemplo, para una travesía larga o para un bikepacking en fin de
semana. Estas pedaleadas, con las de ruta, no lo puedes hacer y las MTB son muy
pesadas para pedalear con carga.
Sobre
la Anyroad, y como te diste cuenta por la foto inicial, su diseño es algo extravagante si la comparamos con
los cuadros tradicionales de bicicletas de ruta e incluso con muchas de gravel
o aventura, pareciéndose más a una de montaña. Es de mencionarse que hoy en día
los diseños de las gravel se van alejando cada vez más de las de ruta para ir
encontrando un diseño propio y mejor adecuado al tipo de superficie que rueda.
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