Artículo Más Información, 7 de junio de 2023
Jaime Villasana Dávila
Tal como estaba previsto, la gubernatura de Coahuila fue ganada (y
el Congreso también) de forma abrumadora por la alianza PRI-PAN-PRD. Ganar fue la etapa menos complicada y se viene un reto mayor para el gobernador
electo; entregar los resultados prometidos. Ahora bien, como esta no fue una
elección normal y no estamos en tiempos normales, las implicaciones son más
amplias. El contexto es y será muy diferente respecto a los seis años anteriores.
En seguida algunas reflexiones.
1. Conformación del nuevo gabinete estatal. Si “repartir el pastel” es complicado aun y cuando un partido gana por sí solo la gubernatura, ahora en alianza con PAN y PRD lo será todavía más, pero no tanto. La legislación aprobada en marzo pasado por el Congreso del Estado sobre el Gobierno de Coalición señala que el Ejecutivo podrá acordar libremente con los partidos coaligados las designaciones que, conforme a lo establecido en el Convenio, correspondan a estos. En pocas palabras; el convenio decide y, si este es muy vago, entonces el gobernador decide si da o no cargos públicos a los partidos que fueron en su coalición. Para la elección de gobernador el PAN aportó apenas el 7% de votos y el PRD el 3%, así que es a lo máximo que podrán aspirar, proporcionalmente hablando, respecto de las secretarías estatales y entidades públicas existentes.
2. Coahuila y sus retos. Ya en su plataforma electoral los cita el hoy gobernador electo pero quiero destacar algunos. De entrada está el concluir el proceso de combate a la corrupción y consolidar la meritocracia en la administración pública coahuilense. Un reto especial son sus finanzas públicas. Cierto, están mejor hoy, pero no donde debería estar a estas alturas. El gobierno del estado necesita hacer más eficiente tanto la recaudación de ingresos como el ejercicio del gasto. Debe añadirse el reto constante de atracción de inversiones aprovechando el nearshoring. Ello requiere tener infraestructura y servicios públicos de primera, garantizando la seguridad brindada hasta ahora. El desarrollo regional es otro tema por atender. El centro del estado se está quedando atrás respecto a las otras regiones. En suma, ejecutando la plataforma de gobierno prometida, el nuevo gobierno estatal llevará buena mano para enfrentar los retos citados.
3. Coahuila y la alternancia política. Hoy no tocó y razones sobran para ello. Los partidos locales de oposición (aun los de la Coalición) tendrán que seguir haciendo su chamba criticando errores y planteando propuestas. Lo peor que pueden hacer es no cumplir con su función. Incluso hasta al PRI local le conviene su buen desempeño, pues le obliga a dar resultados y enmendar fallas. Falta mucho para las elecciones de 2029, pero si no tienen ello en la mira desde ahora, difícilmente podrán ser competitivos llegado el momento.
4. Coalición PRI-PAN-PRD. Como en los matrimonios; esta durará hasta que las partes quieran, pero quienes llevan las de perder son el PAN y PRD. De mantenerse se seguirán desdibujando. El primero es hoy la cuarta fuerza política del estado por atrás de MORENA, PT y el PRI. El segundo perderá su registro en el estado y con ello su poca influencia política. Sus figuras muy probablemente migrarán al PRI y otras a MORENA. Ese partido no tiene futuro ya pues a nivel nacional es lo mismo. Dado lo anterior y acabado el peligro llamado MORENA por los próximos seis años ¿querrá el PAN seguir por la misma ruta? Todo indica que no le conviene, pero creo sus líderes seguirán. No querrán dejar de saborear las pocas mieles del poder que les tocará en el nuevo gobierno.
5. No todos votaron por la Alianza PRI-PAN-PRD. Hay alrededor de 450 mil coahuilenses que votaron por otros partidos y algunas de sus demandas tienen sustento. Coahuila no debe convertirse en tierra donde una mayoría pisotea los derechos de una minoría, tal como lo quieren hacer AMLO y su 4T a nivel nacional. El gobernador electo deberá intentar acercarse a los dirigentes de los partidos opositores para buscar acuerdos y a sus simpatizantes ejecutando parte de las políticas públicas que reclaman.
6. ¿Qué va a hacer el gobernador electo con el PRI-Coahuila y PRI-Nacional? En enero de 2022 escribí un artículo sobre el futuro del PRI Nacional y PRI Coahuila según el contexto de ese momento, pero hoy es ligeramente otro. El caso es que el PRI-Nacional perdió mucho con la derrota en el Edo. Méx. y hoy solo puede presumir de dos gubernaturas. En cambio el PRI-Coahuila sale muy fortalecido y, junto con él, el gobernador electo. La pregunta entonces es ¿Qué rol va a querer jugar en el PRI-Nacional? Alito lo controla todo, por ahora, y si este logra navegar hasta el 2024 en alianza con el PAN-PRD para la presidencial y pierde (como todo indica sucederá), entonces el PRI-Nacional quedará descabezado y todavía en peor estado. Al gobernador de Durango (PRI) no se le ven ganas de un liderazgo nacional. Sería entonces el momento del gobernador de Coahuila para retomar la batuta de lo que quede de este partido. Si es que así lo desea.
7. “Dale el poder a un hombre y entonces lo conocerás”. El gobernador electo tendrá un poder enorme basado en el margen que ganó y porque la Alianza igualmente obtuvo todos los escaños del Congreso puestos a votación. Eso es una gran tentación para hacer y deshacer. En una democracia con fallas importantes como ocurre en Coahuila (y México), es muy riesgoso darle tanto poder a un solo hombre por la razón que haya sido. Precisamente por ello, el gobernador electo deberá ser muy prudente en sus decisiones y discursos. El gobernador saliente, con su buen desempeño, le ha dejado clara la ruta a seguir y mejorarla. Por el perfil personal y profesional del gobernador electo existe un bajo riesgo de que volvamos a los años de 2006-2010 pero, insisto, ostentar tanto poder es muy peligroso. Es en estas circunstancias cuando el tener un equipo de trabajo profesional y comprometido con los valores democráticos, es de suma importancia. Son quienes estarán recordando en la intimidad de las reuniones de trabajo el no desviarse del camino.
8. Coahuila y su futuro en México. Los coahuilenses se manifestaron de una forma muy contundente en contra del presidente, de su 4T y de lo que representan; centralismo, caudillismo, arrogancia política, desprecio por estado de derecho, energías sucias, etc. Esto no debe ser desatendido por el gobernador electo. Los coahuilenses quieren más Coahuila y menos México tal como está ahora bajo su gobierno federal. Por ello el gobernador electo deberá ejecutar un programa de gobierno que refuerce los valores democráticos, incremente la autonomía fiscal del estado, exiga un mayor federalismo y consolide la identidad de los coahuilenses (insisto en una bandera para Coahuila). El estado debe tener mucha más voz para decidir su propio futuro, incluso en temas que hoy están bajo el mandato federal, como lo es la generación de energías limpias. Los coahuilenses han hablado, toca al gobernador electo llevar el mensaje a la federación y exigirle a esta que actúe.
9. Gobernador saliente. Al inicio de su sexenio no la tenía fácil en lo local y menos a partir del 2018 con un gobierno federal centralista y de partido diferente. Sin embargo, fue y sigue siendo el gobernador más firme de entre sus colegas ante las arremetidas del gobierno federal. Además, durante su sexenio se construyó el andamiaje legal y operativo para ampliar la rendición de cuentas y se operaron herramientas para fortalecer la cultura de la integridad entre los servidores públicos. Lo anterior a través de la Secretaría de Fiscalización y Rendición de Cuentas. Cierto, deja temas pendientes como la de apuntalar la meritocracia en el gobierno estatal, así como concluir las últimas etapas del proceso para combatir la corrupción. Asimismo, el lograr un desarrollo regional equilibrado, pero en los demás temas entrega buenas cuentas, destacando por mucho la seguridad, la cual consolidó respecto a la que le dejó su antecesor. Hoy Coahuila se ubica en los cinco primeros lugares a nivel nacional en temas económicos, educativos, sociales, salud y seguridad.
Éxito al gobernador electo en su mandato.
Su éxito nos conviene a todos los coahuilenses.
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