Transporte público en Saltillo; voluntad es la clave

Artículo Mass Información, 5 de julio de 2023

LOCALEANDO - Jaime Villasana Dávila


Saltillo tiene muchas ventajas que atraen inversiones y generan calidad de vida para sus habitantes, pero definitivamente una de ellas no es su transporte público.

Una razón de que así esa es que el transporte público urbano en Saltillo (y casi en todo el país) se desarrolló y sigue bajo el control del corporativismo gestado bajo el antiguo régimen priísta. De esta manera fueron y son las centrales o sindicatos (CTM, CNOP, CROC, etc.) quienes dominan el sistema local (y nacional). Muy pocas fueron las rutas que concesionó a empresas profesionales de transporte pero que poco impacto tienen dentro del sistema.  

 


A nivel nacional y local ciertamente en los últimos años ha habido avances. Políticos, autoridades y concesionarios se han puesto de acuerdo en algunas ciudades para desarrollar nuevos modelos de transporte. Muchos concesionarios ahora son socios y forman empresas dejando atrás el absurdo sistema de “hombre-camión”.

El modelo de transporte público más sobresaliente es el tipo “metrobús”, cuyo inicio en México fue en León con el Optibus (2003). Luego siguió el Metrobús de CDMX (2005) y en otras regiones-ciudades del país. Lamentablemente ninguna de Coahuila. Ahora bien, no todo puede y debe ser Metrobús ya sea por el costo, su inviabilidad económica o por las características urbanas de cada ciudad.

En términos muy simples hay dos tipos de reformas que se puede hacer al transporte público de una ciudad; las de forma y las de fondo. Un ejemplo de lo primero es colocar paraderos muy bonitos, pintar las unidades, crear una app sobre las rutas o brindar alternativas de pago a los usuarios. Son las más fáciles de hacer pues no se toca “el negocio” de los concesionarios.

Las de fondo implica, por ejemplo, ajustar las rutas. Al respecto el modelo más recomendado es rutas troncales acompañado de rutas-alimentadoras. En otras palabras pasar de una “telaraña” de rutas a rutas ordenadas. Son pocas las ciudades en México que han hecho este tipo de ajustes de fondo. Saltillo no es una de ellas, aunque lo ha intentado.

Dicho intento sucedió cuando fue alcalde Jericó Abramo (2010-1013) y quien puso en marcha la primera etapa del sistema Saltibus bajo el modelo de rutas troncales-alimentadoras, luego de un arduo trabajo de convencimiento a los concesionarios.

Lamentablemente el siguiente Alcalde, Isidro López (2014-2017), canceló la reforma “Saltibus” argumentando que él presentaría un mejor plan. Fuimos varios que le dijimos directamente en su cara que no cancelara Saltibus dado que no podría presentar algo mejor debido, entre otras cosas, a que era panista y el sistema lo controlaba los sindicatos afiliados al priísmo. Cancelar el sistema “Saltibus” ha sido una de las peores decisiones que jamás haya tomado un alcalde de Saltillo. Por cierto, de dicha gran iniciativa sólo queda la tarjeta de prepago Saltibus.   

De entonces a la fecha poco ha sucedido con el transporte público de Saltillo, más allá de las tradicionales acciones de forma que abonan a la solución del problema, pero no lo resuelven de fondo.

El gobierno municipal actual ha anunciado que pronto lanzará una aplicación (App) que permitirá a los usuarios ubicar en tiempo real el trayecto de las unidades, conocer tiempo de desplazamiento y la cobertura de cada ruta en la ciudad. Otra mejora anunciada es que algunas unidades de transporte que se están incorporando tendrán cargadores USB, Wifi, geo localizador, cámara de vigilancia y espacios para personas en sillas de rueda y bicicletas.  

Insisto en que todo ello abona pero se hace bajo la estructura de rutas y de negocio actuales por lo que el problema del transporte público seguirá y con ello problemas colaterales como el tráfico vehicular.

Entre 2001 y 2005 tuve la oportunidad de vivir en CDMX cerca de la avenida de los Insurgentes y además me movía en transporte público, por lo tanto experimenté personalmente el inicio de la primera ruta de Metrobús (2005) que transitaba sobre tal avenida que cruza toda la ciudad. Recuerdo muy bien que fue todo un reto para el entonces alcalde AMLO convencer a los concesionarios que tenían el monopolio de la ruta de Insurgentes, pero lo logró luego de meses de negociaciones; los hizo socios junto con otros inversionistas de la nueva empresa de transporte “Insurgentes” (por llamarla de alguna manera) y sacó adelante el proyecto. Fue el primer paso dado en la reforma al transporte público que hoy continúa en esa ciudad y que ha avanzado mucho.

Regresando a Saltillo, ahora que estoy de visita en él y cuando tránsito por el periférico y el Blvd Carranza en horas pico y los veo cargado de tráfico como en aquellos años veía la avenida de los Insurgentes de CDMX, no dejo de visualizar como sería si por esas vías circulase también un Metrobús que aligere el tráfico y facilite la movilidad de las personas. No se requiere de construir paradas muy sofisticadas y caras, así como tampoco de confinamiento de carriles con infraestructura especial, todo lo cual incrementa mucho el costo. En la ciudad de Viena, Austria, donde ahora vivo, es así. Incluso algunas rutas del metrobús conviven con el tranvía, además con los automóviles.   

Saltillo tiene planes para mejorar el transporte y la movilidad. Se sabe cuáles son las soluciones. Muchas de ellas no requieren de alta inversión pública pues ahí está la privada siempre y cuando existan reglas claras. Se trata de un problema basado en falta de voluntad para aplicarlos y no tanto de recursos.

Pronto tomará posesión un gobernador electo que es de Saltillo, fue su alcalde y conoce toda la problemática del transporte público. Ojalá exista la voluntad requerida en él y el alcalde para convencer (u obligar) a concesionarios y poner en práctica las acciones requeridas y dejar un legado de esos que duran para siempre. Veremos.  

 

www.localeando.com  Twitter: @jvillasanad 

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