Artículo Más Información, 30 de agosto de 2023
LOCALEANDO - Jaime Villasana Dávila
Las empresas chinas, de las cuales el 51% de cada una pertenece al gobierno chino, están llegando en masa a México, específicamente al norte del país.
Hay varias razones. La más relevante es el conflicto político y
comercial que está en crecimiento entre EE.UU. y China, lo que está
configurando una Guerra Fría 2.0 pero de perfil algo diferente a la primera
versión.
Derivado de los bloqueos comerciales que se están imponiendo uno a otro, las empresas chinas no quieren quedarse confinadas a su mercado local y muchas están saliendo a asentarse en diversas regiones del mundo, principalmente en Norteamérica, todavía el mayor mercado económico. Debe añadirse el estancamiento económico que está padeciendo ese país asiático y que amenaza con convertirse en crisis. Todo ello esto está alimentando al famoso “nearshoring” o relocalización.
Un destino específico de las inversiones chinas está siendo el norte de México, destacando por mucho Nuevo León. Un caso muy ilustrativo es el parque industrial Hofusan, localizado en Salinas Victoria. Son 300 hectáreas y una enorme inversión de 1,500 millones de dólares. Doscientas hectáreas ya han sido vendidas básicamente a empresas chinas. Hasta 20 mil empleos se podrán generar en dicho parque.
La construcción de este parque industrial chino no causará un impacto económico y cultural del tamaño de KIA, pero mañana quien sabe si más inversiones chinas de este calibre siguen llegando.
En Coahuila el efecto “nearshoring” también está impactando fuerte. Según datos del gobierno estatal, tan solo en 2023 han llegado 73 proyectos de inversión y 27 de estos se han establecidos en la región sureste.
De las nuevas inversiones chinas en el sureste destaca la que realizará la empresa Paramount New Materials con 200 millones de dólares en la zona de Derramadero. Se estima que dará empleo a 1,200 personas. Pero ello no es lo más sorprendente, sino que planea construir un complejo habitacional con departamentos para hasta mil personas. Hacer esto es muy poco común por parte de empresas de perfil manufacturero - industrial y por ello me genera muchas preguntas.
De entrada está el hecho del largo y viejo debate sobre si crear mancha urbana en la zona de Derramadero es conveniente debido a dos razones; la falta de agua y lo caro de brindar servicios públicos a futuros habitantes de la zona. Por ejemplo, saque cuentas lo que costará transportar la basura ahí generada hasta el relleno sanitario, ubicado en Saltillo rumbo a la salida a Torreón. Son 32km de distancia ¿quién pagará al gobierno municipal por esos costos extras? ¿la empresa Paramount New Materials? o ¿acaso van a construir un nuevo relleno en Derramadero? ¿quién pagará la construcción de la red de agua potable y drenaje y la red de descarga de este último? ¿Aguas de Saltillo o la empresa china?
Es de suponerse que el gobierno municipal y Aguas de Saltillo, quien ha hecho un estupendo trabajo administrando el agua del municipio, ya hicieron debidamente los estudios de factibilidad y costos respectivos para brindar a dicha zona habitacional cualquier tipo de servicio público que se les va a brindar.
Y cito que se supone lo anterior pues existe el Plan Parcial de Desarrollo Urbano de la Zona Industrial de Derramadero, actualizado a finales del 2022. Este contempla la construcción de 6 mil viviendas en el corto plazo y de hasta 35 mil viviendas para el largo plazo.
Pero recordemos que vivimos en México y esos estimados se irán al doble por mil razones y es hasta posible que se nos salga de control, como ha sucedido en otras zonas. Ciertamente lo que irá dictando dicho crecimiento será la factibilidad del agua, pues hoy se tienen ciertos datos pero mañana quien sabe debido, por ejemplo, a sequías inesperadas. Lo peor que nos pudiera pasar es enfrentar una crisis como en Monterrey, pero en nuestro caso sería mucho más catastrófico y costoso pues no tenemos presas, como El Cuchillo o La Boca. Toda nuestra agua viene del subsuelo.
Aquí Aguas de Saltillo juega y jugará el principal rol como agente de contención del crecimiento urbano en Derramadero (y en todo Saltillo) y por ello debemos cuidar a la empresa muy bien, evitando que los intereses políticos y económicos no la conquisten. Estaremos perdidos si ello sucede.
El segundo enfoque de análisis que quiero abordar sobre esta inversión china en la construcción de vivienda para Derramadero es ¿por qué ellos y para qué? ¿acaso los desarrolladores de vivienda de Coahuila, con un poder económico considerable, no pueden realizarla? ¿Para quién son esas viviendas; para familias saltillenses, para familias chinas o para ambos?
No tengo absolutamente ningún problema con la llegada de extranjeros en lo general y de chinos en lo particular a Saltillo. Al contrario, les abro los brazos tanto como puedo, pues estoy casado con una extranjera. Además, su cultura es fantástica y su comida igual, teniendo además algunas amistades de ese país. Añádase que ya hay empresas manufactureras chinas en el sureste produciendo y generando empleos como los que generan empresas de cualquier otra nacionalidad.
Con lo que si tengo algo de sospecha, e insisto, es: a) el perfil de esta inversión china en el ámbito de vivienda en Derramadero ¿es urgente y necesario construir ya vivienda en esa zona? Las empresas establecidas ahí llevan alrededor de 10 años y que yo sepa no han amenazado con parar si no se les construye vivienda a sus trabajadores; y b) que el 51% de lo que invertirá Paramount New Materials le pertenece al gobierno chino. No es que la vivienda sea un tema de seguridad nacional, pero hay cosas que no alcanzo a comprender de esta inversión en particular. La construcción de vivienda en Derramadero, sin importar quien lo haga, debe demorarse tanto como se pueda para no abrir otro polo urbano en el municipio, lo cual no conviene al interés común por donde se le vea.
No es un secreto la influencia y/o manipulación que el gobierno chino impone a sus ciudadanos y empresas en cualquier país del mundo donde tiene presencia, incluso en países poderosos como Estados Unidos.
Meses atrás el New York Times reveló en un estupendo reportaje sobre como el gobierno chino había colocado sus agentes en ciertas organizaciones chinas ubicadas en Nueva York para hacer labores de policía entre los ciudadanos chinos radicados en tal ciudad. Es como si la policía de EE.UU. quisiera vigilar e imponer sanciones a los gringos que radican en Coahuila, lo cual absolutamente está prohibido.
Por otra parte, está documentado como China ha jugado a la mala en múltiples proyectos de desarrollo que ha emprendido en muchos países; endeudándolos, cargándoles intereses ofensivos y calidad dudosa en obras para ahorrar costos (pues ellos no pagarán). Eso ha impactado negativamente en su imagen alrededor del mundo. Lo dicen las encuestas.
El proyecto en Saltillo (y Nuevo León) no es del tipo de cooperación para el desarrollo (carreteras, puentes, electrificación, telecomunicaciones, transporte), sino industrial y ahora vivienda. Pero ello no significa que deba mantenerse la guardia baja. Además, ¿dejaría el gobierno chino que una empresa coahuilense desarrollase un proyecto similar de vivienda en China? La respuesta es no. Exigiría que la mayoría accionaria del negocio fuese de China, pediría que todo el conocimiento se dejase en el proceso de inversión y muchos otros requisitos que simplemente no se piden en el mundo de las democracias liberales, como la mexicana.
México y Coahuila tienen una ubicación muy especial y delicada en este juego de la Guerra Fría 2.0 que apenas comienza entre EE.UU. y China. Los estados fronterizos no son cualquier cosa para los gringos y todo lo que en ellos suceda y esté relacionado con China ponen mucha atención.
Si la inversión queda a nivel de inversión en parques industriales y manufactureras, como lo han hecho europeos, japoneses o coreanos, y no se involucra en temas sensibles de seguridad nacional, energía o telecomunicaciones, por citar algunas, y cumplen con las reglas del TMEC, no habrá problema.
Tampoco estoy diciendo que debemos obedecer a los gringos. Simplemente tener cuidado, estar vigilantes, limitar al máximo el crecimiento urbano, procurar total transparencia en este tipo de proyectos, poner siempre por delante el interés colectivo y no arriesgar el bosque (Norteamérica) por un pino (China), aun y cuando sea muy grande, pues es solo eso, un pino.
Bienvenida toda inversión extranjera, incluida la de China, pero el gobierno del estado y municipal deberá estar consciente que detrás de estas grandes (¿y raras?) inversiones chinas llega también lamentablemente su gobierno, con todo lo que ello significa.
Saltillo está en el top cinco de las mejores ciudades para vivir en México. Independientemente de si llegan con sus inversiones los chinos, japoneses, europeos o de donde sean, no perdamos ese avance logrado con decisiones o acciones que pudieran afectarlo pero, sobre todo, que tengan un impacto negativo en el futuro del municipio.
Glosa:
1) En 2015 la PROFEPA canceló definitivamente el enorme proyecto chino llamado Dragon Mart en Cancún. Era una inversión de 180 millones de dólares y según sus inversionistas (el 40% era el gobierno chino) buscaba “Crear nuevas oportunidades de negocio con China y otros países para producir o distribuir productos”… obviamente de ese país. Como parte del enorme complejo comercial se iban a construir cuatro mil departamentos para comerciantes chinos. Iba a ser una cabeza de playa para ese país en una zona estratégica del Caribe. Los cancunenses no lo permitieron por cuestiones ambientales, por competencia desleal y otras razones.
2) ¿Porqué mejor antes de construir vivienda no se construye el transporte adecuado para el personal de la zona industrial de Derramadero como un Metrobús? Pudiera ser que no se necesita construir vivienda. Dar vida a otra zona urbana generaría múltiples retos a la sustentabilidad de toda la región.
www.localeando.com Twitter: @jvillasanad
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