Artículo Mass Información, 9 de agosto de 2023
Jaime Villasana Dávila
Los intelectuales y periodistas de izquierda en el sexenio de AMLO han resultado ser una enorme desilusión para quienes esperábamos congruencia de ellos en momentos en que un partido afin a su pensamiento arribara al poder, como lo es ahora MORENA.
Por décadas criticaron sin cesar pero con
fundamento a los gobiernos liberales y neoliberales, aunque no fueron los
únicos. Su exigencia por democracia, transparencia, balances de poder, gobierno
profesional y por otras virtudes de gobierno era la constante.
Intelectuales y periodistas de izquierda le fallaron a México en tiempos de la 4T
Pero algo les pasó a periodistas e intelectuales a partir de diciembre de 2018. Sus posturas cambiaron. Su pensamiento se transformó. Su búsqueda por un gobierno profesional y competente llegó a su fin, la menos durante el actual sexenio. Pasaron a sostener lamentables posturas de omisión, por decir lo menos, ante serios errores básicos del presidente y de su gobierno. Incluso en algunos de ellos hay lambisconería.
Uno de los casos más penosos en cuanto a intelectuales es el doctor Lorenzo Meyer. Por muchos años leí sus columnas, entrevistas y programas de TV donde aparecía. Era una voz muy sensata y fundamentada en hechos históricos. Sus argumentos eran duros mazasos al gobierno en turno. Era fuente obligada para quienes requeríamos referencias en ciencias políticas desde una perspectiva histórica.
A partir de diciembre de 2018 sus posturas cambiaron. Se alinearon por completo al gobierno de AMLO. Yo entiendo que al inicio de un gobierno que apoyas desde el punto de vista ideológico le otorgues el beneficio de la duda, llevándote a asumir una postura de baja crítica hacia dicho gobierno. Es algo natural del ser humano.
Pero si ese gobierno con el cual simpatizas toma decisiones o ejerce posturas que le pegan a los principios y acciones que tanto defendiste durante otros gobiernos, y no lo criticas, entonces eres incongruente e, incluso, hasta un farsante. Meyer usualmente trata de justificar los errores que ha cometido AMLO y su gobierno señalando que ese sistema (elefante) turbio sigue presente en el actual sexenio y por ello las posturas amlistas. Y quizá tenga razón, pero ello no es impedimento para criticar los numerosos yerros del régimen actual. Si acaso llega a emitir una crítica, esta no es del tamaño que debería ser.
Son muy pocos los casos de intelectuales que han mantenido su congruencia intelectual. Destaca por mucho Gibrán Ramírez, un brillante politólogo que pasó de ser un defensor a ultranza de AMLO y la 4T a uno de los críticos más duros (pero con fundamento) del actual régimen. Hoy los seguidores e la 4T le tunden duro y bonito, pero Ramírez se defiende con la espada de la congruencia y de la dignidad intelectual.
En el ámbito de los periodistas de izquierda los casos de traidores y simuladores al ejercicio periodístico abundan. Ahí está Julio Astillero, quien para defenderse inconscientemente de su incongruencia en ocasiones emite algunas críticas a AMLO y la 4T, pero que son mínimas y nada comparado con su obsesión por analizar y criticar a la oposición partidista, no partidista y cualquier otro grupo social examinador del gobierno amlista.
No tengo el tiempo suficiente para analizar con datos y estadísticas sus programas de mesas de análisis, pero de forma empírica diré que dedica un 70-80% a hablar de la oposición, un 20% a abordar algún tema vinculado con el régimen actual y tan solo un 10% a criticarlo, cuando hay muchísimos temas sobre cuales plantear críticas y/o hacer investigaciones.
Y que decir de Álvaro Delgado y Alejandro Paéz del popular programa Los Periodistas, con mesas de análisis y reportajes concentrados en un muy alto porcentaje en la oposición y poco en los graves problemas del país y las ineptitudes del actual gobierno federal. Lo más rescatable es que en ocasiones le brindan espacio a algunos personajes de la oposición, pero poco más.
En resumen, muchos intelectuales y periodistas de izquierda que por décadas hicieron escuela por su dedicación a los valores y principios democráticos y gobiernos profesionales, hoy son exactamente una mala copia de todo lo que criticaron de sus colegas “de derecha” cuando los gobiernos liberales estaban en el poder.
Eso se llama simple y llanamente incongruencia y por lo tanto de ese tamaño es ahora su valor como intelectuales y periodistas. Pero claro, eso no les importa. Finalmente la revolución les hizo justicia y algunos hasta gozan de puestos en el gobierno o contratos con este. Ahí está el periódico La Jornada como otra prueba más de la decadencia intelectual y periodística de la izquierda. Que grande les ha quedado el triunfo mayorítario de la gente en el 2018 debido al hartazgo por el pasado.
“Dale el poder a un hombre y entonces lo conocerás” dice un dicho chino y que es mi favorito. Pues bien, la izquierda mexicana y sus intelectuales y periodistas gozan del poder y ya los conocemos. Una pena, pues es ahora cuando México más les necesitaba para enfrentar sus graves problemas nacionales bajo una perspectiva sustentada y no polarizada.
Tenemos otro sexenio perdido y también pérdimos a muchos intelectuales y periodistas de izquierda. Son ahora lo que tanto criticaron antes.
www.localeando.com Twitter:
@jvillasanad
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