Estatus del municipalismo en México, breve recuento; fragmentado y “sin ganas”

Artículo Más Información, 20 de septiembre de 2023

LOCALEANDO - Jaime Villasana Dávila

 

Mi artículo de hoy aborda un tema que no es popular o atractivo para la inmensa mayoría de las personas, pero que es muy importante pues es en su contexto donde se generan las políticas y movimientos que dan forma a las ciudades y municipios, espacios donde vivimos y nuestras familias se desarrollan.  

Sin más preámbulo comienzo señalando que llevo 26 años vinculado al municipalismo en México y nunca la había visto tan fragmentado y “sin ganas” como hasta ahora. Sería muy fácil echarle toda la culpa al neocentralismo de López Obrador, que ciertamente ha influido mucho en ello, pero el problema es más de fondo. En seguida lo abordo a partir de los actores principales involucrados en el tema.

 

Los "años maravillosos" de la CONAMM. Reunión anual 2016 en el Polyforum Siquerios en CDMX. Cuando había unidad y ganas. Ahí estuve yo, por cierto. Imagen: CONAMM.

1. Neocentralismo obradorista. Lo cité renglones atrás y lo reafirmo. Dado el perfil político del Presidente que quiere controlarlo todo y hacer añicos a los actores que contrabalancean su poder (Legislativo, INE, Poder Judicial, organismos autónomos) y que con algunos lo ha logrado, era impensable que promoviera una reforma para impulsar el fortalecimiento institucional, fiscal y político del orden municipal. Ciertamente algunas de las secretarías federales han emitido algunos lineamientos administrativos para perfeccionar el urbanismo mexicano (por ejemplo), pero nada más. Este sexenio será recordado como uno de los pocos de la historia reciente en los cuales no se impulsó algún ajuste al municipio (aunque sea de forma). Para minimizar hasta donde sea posible el tener otro sexenio así, sería ideal que cualquiera del resto de los actores que citaré a continuación propongan a las dos candidatas una agenda mínima de reformas y sacarle algún tipo de compromiso. Veremos.   

2. Congreso federal. Han pasado ya diez años de la última reforma de fondo aprobada por el Congreso federal y esa fue la reelección para las/los presidentes municipales e integrantes de los Ayuntamientos. Se antojaba para que en el 2019, cuando se celebraron los 500 años del sistema municipal en México, algo pudiera ser aprobado pero no fue así. En el 2024 se celebran los 200 años del federalismo mexicano pero imposible pensar en una reforma mínima. Es año electoral y las agendas legislativas tienen poco movimiento. A lo más que se aspira es que el Congreso apruebe dos iniciativas que recién propuso la Comisión de Federalismo y Desarrollo Municipal de la Cámara de Diputados y que son:  a) Inscribir en letras de oro en el Muro de Honor del salón de sesiones de la Cámara de Diputados la leyenda “2024 Bicentenario del Federalismo Mexicano”; b) Iniciativa referente a una moneda conmemorativa, con motivo del Bicentenario del Federalismo Mexicano. De ese tamaño es la importancia del municipio para los legisladores federales mexicanos.

3. Gobiernos y congresos estatales. Los gobiernos y congresos estatales siempre han visto y verán con recelo a los gobiernos municipales. La razón es porque representan una fuerza de poder local que les contrabalancea y/o les compite, más si él o la alcaldesa es de partido opositor. Ha habido infinidad de alcaldes que han pasado a ser gobernadores y/o congresistas locales y uno pudiera esperar más empatía, más no ha sido así. A veces el resultado ha sido peor, precisamente porque el poder es canijo y transforma. Ahí están de prueba los retrasos en el envío de transferencias estatales a los gobiernos municipales que a estas alturas del siglo XXI siguen y seguirán sucediendo al menos que se hagan ciertas reformas fiscales y administrativas. Ahora bien, no todo ha sido tan negativo en todos los estados. En algunos han sucedido algunas reformas recientemente, como ejemplo está Chihuahua con la inclusión en la Ley municipal de la figura del Administrador Municipal para aquellos municipios de cierta población y que así lo deseen. Los Congresos locales quizá son los actores que legalmente más pudieran hacer por los municipios al aprobar reformas legales, programas o incentivos que conlleven a su desarrollo, más no es así. Su objetivo es primordialmente el control por el control de los municipios y sus autoridades.  

4. Academia. En algún momento la academia estuvo muy dinámica en el impulso a reformas municipales, alzando fuerte la voz en foros y eventos o asesorando o cabildeando ante legisladores federales y locales para impulsar reformas. Pero de eso hace ya un rato. En mi opinión este dinamismo de las y los académicos municipalistas ocurrió entre el 2000 y 2015. Actualmente está limitado a generar artículos, ensayos y libros y organizar foros y eventos como si ello fuese suficiente. Bueno, lo es para sus carreras profesionales, pero no para impulsar los cambios que se necesitan. Incluso muchos piensan que ellas/ellos no son o no deberían ser activistas del municipalismo pues su rol es otro (generar conocimiento). Pero les tengo una mala noticia a todos ellos y ellas: el municipalismo no es un tema como los derechos humanos o la salud, donde los ciudadanos juegan un rol central, les interesa y, si es necesario, salen a la calle. El municipio no es un tema que a los ciudadanos les importe y, además, menos le saben. En este sentido, quienes juegan el rol de “ciudadanos” en el municipalismo son las/los académicos y deben hacer equipo con las autoridades municipales, las asociaciones y especialistas para lograr cambios positivos. Desilusiona pues ver la apatía en ciertos grupos de municipalistas en redes sociales donde hay principalmente académicos/as, y en los cuales estoy, cuando se les invita a ser proactivos, como por ejemplo, armar una agenda mínima de reformas municipalistas para presentar a las candidatas a la presidencia por parte del Frente Amplio y MORENA. Muchas y muchos académicos son complacientes, conformistas y hasta diría egoístas, pues no buscan fervientemente que su conocimiento o el de otros sea aplicado en la práctica por legisladores y autoridades municipales para convertirse en reformas y/o políticas públicas.    

5. Especialistas. Es un sector que no está organizado o asociado en México como sí lo está en otros países. Por lo tanto, el activismo colectivo y cabildeo de este actor es prácticamente inexistente y, en todo caso, deben sumarse a agrupaciones municipalistas creados por las y los académicos. Aun así, su interés por los cambios o reformas municipales es mínimo. Esté como esté el municipio lo importante es encontrar proyectos para poder subsistir, pues el salario depende de ello.

6. Autoridades municipales. Este actor aplica todos los días el “no me ayudes compadre” y ahora lo explico. Hay casi 2,500 municipios en México y hay de todo tipo (grandes, pequeños, medianos, pobres, ricos), pero también hay todo tipo de alcaldes y regidores/síndicos (honestos, corruptos, incompetentes, etc.). Por lo tanto, es difícil que las autoridades municipales como un todo presenten un comportamiento normal o desapercibido, como suelen pasar con los gobernadores o el presidente. Los escándalos ganan la partida y vienen reclamos de los otros poderes diciendo algo como “no están listos para administra dinero o tener más facultades”. Y así es desde que los municipios tienen voz allá por mediados de los 80s para acá. Ante dicha heterogeneidad a los municipios les queda acudir a la unidad como uno de los actores del Estado mexicano. El problema es que no existe esa unidad. Cierto, existe la Conferencia Nacional de Municipios Mexicanos (CONAMM) que aglutina a casi todas las asociaciones de municipios. El problema es que desde su fundación (2005) solo en pocos años ha mostrado una unidad necesaria. Diría que ello sucedió entre 2012 y 2016. Antes y luego de ello la unidad era débil y hoy casi ni existe. Estando así la situación, es difícil colocar la agenda del municipio en el debate nacional, considerando que de por sí así siempre lo ha sido, pues es un tema no relevante o cercano a la ciudadanía. Sin unidad (y liderazgo) en las autoridades municipales prácticamente no hay municipalismo.    

7. Asociaciones de municipios. En teoría las asociaciones municipales, todas alineadas a partidos políticos lamentablemente, actúan bajo el mandato de los municipios a los que representan. Sin embargo, algunas asociaciones tienen directores con una alta influencia en la construcción de la agenda de trabajo de la asociación que dirigen. Y en ocasiones el interés de los directores no está del todo alineado con el municipalismo. Esto se vuelve un obstáculo para lograr la unidad de las asociaciones en la CONAMM. Además vale añadir otros dos obstáculos todavía más complicados para lograr o mantener dicha unidad. El primero es el partidismo de las asociaciones. Mientras sigan vinculadas a partidos políticos, la unidad se hace casi imposible. El segundo obstáculo es el aislamiento de las asociaciones municipales de MORENA y de MC del municipalismo tradicional. Ellas van por su cuenta y con su creciente triunfo electoral en municipios, tal aislamiento se hace mayor y las probabilidades de unidad menor. Dado todo el contexto anterior, la solución desde mi perspectiva, es la desaparición de las asociaciones municipales para que los municipios se asocien en la CONAMM (tal como sucede en Brasil, Canadá, España, etc.) y la CONAMM a su vez es fusione con el INAFED (Instituto para el Federalismo y Desarrollo Municipal), y se genere un organismo municipal de los y para los municipios fondeados con recursos públicos federales, de manera que ya no tengan que gastar el escaso recurso que tienen en pagar cuotas a las asociaciones municipales. Admito que es una solución del tipo quijotesca, pero habiendo observado a las asociaciones en los últimos más de veinte años, no le veo otra salida. Sólo se requiere un ingrediente y nada más: voluntad de los actores. Lamentablemente no lo hay. Las asociaciones municipales han hecho muchísimo por el municipio en los casi 30 años de su existencia, pero no ha sido suficiente. La receta actual que siguen aplicando ya no es la apropiada.      

Hasta aquí un muy breve contexto de municipalismo en México. Fragmentado y “sin ganas”. Un municipalismo condenado a ser un actor menor en la construcción del país debido a sus propias posturas y actitudes. 

Comentarios