¿Muro en la frontera sur de México?

 

Artículo Más Información, 9 de octubre de 2023

LOCALEANDO - Jaime Villasana Dávila

Los flujos migratorios de centro y Sudamérica, así como del Caribe, hacia EE.UU. pasando por México son históricos. También lo son los inmigrantes provenientes de Asia y África.

Este nivel de flujo no bajará en el corto plazo. Las causas que la generan siguen ahí. Cuba, Venezuela y Nicaragua seguirán siendo dictatoriales (igual muchos países africanos)  y la calidad de sus ciudadanos empeorando. Además se han convertido en zonas de paso de inmigrantes de otras regiones del mundo, pues genera jugosas ganancias.  

¿Un muro así pero en la frontera con Guatemala? Imagen: Voz de América / Reuters

Tampoco ayuda el que AMLO los siga defendiendo con tal de fastidiar a EE.UU. para que sirva de moneda de cambio para negociar con Biden. El asunto es que el problema ya también es nuestro y el que AMLO apoye a esos regímenes es un disparo al pie.  

Como bien se sabe la principal zona de entrada de inmigrantes a México es la frontera sur. Los cubanos (y de otros continentes) vuelan o van en barco a Nicaragua donde no se les pide visa y de ahí emprenden viaje por tierra hacia el norte. Los Venezolanos atraviesan Colombia y luego cruzan la pequeña frontera con Panamá, quien ya se rindió por detener inmigrantes, pues además el crimen organizado está involucrado. Simplemente los deja pasar pues sabe que ahí no se quedarán. Lo mismo hacen los países centroamericanos y lo mismo solía hacer México, pero el contexto ya es totalmente diferente. Llegan muchos y muchos se tienen que quedar.

Como es sabido, AMLO abrió las puertas de par en par a los inmigrantes al inicio de su gobierno siendo, siendo un error mayúsculo que tuvo que corregirse a regañadientes ante las amenazas de Trump. A partir de ahí los gobiernos colaboran y hacen lo que pueden aunque la situación se ha vuelto tan crítica en la frontera de EE.UU que Biden tuvo que reiniciar la construcción del muro en Texas. Más al respecto en próximos párrafos.   

En México la situación es igual de mala. El país lleva cinco años recibiendo inmigrantes masivamente y las capacidades del gobierno federal, así como de los estatales y municipales donde se asientan (Chiapas, Oaxaca y estados fronterizos del norte), están colapsadas. El fenómeno ya genera problemas dentro del país y cada vez se hacen más complejos. México ya no es de tránsito, ahora también es destino.

Si el impacto del fenómeno se quedase contenido a albergues, centros comunitarios, iglesias y centros de detención abarrotados, no sería del todo negativo, pero cuando se desborda en las comunidades, poblados y ciudades, esto ya es de impacto mayor. Esto se refleja en la opinión de los mexicanos hacia los inmigrantes de otras nacionalidades, la cual está comenzando a cambiar.

Ojalá pronto alguien saque una encuesta seria al respecto para tener un mejor panorama del fenómeno, pero mientras ello sucede cada vez es más común leer notas en los medios de comunicación sobre comunidades en Chiapas, Oaxaca, Veracruz y estados fronterizos del norte tomando algún tipo de medidas contra los inmigrantes o manifestándose negativamente al respecto. En las redes sociales esto se puede percibir todavía más.

La verdad no los culpo. Todos queremos vivir en comunidades / ciudades seguras y sin cambios bruscos en la cotidianeidad para poder lidiar con los problemas que enfrentamos diariamente. La inmigración desbordada no lo permite. Altera el estado de las cosas y ante ello viene una reacción natural.

Construcción de muros fronterizos en el mundo. Gráfica: Migration Policy Institute

El fenómeno de la inmigración se vive de diferente forma cuando uno los ve en la TV a cuando unos los vive todos los días. La inmensa mayoría de los habitantes de New York apoyaban la inmigración hasta hace unos pocos meses atrás. Hoy en día la ciudad tiene que lidiar con más de 100 mil inmigrantes y la opinión comienza a cambiar. Le recomiendo lea un artículo reciente del New York Times sobre el tema aquí.   

Me paso a Europa, donde actualmente se negocia el Pacto Europeo de Migración y, como era de esperarse pues sus gobiernos son de derecha radical, Hungría y Polonia se opusieron al acuerdo votado por la mayoría de países de la UE. Pero esto no es lo preocupante, sino el crecimiento de los partidos anti inmigrantes o radicales en todo el continente, reflejando el sentimiento creciente entre los habitantes sobre el rechazo a la inmigración.  

Me queda muy claro que la inmigración es un derecho humano internacional que data de 1948, pero de entonces a la fecha el contexto es muy diferente. Hoy en día es imposible hacerlo vigente y por ello muchos países lo han acotado en su marco legal como un derecho siempre y cuando sea de manera legal y ordenada. Mantener un derecho humano así es poner en riesgo muy alto a los inmigrantes y, en última instancia, a la misma democracia toda vez que ello conllevará a una radicalización de las mayorías. Si esto sucede, entonces casi todo está perdido.

Por esto mismo el otro componente fundamental de una democracia (además de los derechos humanos) es el cumplimiento al marco legal, más en situaciones especiales o de emergencia. Mantener el balance es complicado, y a veces doloroso, pero debe mantenerse a toda costa.       

De seguir la inmigración en México como está tarde o temprano ciudades, municipios y regiones del país van a reventar y se pondrá peor, generando fenómenos como el surgimiento y/o consolidación de movimientos antinmigrantes o de extrema derecha, como en Europa y EE.UU.   

Es hora de que el país tenga un debate nacional franco y abierto sobre el tema de inmigración. Sería ideal que en las próximas campañas presidenciales así sucediera, más no será así. Seguirán los clásicos discursos de “México apoya a los inmigrantes”, etc. pero eso es esconder el problema debajo del tapete, tal como solemos hacerlo en otros temas.

La realidad actual es que no hay guardia nacional y agentes de migración que alcancen para detener o inhibir el flujo migratorio por nuestro país. Ni siquiera EE.UU. ha podido con una estrategia así. Tampoco su discurso para condenar la inmigración caótica ha podido inhibir el fenómeno.

Lo que si lo hace es un muro fronterizo aunque no de manera permanente, tal como lo dicen los estudios. Por ello muchos países han comenzado a construir muros fronterizos para inhibir migración, contrabando y terrorismo (puede leer un reporte al respecto aquí) y por ello también Biden acaba de autorizar la construcción de 32km de nuevo muro, forzado según él por la ley. Obama, también del partido demócrata y pro migrantes, construyó kilómetros de muro. No tenían otra salida.

¿Debe México debatir ya la necesidad de construir un muro fronterizo (o instalación física similar) en su frontera sur? En mi opinión sí. Cualquier idea que ayude a inhibir y/o controlar el caos actual debe ponerse sobre la mesa ¿debe construirse ya? Probablemente sí, no lo sé aún.

Mientras los gobernantes dictatoriales tengan esa válvula de escape de la inmigración, será mejor para ellos. Tienen todo que ganar y nada por perder. Cosa muy distinta será cuando la gente inconforme se quede y comience a luchar en su país por sus derechos ¿es un proceso doloroso para ellos? Lo es, pero es un proceso por el que en algún momento de su historia han pasado los hoy países que tienen una mejor calidad de vida.   

Por lo pronto, y mientras se debate o no la necesidad de un muro en la frontera con Guatemala, el gobierno amlista debe cambiar ya su postura respecto a los principales países expulsores o promotores de inmigrantes en la región (Cuba, Venezuela, Nicaragua) exigiéndoles medidas para controlarla o de lo contrario México tomaría medidas más drásticas.

Obvio AMLO no lo va a hacer por dos razones: es demasiado orgulloso para reconocer sus errores y dos, él ya se va. Que el problema lo trate de arreglar la/el próximo presidente, así como los cientos de alcaldes y millones de mexicanos que tienen que lidiar con el fenómeno migratorio todos los días.   

www.localeando.com  Twitter: @jvillasanad

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