Artículo Más Información, 16 de octubre
de 2023
LOCALEANDO - Jaime Villasana Dávila
He tenido la fortuna de vivir en EE.UU., Canadá, España, Japón y Austria (donde ahora vivo) y en todos ellos existe una población árabe y, obviamente, de diferente tamaño. En Japón es mínima, mientras que en los dos países norteamericanos es pequeña comparada con la latina o asiática.
Pero en los dos países europeos es muy grande. Es como los latinos en
EE.UU. y esto se debe a dos factores; historia y cercanía, igual como sucede
con los mexicanos en Gringolandia. España estuvo ocupada por los árabes por más
de 500 años y en Austria los turcos (que no son árabes pero sí musulmanes) estuvieron
a punto de conquistar Viena, su capital, en dos ocasiones (1529 y 1683) y ello
dejó numerosas influencias en esta región, como el delicioso café turco.
En la actualidad la población con origen en medio oriente, iraní y norte de África (musulmana) es muy numerosa y va aumentando en Europa derivado de las migraciones que, a su vez, tiene causa en malos y autoritarios gobiernos en sus países de origen. Escapan de ahí para lograr una vida mejor, tal como lo hacen millones de latinoamericanos que buscan llegar a EE.UU.
El problema es que estos inmigrantes traen consigo una ideología y creencia que hace muy complicado su asentamiento en los países que les acoge. No solo hay diferencias raciales, sino también culturales, lo cual no sucede tanto entre los latinos que migran a EE.UU.
Si bien la emoción inicial de la libertad y un mundo nuevo lleno de oportunidades les hace olvidar un poco su origen, cuando suceden eventos como la terrible masacre cometida por Hamas en Israel y la respuesta de este para con Gaza, la identidad suele ser mucho más poderosa respecto los beneficios que recibes en el país que te acoge, haciéndote que reacciones de alguna manera, siendo una de ellas la protesta.
Las protestas en países europeos de miles de personas cuyo origen es medio oriente han sido numerosas y algunas violentas. Además, no todas son iguales. Algunas son pacíficas y racionales, lo cual celebro. Aquí en Viena hubo una el viernes pasado y la violencia estuvo a punto de darse.
Es perfectamente entendible su enojo ante el bombardeo de Israel a Gaza, causando lamentablemente daños y muertes en civiles. Además en una democracia el protestar pacíficamente es un derecho, lo cual no sucede en sus países de origen.
El problema es cuando tales protestas se tornan violentas y los manifestantes no reconocen y condenan lo hecho por Hamas, un actor atroz, salvaje e indescriptible. Basta con leer las crónicas en la prensa para horrorizarse de lo que hicieron con los más de mil 200 israelíes muertos, más los heridos y secuestrados.
Sin este reconocimiento, lo cual no harán, sus argumentos pierden sentido y su derecho a protestar pierden también toda legitimidad.
Su credo de “Israel se lo merecía” o “los israelíes han causado más muertes” es un sinsentido por donde lo veas debido a lo hecho por Hamas; un auténtico acto de exterminio. Si no hay racionalidad en personas que participan en protestas en favor de Palestina, es difícil que estas sean aceptadas en Europa, Canadá y EE.UU., curiosamente las regiones a donde quieren ir a vivir.
Si uno fuese simplista el mensaje hacia estas persona sería algo como “regresa a tu país a luchar por la libertad y democracia que ahora gozas aquí” o “con qué derecho protestas si aquí pudiste rehacer tu vida”. Pero el asunto no es tan sencillo y actuar así sería caer en la misma trampa en la que ellos ahora mismo están y no se quieren dar cuenta.
Debe señalarse que no todas estas personas de origen medio oriental viviendo en Europa tienen el mismo comportamiento. De hecho la inmensa mayoría respeta las reglas cívicas del país europeo que les acoge, pero resultan perjudicados por quienes no lo hacen. Lo de siempre pues, tal como sucedió luego del 11 de septiembre.
Es necesario enfriar cuanto antes el conflicto Hamas - Palestina – Israel, para minimizar protestas en Europa y no inflen más a los partidos ultraderecha, quienes poco a poco van ganando elecciones locales. Luego de ello seguirán las nacionales. También para que la radicalización en el mundo árabe – musulmán se detenga y no se ponga en aprietos los pocos avances que algunos países han logrado en apertura y respeto de derechos humanos.
Hasta ahora Hamas (que no es sinónimo de Palestina) lleva la delantera: logró lo que quería en el ataque y que fue asesinar a tantos israelíes como pudo; está logrando lo que se planteó como consecuencia del ataque y es una respuesta feroz de Israel con el bombardeo de Gaza para regresar las simpatías mundiales a Palestina, dejando en segundo plano la masacre de israelíes.
Está por verse si Hamas logrará su objetivo de mediano-largo plazo y que es volver a hacer de la región una zona inestable tal como lo ha sido siempre, excepto los últimos tres/cuatro años, en la cual se haga la vida imposible a Israel, pero para los palestinos también. En estas condiciones los terroristas y violentos salen ganando.
Hamas no quiere la paz entre israelíes y palestinos pues eso significa su desaparición. Por ello se vale protestar en favor de Palestina, pero no en favor de Hamas. Quien los defienda o justifique sus actos está apoyando a un grupo terrorista.
Ojalá que Israel tome medidas ya para minimizar la muerte de civiles durante el presente bombardeo a Gaza y que no se extralimite en la inminente invasión para no perder la simpatía mundial que ahora tiene, así como para no tirar por la borda los avances logrados con algunos países árabes, incluyendo su potencial acuerdo con Arabia Saudita.
La concreción del estado palestino es la única salida a este añejo conflicto. Lamentablemente el egoísmo, incompetencia y negligencia de los liderazgos políticos en Israel y Palestina se ha impuesto hasta ahora.
Glosa: Hamas debe ser destruido o minimizado a su máxima expresión, tal como sucedió con ISIS. Pero las circunstancias y actores involucrados son diferentes, lo cual hace la misión todavía más difícil de cumplir. La sabiduría debe reinar en los líderes de Israel, haciendo a un lado su sed de venganza. Veremos si así sucede en una invasión que será muy costosa para Israel y que, según muchos analistas, es un error llevarla a cabo (coincido).
www.localeando.com Twitter: @jvillasanad
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