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publicado en Más Información, 14 de agosto de 2024
LOCALEANDO - Jaime Villasana Dávila
En todo el sexenio durante sus mañaneras AMLO estuvo una y otra vez jugando rudo contra EUA en múltiples temas como energía, migrantes, narcotráfico y política exterior, por citar algunos. Incluso hasta en ocasiones se burlaba o hacia mofa de los vecinos, cacareado por los reporteros a modo de la 4T. Sobran los ejemplos puntuales como la limitación de los agentes de la DEA en territorio mexicano, el bloqueo a inversiones en energía ya convenidos y el constante coqueteo con Maduro, Ortega y Canel (Cuba). Se pavoneaba. Todo era de maravilla.
Los expertos atribuían dicho comportamiento a varios factores. Uno primero es que mientras AMLO detuviera a los migrantes en México, EUA le iba dejar pasar todos su desplantes, pues recuérdese las caravanas que ponían (ponen) en jaque a Biden y a los demócratas. Otro factor; mientras AMLO ponga cierto freno a las inversiones chinas en el país en áreas estratégicas, las de los otros países (incluidas de EUA) también pueden esperar. Un tercer factor: EUA está muy ocupado con otros asuntos internacionales y no vale la pena desgastarse o abrir otro frente con México.
Pero como buen estratega de la geopolítica mundial, conocedor como nadie del crimen organizado internacional, sabedor de los secretos de los líderes mundiales y potencia en el ámbito de las comunicaciones y tecnologías, era un hecho que tarde o temprano EUA se la iba a cobrar a AMLO en el momento que más le doliera. Y así ha sido con la detención del Mayo Zambada justo al final de su sexenio y sin haberse enterado de nada.
El hombre mejor informado del país y que dice saberlo todo quedó como un hazme reír ante los estadounidenses y ante los mexicanos. Y luego de 15 días desde la detención del Mayo, AMLO sigue sin saber por dónde vino la pichada que lo ponchó de manera magistral en la 9ª entrada del juego y dejando todo un sexenio en bases. AMLO sigue implorando en sus mañaneras a EUA que le diga cómo le hizo para lograr el arresto del Mayo.
Y la cuestión es muy simple: EUA ya se arregla directamente con los cárteles mexicanos, brincándose a este gobierno federal encabezado por AMLO y de paso enviando un mensaje al próximo gobierno de Sheinbaum. Algo como “cuidado con seguirle al jueguito iniciado por AMLO, así que vámonos por las buenas en tu sexenio”.
No hay que ser experto en seguridad para darse cuenta de cómo la detención del Mayo ha causado no solo irritación en AMLO y su aparato de seguridad, sino también temor. Además quedó igualmente en ridículo el Ejército y la Marina (más el primero), sus dos principales soportes en seguridad, luego de que durante su sexenio desbarató a la policía federal y a la Secretaría de Gobernación.
¿Es quizá porque el Ejército y la Marina lo dejaron “tirado” con el caso del Mayo el que en días pasados AMLO se haya reunido con Omar Garcia Harfuch? ¿porqué le dio esta deferencia pública sólo a él si AMLO mismo lo bloqueó para ser Jefe de Gobierno de la CDMX? ¿para asegurarse de su protección por lo que sea que ha dicho ya el Mayo en EUA y vaya a decirles en los próximos años durante su juicio a sabiendas que García Harfuch es la mano derecha de Sheinbaum en seguridad, un tema transversal?
Bien dice el dicho “el que ríe al último ríe mejor” y este es el caso de EUA frente a AMLO. Le amargó profundamente el fin de su sexenio e incluso su vida futura como expresidente. Ya quedó registrada para la historia la detención del Mayo, uno de los principales capos en la historia del narcotráfico, como un “prietote en el arroz” del sexenio amlista (otro más), de esos que cuestionan su legitimidad como presidente.
Ahora bien, quien sale ganando es Sheinbaum. EUA le hizo un favor enorme al poner contra las cuerdas a AMLO con la detención del Mayo. Cualquier intento de extralimitarse por parte de AMLO contra Sheinbaum, esta le recordará que mejor se calme porque hay expedientes que pueden destrozar cualquier popularidad. El poder es así: sanguinario, sin piedad y egoísta. Es un “primero me salvo yo y luego yo”.
AMLO sintió que su velo de popularidad intocable podía traspasar fronteras y tiempos. Quería ser considerado como el presidente más puro y limpio en la historia de México, pero señor presidente le tengo una mala: usted sembró muchas cosas, muy pocas buenas y muchas malas en el tema de seguridad y narcotráfico (también en otros). Sus maneras arrogantes o “moditos” (como usted dice) y su pésima estrategia de “abrazos no balazos” dejaron a muchos dolidos y a cientos de miles de muertos. Cierto, se trata de un problema de décadas pero usted prometió una y otra vez que resolvería el problema aun sabiendo que mentía.
Ya iremos conociendo poco a poco, como si se tratase de un desangrado mortal, la historia y relación del Mayo y del Cártel de Jalisco con la 4T, aunque en realidad no será una sorpresa sino una confirmación de lo que todos sabemos. Los gringos nos la irán contando poco a poco según su conveniencia, como si de una serie de TV de suspenso y policiaca se tratase. Sólo hay que tener paciencia. EUA ya hizo el jaque y, si le conviene algún día, en su momento hará el mate o quizá no. Ya depende de ellos.
Por lo pronto, el cierre del sexenio de AMLO ha quedado aún más manchado: es el primer presidente al que se brincan y le sacan del país a uno de los narcotraficantes más importantes de todos los tiempos sin tener conocimiento de nada. Por algo fue. De poco consuelo le servirá el arrollador triunfo que tuvo su movimiento en las pasadas elecciones. Ojalá pueda dormir tranquilo de ahora en adelante. O bueno, desde hace quince días.
Glosa: Tengo años siendo un seguidor del programa de análisis político de Canal 11 llamado Primer Plano, donde participan María Amparo Casar, Sergio Aguayo, Lorenzo Meyer, José Antonio Crespo, Francisco José Paoli Bolio y Leonardo Curzio. El programa se transmite cada lunes a las 10pm (también está en YouTube grabado) y participan cuatro en cada emisión, por lo que hay rotación de participantes. El caso es que, en el programa del pasado lunes 13 de agosto, participó Lorenzo Meyer y se analizó el tema del “agandalle” que MORENA y sus aliados quieren hacer con el número de escaños en el Senado y en la Cámara de Diputados. Los otros tres analistas explicaron el origen y conveniencia de la regla de no más del 8% de sobrerrepresentación y que, guste o no, está definida en la Constitución y por lo tanto debe respetarse. Detallaron que fue el mismo AMLO quien la impulsó y defendió cuando fue presidente del PRD a finales de los 90s y ahora ya en el poder la desconoce. Pues bien, aún con toda esa evidencia Meyer, quien tiene afinidad por la 4T, evadió criticar, es más cuestionar, lo indebido del agandalle que quiere hacer MORENA. Incluso desconoció el origen de esa regla, siendo ¡historiador político!. Fue una de las más tristes y desilusionantes participaciones de Meyer en dicho programa. Se entendería una postura así de un político, pero de un historiador e intelectual que siempre ha criticado el exceso del poder, no. Meyer y muchos otros intelectuales de la 4T decidieron traicionar sus principios una vez que su preferencia política llegó al poder. Ahora sabemos de que están hechos y de que, buena parte de lo escrito en sus libros, carece de legitimidad intelectual. “Dale el poder a un hombre y entonces lo conocerás”.
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