Groenlandia
será de una potencia tarde o temprano
Artículo publicado en
Más Información, 15 de enero de 2025
LOCALEANDO - Jaime Villasana Dávila
Por más que uno quiera que Groenlandia permanezca como un territorio autónomo asociado a Dinamarca o como un país independiente, si es que organizan su referéndum y gana el “sí” por la independencia, la realidad es que cualquiera de las dos opciones, ninguna es viable para el largo plazo.
Pero comencemos por el principio. En las
relaciones internacionales hay dos ideologías; realistas e idealistas. Los
primeros se apegan a lo que acontece en la actualidad y por lo tanto se actúa
en consecuencia. Los idealistas buscan que las reglas definidas para las
relaciones internacionales, como son el respeto a la integridad territorial y la
aplicación de la diplomacia para resolver cualquier disputa, son la guía que
permiten un desarrollo mejor del mundo.
Además de esta clasificación, podemos añadir a dos tipos de actitudes o posturas; los “halcones” y a las “palomas”. Los primeros son los de mano dura o el uso de la fuerza para lograr un objetivo, mientras que los segundos promueven el uso de la diplomacia.
En cada país hay presidentes y diplomáticos clasificados en estos bandos y, como en todo, hay grises, es decir, quienes aplican una mezcla de ambas ideologías y actitudes según las condiciones. Por lo general las “palomas” son “idealistas” y los “halcones” son “realistas”, pero no siempre.
A lo largo de la historia ha habido momentos donde una u otra doctrina predomina en las relaciones internacionales y en la actualidad las tres grandes potencias nucleares (EE. UU. Rusia y China) están gobernadas por realistas y halcones (Trump, Putin, Xin Jinping).
Los tres buscan, como sea, ampliar el poder político y económico de su país a nivel mundial, así como ampliar sus fronteras; China con Taiwán y el mar de la China Meridional y Rusia con Ucrania y el resto de las repúblicas ex soviéticas. Por su parte, EE. UU. lo intentó en el primer gobierno de Trump con Groenlandia y lo está intentando otra vez. Biden y los demócratas son del perfil idealista-paloma, pero ante China son realistas-halcones.
También los tres países buscan todos los días neutralizarse uno a otro y, por ahora, EE. UU. lleva mano debido a su poderío militar, tecnológico y económico, pero esto puede cambiar en el tiempo. Por ejemplo, China está haciendo inversiones masivas para ampliar su poderío en estos tres ámbitos. Esta todavía algo lejos de los gringos en lo militar y económico, pero avanza a pasos agigantados y por eso el nerviosismo de estos. En lo tecnológico ya le pisa los talones.
En el mundo hay zonas donde el conflicto actual entre las potencias es claro: Ucrania, Taiwán y medio oriente. Aunque cambian las zonas, así lleva desde el término de la Segunda Guerra Mundial y China se incorporó al baile por la hegemonía mundial a partir de los 90s y 00s, debido a su brutal crecimiento económico.
Hay otros países que juegan un rol como India, Francia, Alemania, Japón e Inglaterra, pero no pueden estar a la misma altura debido a su baja población y limitada capacidad económica. India lo está intentando, pero le tomará muchos años más llegar al nivel actual de China, quien para entonces ya estará en otro nivel.
Los demás países del mundo como México, Brasil o Turquía están, guste o no, para hacer algo de ruido, pero nada más. Es más, México está un escalón debajo de los dos países antes citados.
La fuerza militar, tecnológica y económica es lo que siempre ha mandado desde que existen los países.
El caso de Groenlandia
Groenlandia siempre ha estado presente en la mente de las grandes potencias por varias razones y cito algunas; a) su ubicación estratégica, b) sus recursos naturales y c) la protege un país menor (Dinamarca).
Desde el siglo XIX EE. UU. ha intentado comprarles a los daneses a Groenlandia y, a pesar de su poderío, nunca había empujado tan fuerte por ella por las buenas o por las malas, como ahora lo hace Trump. No había razón para ello. No había país que pudiera hacerse de ella o influenciar a su población para inclinarla a su favor.
Pero, otra vez, las condiciones cambian. Hoy el avance militar, las tecnologías y el dinero son poderosos instrumentos que permiten influenciar a los 60 mil habitantes de Groenlandia para que aprueben ciertas inversiones o decisiones que favorezcan a China, por ejemplo, quien ya lo ha intentado en los últimos años.
Ante la amenaza China y la eterna impredecibilidad de los rusos, el gobierno electo de EE. UU. a través de Trump, ha llegado a la conclusión de que hoy en día no se pueden correr más riegos en Groenlandia. Y es que hay tres factores que la hacen muy-muy vulnerable:
a) En su territorio de 2.1 millones de km cuadrados (poco más grande que México), viven apenas 60 mil habitantes. Esta cantidad apenas si representa una zona de una ciudad media de México como Saltillo o Torreón. Es nada para Monterrey o CDMX. Dicho de otro modo; imagina que México tuviera hoy en día apenas 60 mil habitantes. Cualquier potencia estaría al acecho de hacerse con él, tal como sucedía en el siglo XIX.
b) Su defensa militar depende de Dinamarca, un país con apenas cinco millones de habitantes y que, si bien su capacidad económica es potente y cuenta con el respaldo de Europa, poco o nada puede hacer ante una embestida militar tecnológica o económica de China o Rusia. Ya quiero ver a los europeos ir a defender a una isla que está a miles de kilómetros. No lo hacen con su vecina Ucrania, menos lo harán con Groenlandia.
Muchos dicen que no es necesario que EE. UU. se apodere de Groenlandia, pues ya la defiende. Además de que la actitud de Trump es igual a la de Putin con Ucrania, lo cual es cierto.
Sin embargo, una potencial independencia de Groenlandia de Dinamarca y dada la pequeñez de su población y nula capacidad económica y tecnológica para defenderse de influencias externas, es para China y Rusia una oportunidad de oro que no dejarán pasar para controlar a su gobierno de alguna manera. Y si permanece como está ahora, ambas potencias seguirán intentándolo de todo.
Esto es intolerable para EE. UU., debido también a su cercanía con Groenlandia, y por ello Trump a dado el manotazo en la mesa para enviar mensajes a todo el mundo. Claro, también busca un beneficio económico, pues aquí nadie se chupa el dedo. México haría lo mismo si tuviera la capacidad, oportunidad y la amenaza encima.
Yo tengo dudas enormes de que Trump realmente quiera hacerse de Groenlandia por la fuerza. Si acaso lo intentará por las buenas.
Lo que sí quiere, y ya lo ha logrado con sus declaraciones últimas, es ampliar su influencia en dicho territorio y, como dije, enviarle un mensaje a China y Rusia de que por nada del mundo se les ocurra meterse ahí, como ya lo han intentado. Obviamente no le harán caso.
Con el calentamiento del mundo y el deshielo del polo norte, Groenlandia tomará todavía mayor valor geoestratégico y económico.
Y como ese territorio permanecerá con poca población y quizá indefenso si se independiza o escasamente defendido por Dinamarca, llegará un momento en que Groenlandia será absorbido por una gran potencia. Hoy en día esa gran potencia es EE. UU.
No hay escapatoria. La indefensa Groenlandia tarde o temprano será de alguna potencia. Es pura lógica. Y si en estas andamos, mejor que sea parte de un país democrático con libertades a uno autocrático.
Glosa: No olvidar que, en la historia de las relaciones internacionales, los realistas-halcones de las grandes potencias casi siempre imperan. El mundo es una jungla, que en ocasiones suele gobernarse más o menos con algunas reglas.
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