PRI y MORENA: Diferencias en la transición presidencial
Publicada el 10 de septiembre de 2025 en Más Información
LOCALEANDO - Jaime Villasana Dávila
Está por cumplirse un año de que Sheinbaum haya tomado el mando presidencial (1 de octubre), aunque la semana pasada haya dado ya su primer informe de gobierno. Aun y cuando era algo predecible el tipo de transición y acomodo que tendría Sheinbaum durante su primer año de gobierno, había algo de expectativa sobre si daría un “manotazo en la mesa” para afianzarse, más por el desastre que le heredó AMLO.
Al respecto aquí mis siguientes reflexiones.
1. RECORDANDO LAS TRANSICIONES PRESIDENCIALES DEL VIEJO PRI. En el antiguo régimen priísta, y una vez que el presidente electo tomaba el poder, cambiaban muchas cosas, en buena medida por la ideología política del presidente y para mandar un mensaje claro de “ahora mando yo”. De los cambios más abruptos fue la transición de Manuel Ávila Camacho (1940-1946) a Miguel Alemán Valdés (1946-1952). El primero general del ejército, el segundo un licenciado de la UNAM de perfil centroderecha y empresarial. La última transición priísta fue la de Carlos Salinas (1988-1994) a Ernesto Zedillo (1994-2000). Si bien ambos eran “neoliberales”, la crisis del 1994 los llevó a una ruptura total. En suma, las transiciones eran muy marcadas y en algunos casos había cárcel para los excolaboradores del expresidente, eso sí, todo realizado dentro de las reglas no escritas del PRI. Esta estrategia de las transiciones fue parte de lo que les permitió mantenerse en el poder de 1929 hasta el 2000.
2. LA TRANSICIÓN AMLO-SHEINBAUM. El 40% de las/los mexicanos que no votamos por MORENA en las elecciones del 2024 teníamos cierta esperanza de que Sheinbaum, una vez en el poder, iba actuar como en el antiguo régimen priísta, es decir, dando un “manotazo en la mesa” para desvincularse de AMLO y asentar su mandato, más cuando casi todos los días se descubren corrupciones del sexenio pasado. Además, MORENA tiene mucho del viejo PRI de los 70s. Pues bien, ha pasado casi un año y ese manotazo Sheinbaum no lo ha dado, aunque sí ha dado golpes duros y precisos al AMLISMO que llevan su mensaje. Ahí está la acusación y orden de aprehensión al ex Secretario de Seguridad de Adán Augusto López cuando fue gobernador y ahora la detención del sub-almirante de la MARINA junto con otros elementos de esa dependencia y empresarios ligados por huachicol fiscal. Y esto es sólo la punta del iceberg. Seguramente vendrán más golpes y avisos de este tipo, eso sí, cuidando en todo momento al jefe supremo de MORENA… hasta donde se pueda.
3. CONCLUYENDO: ¿ESTE TIPO DE TRANSICIÓN LE SERVIRÁ A MORENA POR 40 AÑOS?. Algunos morenistas dicen que su partido estará en el poder por los próximos 40 años. Obviamente eso es un mero deseo y para que así ocurra muchas estrellas tienen que alinearse. Una de ellas es el tipo de transiciones que vayan a darse entre gobiernos federal actual y futuros (si los hay). Por lo pronto, la transición AMLO-Sheinbaum ha sido muy suave y sin tirar “debajo del autobús” al expresidente. En mi opinión es impensable que Sheinbaum lo vaya a hacer, pues le debe toda su carrera política a AMLO. Es su hija política. Una ruptura semi-total o total entre ambos no lo visualizo, a pesar del desastre heredado. En el antiguo régimen priísta eso no se hubiera perdonado. Seguramente muchos excolaboradores y exgobernadores de AMLO ya estuviesen en la cárcel. Esa fue una de las razones por las cuales el PRI duró tanto en el poder. La gente quería “sangre” y había que dársela. Por ahora los depósitos bancarios a millones de mexicanos(as) lo maquillan, pero eso no durará eternamente. El pueblo bueno y sabio en algún momento pide “sangre”, más cuando hay muchas razones para ello.
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